Comunidad Valenciana

Puig trasladó a Sánchez los ejes de su reforma fiscal el viernes pasado en Valencia

Puig adelantó al presidente del Gobierno que bajaría los impuestos y el departamento de María Jesús Montero lo analizó más al detalle con el titular valenciano de Hacienda durante el fin de semana

  • Puig y Sánchez conversan en el Palau de la Generalitat el viernes pasado. -

El Gobierno de Pedro Sánchez ha ido modulando su oposición frontal a la bajada de impuestos en las últimas semanas a medida que aumentaba la presión de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP y después el País Vasco –que gobierna el PNV con colaboración de los socialistas– con diferentes rebajas fiscales. A ocho meses de las elecciones autonómicas y locales oponerse a aliviar la presión sobre el bolsillo de los ciudadanos es complicado y eso es lo que el presidente valenciano, Ximo Puig, ha pensado los últimos días antes de decidirse a presentar una reforma fiscal que trasladó a Sánchez durante la visita de éste a Valencia el pasado viernes.

Puig desveló este martes en las Cortes los detalles de esa reforma durante la primera jornada del debate sobre el estado de la Comunidad Valenciana. El pasado viernes, sin embargo, ya explicó a Sánchez durante un encuentro en el Palau de la Generalitat que debía salir adelante con esta reforma para tener un argumento con el que luchar contra el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, que lleva un año reclamando una rebaja de la presión impositiva.

A golpe de encuestas

Las encuestas electorales reñidas, como en el caso de la Comunidad Valenciana, obran milagros y Puig sabe que no puede ir ahora contra ese viento predominante de rebaja de impuestos para los ciudadanos que sufren los efectos de una inflación en dobles dígitos. Así que el pasado viernes le avanzó a Sánchez que iba a anunciar una reforma fiscal que después, durante el fin de semana, analizaron más en detalle la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el conseller de Hacienda, Arcadi España.

La reacción de este martes de la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, a preguntas de qué le parecía la reforma fiscal de la primera Comunidad Autónoma gobernada por el PSOE que se adentraba en ese terreno, estaba calculada. Rodríguez no apoyó a Puig explícitamente pero también dejó clara que era una reforma que beneficiaba a las rentas bajas a diferencia de otras anunciadas, en referencia a Madrid.

Un giro por definir

Esa pequeña puerta de matización es en realidad una gran ventana abierta al cambio de postura del Gobierno que admite a regañadientes que se pueden hacer reformas fiscales muy medidas, siempre teniendo en cuenta que si son masivas tienen incidencia en los recortes de servicios públicos. El calado de ese giro se podrá calibrar mañana durante el anuncio del paquete de medidas fiscales que el departamento de Montero tiene previsto anunciar.

En el caso el Gobierno valenciano ese giro también ha llegado impuesto por las circunstancias y Ximo Puig ha pasado en apenas diez días de negarse a una rebaja fiscal, primero; a después solicitar un "castigo" para las Autonomías que hicieran rebajas de impuestos a través de un menor reparto de fondos del Estado; a finalmente en el debate de Política General valenciano anunciar una reforma no muy extensa pero significativa para reducir levemente la presión fiscal sobre rentas medias y bajas.

"Lealtad" del Gobierno valenciano a Sánchez

Oficialmente fuentes del Ejecutivo valenciano consultada por Vozpópuli señalaron ayer que ha habido "lealtad" con el Gobierno de España a la hora de trasladar las medidas de la reforma fiscal con la que Ximo Puig pretende consolidar su imagen ante los ciudadanos. Ese canal informativo entre los dos Gobiernos no ha debido ser de ida y vuelta, ya que aseguran las mismas fuentes que "desconocemos" qué medidas va a anunciar Montero mañana en esta materia.

Es más que probable que no haya excesivos puntos coincidentes entre lo que ha presentado Puig y lo que ha autorizado Pedro Sánchez a Montero. El presidente valenciano, en cualquier caso, ha allanado el camino al Ejecutivo central para introducir alguna pequeña bajada de impuestos (que si se hace se querrá matizar) que pueda dejar en una posición "competitiva" a los barones socialistas en las diferentes autonomías que vivirán elecciones en ocho meses, como es el caso de la Comunidad Valenciana.

La gestión de esta carrera por la rebaja de la presión fiscal a los ciudadanos deja claro que el Gobierno de Pedro Sánchez ha tenido ceder, veremos hasta dónde; y el Gobierno valenciano después de 7 años subiéndolos ha tenido que cambiar el rumbo para intentar retener el mando de las instituciones. El principal partido de la oposición ha puesto en apuros a Sánchez, también a sus barones territoriales, y ha impuesto el argumento de la necesidad que tienen en este momento los ciudadanos de un respiro económico.

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