La elevada inflación está enmascarando, según los principales empresarios, una caída real de las exportaciones de la Comunidad Valenciana que, si se miden en dinero, crecen y, si se mide en volumen y metros cuadrados, empiezan a decaer.
Las voces empresariales que han dado la voz de alerta en los últimos meses son numerosas. Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), fue de los primeros y puso sobre la mesa la necesidad de que las Administraciones generen condiciones de confianza y ayuda a las empresas que, al fin y al cabo, son las grandes creadoras de empleo y riqueza.
Hoy ha sido el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, quien en una entrevista en la radiotelevisión pública valenciana ha abundado en ese argumento al asegurar que "las cifras de incremento en las exportaciones se deben en realidad a la fuerte inflación porque en toneladas están bajando".
Apoyo de las Administraciones
Como hizo Boluda hace unos meses, Morata ha insistido en que el Gobierno "debe abordar un cambio real apoyando a las empresas en sus exportaciones para conseguir aumentar la cantidad y diversificar los mercados".
Las exportaciones, de hecho, están cayendo y especialmente en la zona fuera de la Unión Europea, una circunstancia que es muy sensible para la economía valenciana que basa en la internacionalización una de las claves para gran parte de sus industrias.
Los datos de 2022 situaban una subida en el precio de las exportaciones del 22% respecto a 2021, alcanzando los 39.621 millones de euros pero claramente marcadas por el incremento de precios. También subían las importaciones un 31% con un coste de 39.298 millones de euros y un superávit comercial para la Comunidad Valenciana de 323 millones de euros.
Los productos del sector alimentario siguen a la cabeza de las exportaciones y aunque se reducen tres puntos respecto a 2021 aún representan el 22% de las ventas de productos al exterior. Las semimanufacturas no químicas (donde el sector cerámico aporta 4.480 millones de euros), supone el 17% de las exportaciones. Y el podio lo completa el sector del automóvil con una cuota exportadora del 14% del total en la Comunidad Valenciana y 5.772 millones de euros.
Baja el ritmo en 2023
La tónica no se ha reducido en los dos primeros meses de 2023 donde las exportaciones han crecido un 8,3%, aunque las importaciones sí han registrado una caída del 6,8% respecto a los dos primeros meses de 2022. Esos signos de alerta por la ralentización económica se confirmarían al observar que las exportaciones ya han bajado en Castellón en un 3%, mientras que en Alicante y Valencia suben un 12% (aunque en volumen y metros cuadrados la tendencia sigue a la baja).
Mientras, en ese periodo de los dos primeros meses del año, las importaciones han caído en Valencia un 5% y en Castellón un 17%, mientras que apenas crecen un 1% en Alicante.
Bajan los fletes del Puerto de Valencia
Otro termómetro fundamental de la actividad económica en la región es el Puerto de Valencia que es la principal puerta de salida y entrada de productos. Sus cifras del pasado mes de abril reflejan una caída de los costes del transporte de contenedores por mar del 9% respecto a marzo y es el octavo mes consecutivo que se refleja un descenso.
Esa bajada en los fletes se produce pese a que en el sector energético se ha producido un incremento del 8,05% en el precio medio del barril de crudo Brent, mientras que el valor del 'bunkering' (repostaje de buques en el mar) ha subido un 1,32% en el último mes analizado.
La reducción de los costes tiene varios factores pero la ralentización económica es una de ellas y fuentes de la Autoridad Portuaria confirman que la tendencia a la baja es general en todas las áreas de influencia del puerto y se reduce también la congestión de los puertos y los buques inactivos, señal inequívoca de ese parón en la economía.
La Comunidad Valencia parece estar entrando de esta forma en la caída de exportaciones e importaciones que afectan al conjunto de Europa, donde las ventas al exterior se han reducido un 9,1% y las importaciones han bajado un 19,5%.
Otro aspecto que preocupa a los empresarios valencianos es el de la caída de los tráficos de exportación a Argelia que están en niveles prácticamente inexistentes desde que las relaciones entre el Gobierno de España y el argelino quedaron rotas por la cuestión saharaui.
