Comunidad Valenciana

Peter Lim aniquila al Valencia CF y logra dividir a los grupos políticos del Ayuntamiento

Vox asegura que el PP de María José Catalá no podrá contar con sus votos si quiere renovar el convenio del nuevo estadio con el singapurense: "Lim es enemigo de Vox"

  • Peter Lim y su mujer en una de sus escasas visitas a Mestalla -

La gestión del Valencia CF por parte de su máximo accionista de Peter Lim va camino de la aniquilación del club centenario de Mestalla y ha entrado en un camino de difícil solución que nadie puede vaticinar cómo acabará. Lo que sí ha logrado con claridad es dividir a los grupos políticos del Ayuntamiento de Valencia que deben decidir si le otorgan o no un nuevo convenio urbanístico para acabar el nuevo estadio que no ha avanzado nada en los 9 años de la era Lim.

El reto de que Lim acabe fuera del accionariado se antoja como una posibilidad muy remota si no tiene voluntad propia para plantear una venta; la opción de que el empresario, que basa sus éxitos en la especulación, plantee un concurso de acreedores tampoco es descartable; y la vía judicial puede enredarse y dejar al club paralizado (más aún) durante años.

Cuatro años de abandono

Nueve años después de que adquiriera la mayoría accionarial del Valencia CF Peter Lim lleva cuatro años (desde el despido de Marcelino García Toral y Mateu Alemany) desinvirtiendo en el Valencia. La gestión meramente deportiva ha dejado congelados a sus aficionados con una rebaja de la masa salarial de la plantilla.

El tope salarial de la era de Peter Lim en la entidad Mestalla alcanzó los 149 millones de euros y para esta temporada está situada en una tercera parte de esa cifra. Una legión de jugadores cedidos, chavales de la cantera y descapitalizándose de talento han acabado situando su objetivo en "mantenerse en Primera" como aseguró la semana pasada la presidenta (portavoz de Lim en Valencia) Layhoon Chan. Ya el año pasado el equipo se quedó a un punto del descenso.

Deuda y préstamos a cambio de acciones

La endiablada situación que ha diseñado Lim en el Valencia CF ha provocado una parálisis deportiva total; una situación económica que no ha mejorado desde que se convirtió en el máximo accionista (la deuda supera los 340 millones de euros); mantiene en jaque a las instituciones que ven como la capital del Turia sigue teniendo un nuevo estadio a medio construir; y ha situado a Caixabank (el banco que obligó a la venta del club) en una crisis reputacional de primer orden en un mercado preferente como el valenciano.

El único desembolso de dinero que Lim se ha permitido en los últimos años ha sido para cubrir las pérdidas de su gestión y lo ha hecho en forma de préstamos que luego ha recuperado con la adquisición de más acciones hasta alcanzar el 92%.

La presidenta del Valencia, Layhoon Chan, visita las obras del nuevo Mestalla junto al hijo de Lim EP

Las reiteradas negativas a no invertir un solo euro más en el apartado deportivo y los derechos adquiridos por Lim de los jugadores de la plantilla más valiosos –como garantía ante futuros problemas para recuperar su dinero– han convertido al Valencia CF en un rehén y a Lim en un mero especulador bursátil sin más interés en su empresa que lo que pueda sacar de una futura venta y de las comisiones de compraventa de jugadores.

En este apartado el agente FIFA luso Jorge Mendes ha tenido manga ancha en el club desde que el empresario de Singapur lo compró. Por algo son amigos y socios en varias empresas y proyectos.

Patrimonio bloqueado y el PP a la espera

Los políticos le han apretado las tuercas con la caducidad de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) que le daba al club algunos beneficios sobre la actual parcela de Mestalla si se acababa el nuevo estadio.

Lim no ha reactivado esa finalización del nuevo Mestalla una década después de dirigir el club (nunca ha dado síntomas de querer hacerlo) y ese incumplimiento ha llevado a que se diera por caducada esa ATE.

La reacción de Lim ha sido litigar en los juzgados donde parece que su recurso no evitará la caducidad del citado instrumento urbanístico. En cualquier caso la redacción de un nuevo convenio urbanístico con el Ayuntamiento de la ciudad está en vía casi muerta.

La alcaldesa emanada de las urnas del pasado 28 de mayo, María José Catalá (PP), ha optado por la "discreción" en las conversaciones con el club de Mestalla. Lo máximo que ha dicho la primera edil es que "apretaremos muchísimo al Valencia".

Desde su equipo de gobierno aseguran a Vozpópuli que "no vamos a entrar en ningún espectáculo, vamos a hacer un análisis detallado y riguroso de la situación antes de tomar una decisión".

Juanma Badenas, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Valencia VP

Claro que al PP municipal no le vale con sus votos en esa futura decisión sobre el cambio del convenio urbanístico porque con 13 concejales están a 4 de la mayoría absoluta que se requiere en ese y en otros asuntos como los Presupuestos del Ayuntamiento para lograr sacarlo adelante.

Esos cuatro ediles son los de Vox y se los presta a Catalá, de momento, para asuntos del día a día porque consideran que es el "mal menor" y preferible, a su juicio, a que sigan gobernando Compromís y PSPV que suman 9 y 7 escaños respectivamente.

Vox rompe la baraja

El portavoz de Vox, Juanma Badenas, levantó ayer una bandera desconocida entre los grupos políticos que habían mostrado hasta la fecha mayor o menor desagrado hacia Lim pero no al nivel exhibido por Badenas.

Ayer aseguró que "el Valencia CF lleva el nombre de la ciudad y por tanto representa a la ciudad" y la actuación de Lim entiende que es perniciosa para los intereses de Valencia.

Lo que es malo para el Valencia es malo para la ciudad de Valencia y lo que es malo para la ciudad es malo para Vox. Lim es un enemigo de VoxJuanma Badenas

"Lo que es malo para el Valencia CF es malo para la ciudad de Valencia y lo que es malo para la ciudad es malo para Vox", por lo tanto aseguró que "Lim es un enemigo para Vox".

Por primera vez un político valenciano pronunciaba esas palabras y era tan claro al afirmar que "no vamos a negociar nada con Lim porque incumplió sus obligaciones. Si ustedes venden una casa y no se la pagan no sería lógico que volvieran a vendérsela al mismo que no la pagó".

Badenas advierte que el magnate de Singapur está haciendo daño al club y a la ciudad y por eso garantizó que "no apoyaremos ninguna conversación y ningún cambio de convenio en favor de Peter Lim". El portavoz de Vox citó la Ley de Contratos del Sector Público que impide volver a negociar con alguien que ha incumplido previamente.

Badenas, por último, pedía que el capital de las Sociedad Anónimas Deportivas debería estar controlado al 51% por ciudadanos de nacionalidad española tal y como sucede en Alemania que deja en manos de los alemanes estas sociedades para evitar la presencia de "gente como Peter Lim".

PSOE y Compromís piden transparencia

El PSOE, con Sandra Gómez a la cabeza, ha advertido a Catalá que "no está cumpliendo con lo que prometió en su día de informar al resto de grupos" sobre las conversaciones con Peter Lim o sobre la redacción de un nuevo convenio urbanístico. Mientras, Compromís también critica la "opacidad" de Catalá en esas neogociaciones y le exige "transparencia".

La división de los grupos políticos en el Ayuntamiento de Valencia es a día de hoy un hecho. Y si no juntan filas van a tener dificultades para aguantar la presión que van a recibir de los miles de aficionados y accionistas del club de Mestalla que llevan años declarando la guerra a Meriton (la empresa con la que Lim controla el club).

Todos contra Lim

La Agrupación de Peñas y colectivos de la oposición a Lim como la asociación Libertad VCF, Marea Valencianista o De Torino a Mestalla han anunciado nuevas manifestaciones y movilizaciones tanto en los días de partido como en otras jornadas sin actividad deportiva.

El objetivo, presionar a Lim, a los políticos y a Caixabank para que desbloqueen un asunto que amenaza con hacer desaparecer a la entidad blanquinegra.

La ruptura es de tal calibre que desde las peñas y los citados colectivos el lenguaje ya es de situación irreversible y fuentes de estos colectivos han afirmado a Vozpópuli que consideran a Peter Lim un "secuestrador" que tiene al club como "rehén" y pide un "rescate" (en forma de más dinero que el que invirtió en la compra del club) para deshacerse de su paquete accionarial.

En cuanto a los políticos empiezan a tildar de "traidores" a aquellos que siguen negociando con Peter Lim. Esa fractura social permite al de Singapur seguir desaparecido y hacer y deshacer a su antojo sin tener enfrente a una oposición organizada de manera unívoca.

El Mundial y este año son clave

La posibilidad de que España sea uno de los países que organice el Mundial de fútbol de 2030 hace aún más apremiante que Lim –o un ejecutor subsidiario– acaben el nuevo estadio para que Valencia sea sede y pueda optar a celebrar alguno de los partidos de ese hipotético mundial en tierras españolas.

Es por ello que todos en Valencia tienen la sensación que esta temporada 2023-24 la situación accionarial y económico-patrimonial del club va a cambiar.

La cuerda apunta a que se romperá por alguno de sus extremos si Lim no da marcha atrás y atiende las condiciones de la Administración local valenciana. Hay 104 años de historia en juego.

Interesados en comprarle sus acciones ha habido y hay (un fondo norteamericano, otro al que representa el expresidente Manuel Llorente, empresarios valencianos y algún acercamiento de familias adineradas del lejano Oriente) pero para llegar a cruzar ese puente antes el de Singapur debe mover ficha con las autoridades valencianas.

El deseo de los grupos de oposición es que Lim venda y los valencianos recuperen el club pero, como mal menor, un cambio de inversor permitiría (supuestamente) que el club tuviera la atención, ahora inexistente, que siempre ha tenido por parte de sus dirigentes independientemente del grado de acierto en su gestión.

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