Comunidad Valenciana

Carlos Mazón planea para 2027 la 'absorción' de Vox en la Comunidad Valenciana

El político alicantino emula los pasos de Eduardo Zaplana en 1995 cuando consiguió descabezar en 4 años a Unión Valenciana y lograr en 1999 la primera mayoría absoluta del PP en la región

  • El Gobierno presidido por Carlos Mazón el día de su toma de posesión -

La hoja de ruta de Carlos Mazón para su primera legislatura como presidente de la Generalitat incluye la 'absorción' de Vox en la Comunidad Valenciana. La implantación del partido de Santiago Abascal en la región no es testimonial, por lo que el reto se antoja complicado, pero no imposible si la gestión del Gobierno valenciano consigue invisibilizar a los representantes de Vox.

En la trayectoria política de Mazón el pacto siempre ha estado presente a la hora de abordar el encargo de los electores para gobernar una institución. Lo hizo en la Diputación de Alicante con acuerdos puntuales con Compromís y el PSOE para sacar adelante Presupuestos sin oposición pero el pacto de legislatura lo tuvo con Ciudadanos.

El resultado de esos últimos 4 años de gestión ha sido que la actual Diputación de Alicante tiene ahora un gobierno del PP con mayoría absoluta (Toni Pérez como presidente) y que Ciudadanos ha desaparecido de la corporación provincial. Hay 16 diputados, 13 del PSOE, 1 de Vox y 1 de Compromís.

Ese modelo quiere replicarlo Mazón en la Generalitat con las dificultades mayores que entraña la Administración autonómica y también afrontando las diferencias entre sus socios de entonces (Ciudadanos) y los de hoy (Vox).

Vox es más rocoso que CS

Carlos Mazón jugó en el pasado mandato con un factor como es la mayor variabilidad de los votantes de Ciudadanos que navegaban entre proyectos tan dispares como PSOE, PP e incluso Vox según las elecciones que se celebraran en cada momento. Esa circunstancia parece más complicada en el caso de los de Santiago Abascal que registran mayor fidelidad en su electorado.

La legislatura parte con una fotografía de Vox que revela que empieza a sufrir un cierto desgaste pero con un nivel de aceptación todavía muy elevado en la Comunidad Valenciana. El 28 de mayo arrojó un 12% de apoyo y 320.000 votos en las elecciones autonómicas y sus 13 diputados han sido la clave para dar el Gobierno al PP de Carlos Mazón.

En las elecciones generales del pasado 23 de julio de ámbito nacional -donde Vox se muestra siempre más fuerte– experimentó un retroceso respecto a hace cuatro años. En 2019 Vox alcanzó los 468.000 votos y un 18% de apoyo, mientras que el 23-J bajó hasta 412.000 y un 15% de las papeletas depositadas en las urnas.

Zaplana y Unión Valenciana

Ese es el punto de partida para el objetivo de Carlos Mazón. Existen similitudes sobre lo que diseñó su mentor político, Eduardo Zaplana, cuando accedió a la Presidencia de la Generalitat en 1995 de la mano de Unión Valenciana. En aquel momento los regionalistas que lideraba Vicente González Lizondo tenían un apoyo del 7% y 165.000 votos y venían de perder su máximo respaldo ciudadano que llegó en 1991 con un 10% y 208.000 votos.

Paradojas del destino tanto Vox como Unión Valenciana han logrado acceder al Gobierno autonómico de la mano del PP en un momento de retroceso más o menos acusado en cada caso y si la primera vez fue beneficioso para los populares, Mazón busca que ahora también lo sea.

El PP gana espacio en el Consell

Mazón ha constituido los equipos de gestión de la Generalitat de manera que el 95% del presupuesto está en manos de consellers del PP (lidera 7 departamentos por 3 de Vox), y también 22 secretarías autonómicas frente a las 4 de Vox.

Es más, son varios departamentos de los que va a gestionar Vox que necesitan cuadros directivos del PP con experiencia en la gestión y cuya negociación de los perfiles de quienes van a ser nombrados ya ha comenzado.

Ximo Puig, Aitana Mas y Héctor Illueca, en las Cortes Valencianas EP

El resultado de la aventura conjunta de Zaplana con Unión Valenciana acabó cuatro años después con los regionalistas por debajo del 5% exigido para entrar en el Parlamento autonómico y a partir de ahí entró en una descomposición progresiva hasta su práctica desaparición.

Puig y Podemos

La experiencia más cercana de cogestión en la Comunidad Valenciana ha llegado de la mano de Ximo Puig con Compromís y Podemos que en 8 años –desde 2015 hasta el pasado 28 de mayo– ha acabado con la desaparición de la formación morada del Parlamento valenciano y con un retroceso de Compromís.

Las elecciones del pasado 23 de julio dejaron a Vox con menos fuerza a la hora de plantear pulsos y es el primer peldaño para la escalera que Mazón quiere construir en 4 años. Es la que lleva a la reunificación del voto de la derecha en torno a las siglas del PP sin que la actual fragmentación impida la gobernabilidad en caso de obtener unos buenos resultados como ha pasado a nivel nacional.

Si no lo consigue, la composición social de la Comunidad Valenciana –que navega entre votantes de izquierda y derecha que están en torno a 1.100.000 votos en las tres últimas décadas– dejarán siempre en manos de quien esté menos fragmentado la posibilidad de gobernar y al PP, Vox, le erosiona sobremanera.

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