Las Cortes Valencianas van a registrar hoy el último debate sobre el estado de la Comunidad Valenciana de la legislatura en lo que es un postrer intento de los grupos políticos de la Cámara por convencer a los ciudadanos de las bondades de sus planes económicos para los próximos meses. Ximo Puig tiene como gran objetivo hacer valer sus medidas antiinflacionistas al frente del Gobierno valenciano y el PP intentará arrinconar al presidente en sus posiciones contradictorias frente a una rebaja de impuestos.
El líder del PP valenciano, Carlos Mazón, tendrá que conformarse con seguir el cara a cara con Puig desde la tribuna de invitados, ya que no forma parte de la Cámara y será su número dos en el partido y portavoz del Grupo Popular en las Cortes, María José Catalá, quien desarrolle la estrategia contra el presidente autonómico valenciano.
Puig ha centrado el esfuerzo de su equipo en hacer ver que esta legislatura ha sido muy complicada y convulsa por crisis sin precedentes como la pandemia del coronavirus pero que la gestión basada en el "diálogo y la responsabilidad" han permitido salir adelante. Ese triunfo que significa para Puig no haberse visto excesivamente erosionado durante la crisis provocada por el COVID-19 lo quiere exhibir el líder socialista en la tribuna y lo ligará con el conjunto de medidas antiinflacionistas que su Ejecutivo ha adoptado al surgir la otra gran crisis provocada por la invasión de Rusia a Ucrania. La rebaja del canon de saneamiento en el recibo del agua, las rebajas de las tasas universitarias o bajada de tasas en el transporte público, son algunas de ellas.
Economía sostenible
La reindustrialización y la conformación de una economía sostenible serán los otros dos ejes sobre los que va a pivotar el discurso de Puig, junto a la habitual promesa de ofrecer calidad de servicios públicos básicos como la sanidad y la educación.
Catalá, por su parte, se juega mucho en este cara a cara, ya que sostiene la bandera del PP en materia fiscal. La propuesta de rebaja los populares en la Comunidad Valenciana supondría, según sus cálculos, un ahorro de 1.500 millones de euros a los ciudadanos, que se reinvertirían directamente en reactivar la rueda económica.
Los populares plantean hacer progresivo el impuesto de Transmisiones Patrimoniales; rebajar el tipo autonómico del IRPF; bonificar al 100% el impuesto de Patrimonio; mientras que desaparecería en un 99% el de Sucesiones y Donaciones. En plena batalla fiscal, Catalá se aliará con las tesis de Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno para defender la necesidad de rebajar la presión impositiva a los valencianos, que sufren una de las más altas del país.
La corrupción cambia de bando
La que será candidata del PP a la Alcaldía de Valencia también está encargada de ser el ariete contra Puig y los miembros del Gobierno valenciano que se encuentran en situación de apuro por diferentes casos judiciales. El caso de Mónica Oltra mantiene como investigados a un total de 15 altos cargos del Consell y esa presa no la quiere dejar escapar Catalá.
Las dudas sobre las ayudas públicas al hermano de Puig, la presunta financiación irregular del PSOE valenciano que se analiza en la causa judicial de Azud, o la próxima declaración como testigo del actual presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, en la causa en la que se analiza los contratos a dedo de personas afines a PSPV y Compromís en la corporación provincial, son otros escándalos que saldrán a relucir.
En los márgenes de PP y PSOE, se sitúan el resto de fuerzas políticas parlamentarias, cada una de ellas en diferente posición.
La coalición nacionalista seguirá brindando su apoyo al PSOE de Ximo Puig sabedora de que no pasa por su mejor momento después del juicio a Mónica Oltra que es tanto como juzgar a quien ha llevado los destinos de Compromís con mano de hierro en los últimos siete años. Aitana Mas trata de llevar un coliderazgo compartido con Puig de manera más amable que su antecesora pero hoy es hora de marcar distancias y es probable que Compromís trate de desmarcarse de cualquier anuncio de rebaja de impuestos más elevado de lo anunciado.
Política de alianzas y guiños
Es Compromís la piedra angular del próximo Botànic porque sin ellos no hay posibilidad alguna de gobernar para la izquierda. De su política de alianzas con Podemos y Esquerra Unida debe salir el número de votos suficientes para sumarse a los obtenidos por los socialistas. Por eso, hoy se espera algún guiño a la formación morada.
En Podemos, mientras, las huestes de Pilar Lima esperan cuanto antes firmar esa alianza con los nacionalistas que les permita detener la fuga incesante de apoyos que les lleva a estar en las últimas encuestas superando por apenas unas décimas el 5% que es el mínimo exigible para entrar en las Cortes. Poco se espera de su aportación legislativa a los meses que quedan de legislatura más allá de ese puzzle básico de alianzas y su negativa frontal a la bajada de impuestos.
Las otras dos formaciones con representación en las Cortes son Ciudadanos y Vox. Los naranjas, con un extraordinario resultado en 2019, ven ahora mismo como sus expectativas de alcanzar el 5% del voto autonómico son casi una quimera. Esa desmotivación se puede ver hoy reflejada en las Cortes, aunque Ruth Merino pasa por ser una parlamentaria con buenos argumentos. La bajada de impuestos y las recetas liberales coparán su intervención.
Y Ana Vega, de Vox, mantendrá viva la llama de la presunta corrupción que ahora acosa las bancadas de los partidos de izquierda, en su intervención. Sin su liderazgo garantizado dentro de ocho meses, la parlamentaria del partido de Abascal seguirá su agenda propia y la cruzada contra algunas leyes de carácter social del tripartito de izquierda. Quizás también aproveche para felicitarse del triunfo de Giorgia Meloni en las elecciones italianas.
Este es el panorama que se dibuja para el debate de hoy que pasa por ser, junto al de Presupuestos de final de año, el más importante de los que restan. Es el tiempo de descuento de este mandato y todos quieren aprovechar los últimos segundos.