La falta de una financiación ajustada a las necesidades de la Comunidad Valenciana ha concitado hoy en Alicante la unidad política de todos los partidos, salvo Vox, con el gran objetivo de que se apruebe un nuevo modelo para la región que permita acercarse a la financiación per cápita media en España. La concentración convocada por la plataforma "Por una financiación justa" se ha desarrollado frente a la subdelegación del Gobierno en Alicante y ha sido secundada, además, por centenares de personas y miembros de la sociedad civil, la patronal empresarial y representantes sindicales.
Este gran caballo de batalla para los políticos de la Comunidad Valenciana lleva años sin mejorar y quizás por ello existe una visión unívoca al respecto del 'agravio' que sienten en el trato respecto a otras Comunidades Autónomas. El Gobierno valenciano, salvo Ximo Puig que no suele acudir a ninguna manifestación desde que ocupa la Presidencia, ha estado presente en esta concentración. El conseller de Hacienda, Arcadi España, ha destacado la "unidad de fuerzas de la sociedad" para reclamar esta mejora y ha puesto como ejemplo de gestión del Consell "la apuesta para que el 40% de las inversiones de los Presupuestos de la Generalitat vayan a Alicante" como una forma de compensar la escasa atención que han prestado a la provincia los Presupuestos Generales del Estado.
Evitar el pulso con Sánchez
El discurso del Ejecutivo valenciano se ha dirigido realmente más a la mejora de los Presupuestos de las diferentes Administraciones que a solicitar un nuevo modelo de financiación. Es una manera de evitar un pulso directo con el Gobierno de España que preside Pedro Sánchez y que desde que llegó a la Presidencia no ha sido capaz de progresar en la mejora del modelo de financiación que tensiona la prestación correcta de los servicios públicos básicos en la Comunidad Valenciana.
También han estado presentes en esta protesta el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, y el de la de Valencia, Toni Gaspar. Mazón ha reclamado que el Estado condone parte de la deuda histórica –situada ya en los 55.000 millones de euros–, porque es consecuencia de la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana y está provocando que "perdamos muchos trenes".
Mazón ha criticado la ausencia de Puig, aunque desde el Consell han contestado que quien no asistió al acto de reivindicación en defensa de la rápida construcción del Corredor Mediterráneo celebrado ayer en Barcelona fue el propio Mazón (a quien le coincidía con un pleno de la Diputación de Alicante).
Más allá de los matices, la presencia de todas las formaciones políticas salvo la reseñada Vox, demuestra que hay una preocupación por un modelo que lastra el progreso de la región. El diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, ha explicado que "queremos mejores inversiones en los PGE para la quinta provincia en población y en PIB, y otra financiación para la Comunidad Valenciana". Bien es cierto, que Baldoví ha bajado mucho el tono de sus reivindicaciones en materia de financiación autonómica desde que anunció que se presentaría a liderar Compromís en la candidatura autonómica.
El diputado autonómico de Ciudadanos Toni Woodward ha incidido en que "el poder de decisión para cambiar esta situación está en Madrid", y ha destacado que una gran parte de la deuda total está provocada por esta infrafinanciación. Y en la misma línea se ha expresado el vicepresidente segundo del Consell, Héctor Illueca (Podemos), quien ha aseverado que el Consell "acompaña esta reivindicación justa", porque quiere "un mejor trato en las inversiones" y una nueva financiación que sea "justa, equitativa y proporcional a la población".
215 euros menos por ciudadano
El modelo de financiación que fue impulsado por José Luis Rodríguez Zapatero ha provocado que cada ciudadano de la Comunidad Valenciana reciba 215 euros menos que la media nacional lo que supone un 10 % de distancia. Si el modelo corrigiera esa diferencia, los valencianos recibirían de media unos 1.300 millones de euros más anuales que tendrían una clara incidencia en infraestructuras, educación y sanidad fundamentalmente.
La de hoy en Alicante puede ser una de las últimas 'fotos' de unidad política que se pueda vender ante la cercanía de las elecciones que siempre tensionan y más aún ante un ciclo electoral autonómico que se aventura más reñido todavía que lo que aconteció en 2015.
