La irrupción de Vox en las instituciones valencianas ha activado el ala valencianista del PP y se ha elevado el tono de la discordia con los partidos de izquierda en torno a la lengua valenciana. El nivel de ruido ha alcanzado los decibelios de 2014 que marcó un agrio enfrentamiento entre el Gobierno valenciano del PP y la Academia Valenciana de la Lengua (AVL).
En aquel año el Diccionario Normativo Valenciano de la AVL estableció una equiparación de valenciano y catalán en su denominación. El valenciano pasaba a ser "la lengua románica hablada en Cataluña, Baleares, el departamento francés de los Pirineos Orientales, el Principado de Andorra, la franja oriental de Aragón, la ciudad sarda de l'Alguer, donde recibe el nombre de catalán".
Definición del valenciano
La segunda acepción respecto al catalán define que el valenciano es la "variedad de esta lengua hablada en la Comunidad Valenciana. Valenciano septentrional, valenciano central y valenciano meridional".
El PP salió en tromba entonces contra la AVL –que creó Eduardo Zaplana en 1998 para pacificar el conflicto lingüístico y también forzado por la exigencias de Jordi Pujol a José María Aznar para hacerlo presidente del Gobierno– pero se topó con la potestad que el Estatuto de Autonomía le da a la AVL para normativizar la lengua.
Esa herida nunca se ha cerrado del todo y hoy en día sigue muy abierta. Carlos Mazón, presidente del Gobierno valenciano, se reunía el pasado lunes con la presidenta de la AVL, Verónica Cantó, y le pidió a grandes rasgos que la Academia no viva de espaldas al uso de la lengua valenciana que practican los ciudadanos, algo que ya pidió cuando fue elegido en 2021 presidente del PPCV.
El 'factor' Vox
Esta cuestión de la reivindicación de lo propio frente al pancatalanismo (que tiene a la Comunidad Valenciana como objetivo prioritario) se ha visto potenciada, además, por la irrupción de Vox.
En el plano teórico la formación de Santiago Abascal está alejada de la diferenciación entre españoles, aunque sobre el terreno –el territorio valenciano- la cosa cambia por la presión de los independentistas catalanes.
Vamos a combatir el pancatalanismo cultural y no ayudaremos a quienes quieren acabar con nuestra identidad cultural, socavando nuestra singular identidad valenciana y como españolesVicente Barrera
El vicepresidente de la Generalitat, el torero Vicente Barrera, demostró este posicionamiento durante su exposición ayer ante las Cortes Valencianas de las líneas fundamentales de su vicepresidencia que incluye Cultura entre sus atribuciones.
"Vamos a combatir el pancatalanismo cultural y no ayudaremos a quienes quieren acabar con nuestra identidad cultural, socavando nuestra singular identidad valenciana y como españoles", expresó.
Tales afirmaciones las hubiera firmado cualquiera de los integrantes de la antigua Unió Valenciana (la formación regionalista que lideraba Vicente González Lizondo) y que acabaron integrándose de manera mayoritaria en las filas del Partido Popular.
Barrera se ha presentado en sociedad en la Cámara autonómica como "el dique de contención contra quienes quieren romper nuestra unidad y convivencia".
Tras denunciar que el Ejecutivo de Ximo Puig dio más de 2 millones de euros a entidades pancatalanistas, garantiza que su departamento "debe permitirlo todo, pero no tiene obligación de promocionarlo todo y no concederá ninguna ayuda a estas entidades por mucho que se disfracen de libros infantiles o de Caperucita".
Este discurso es compartido en un amplio espectro del PP valenciano que se nutrió de formaciones regionalistas de la derecha valenciana que vieron en estas siglas el refugio del voto útil para la ejecución de sus políticas.
AVL, Lo Rat Penat y RACV
El PP, sin embargo, siempre ha navegado entre la contradicción de la creación de la AVL –que sigue las normas de Castelló (las mismas que el Instituto de Estudios Catalanes)–; y la defensa de las normas de El Puig que se centran en la singularidad de la lengua valenciana –impulsadas por entidades como Lo Rat Penat y la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV)– y que tienen mayor predicamento entre quienes integran las filas del PP.
El discurso de Vox ha sido más directo en esta cuestión y el propio Barrera aseguraba ayer que frente al "veto contra las organizaciones que dicen que nosotros hablamos catalán" en este mandato vamos a ayudar a "dos instituciones discriminadas por el sectarismo de la izquierda como Lo Rat Penat y la RACV".
También en el Ayuntamiento de Valencia la incidencia de Vox, que da apoyo puntual al PP desde fuera del Gobierno municipal, está siendo relevante en la cuestión lingüística. El cambio del topónimo de la ciudad de Valencia es significativo.
En la época del Gobierno Compromís-PSPV se mantuvo como única denominación en valenciano con el acento abierto que recomendaba la AVL: València.
A partir de ahora, la denominación será doble, en castellano (Valencia) y en valenciano, pero con el acento cerrado (Valéncia) como recomienda la RACV.
Esta actuación de Vox está siendo complementaria al PP que ve como su ala valencianista se ha activado (hay muchos cargos públicos de esa procedencia ideológica ).
Siempre he dicho que fonéticamente en Valencia la 'e' se pronuncia de forma cerrada y no de forma abierta, he discrepado públicamente del dictamen de la AVL y sé que hay académicos que están de acuerdo con esta opiniónMaría José Catalá
La propia alcaldesa de Valencia, María José Catalá ha avalado el cambio de denominación porque "siempre he dicho que considero que fonéticamente en Valencia la "e" se pronuncia de forma cerrada y no de forma abierta, he discrepado públicamente del dictamen de la AVL y sé que hay académicos que están de acuerdo con esta opinión y soy la primera en decir que creo que el acento de Valencia tiene que escribirse cerrado".
Ahora, la AVL deberá avalar este cambio en la toponimia de la capital de Turia y a buen seguro que generará un debate interno acalorado como sucedió cuando Compromís y PSPV decidieron que Valencia se escribiera con acento abierto y eliminar la denominación en castellano.
La Ley de Señas de Identidad
Carlos Mazón, ante este escenario no va a aflojar el paso y sigue adelante con su plan de sacar adelante la Ley de Señas de Identidad que llevó en su programa electoral. El presidente valenciano va a liderar esa normativa en la que hay implicados varios departamentos del Gobierno autonómico.
Los tiempos previstos son los de abordar esta cuestión en el siguiente periodo de sesiones de las Cortes Valencianas para que pueda incluirse en los plenos del primer trimestre de 2024.
Esa Ley recogida en el programa electoral del PPCV para las elecciones del pasado 28 de mayo establece que "la lengua valenciana es uno de los símbolos más relevantes de nuestra identidad, a la que hay que prestar atención singular, como rasgo de nuestra personalidad y como una seña de identidad que, desde hace siglos, nos identifica y distingue".
"La Generalitat velará por la protección del patrimonio lingüístico valenciano, por su conservación y por la promoción del uso del idioma, como elemento integrador y no excluyente, fomentándolo y valorándolo como mérito y no como imposición; convocando ayudas y subvenciones para acciones de difusión, protección y promoción de nuestra lengua y señas de identidad; propiciando su conocimiento, dentro de un marco de libertad y cordialidad lingüística entre las dos lenguas oficiales de la Comunitat Valenciana", prosigue el bosquejo de la futura ley.
Defenderemos el valenciano frente a quienes, dentro y fuera de la Comunidad Valenciana, pretendan, como objetivo declarado, imponer la unidad, sumisión y supeditación externa de la lengua valenciana al catalán, con la obligación de las instituciones públicas de exigir el cese de la intromisión o lesión y de recurrir ante los tribunales las lesiones e injerenciasPrograma electoral PPCV
Además, deja claro –en la línea de las polémicas de estos días– que "defenderemos el valenciano frente a quienes, dentro y fuera de la Comunidad Valenciana, pretendan, como objetivo declarado, imponer la unidad, sumisión y supeditación externa de la lengua valenciana al catalán, con la obligación de las instituciones públicas de exigir el cese de la intromisión o lesión y de recurrir ante los tribunales las lesiones e injerencias".
Y también propone "instar al Gobierno de España e instituciones académicas a reconocer titulaciones de filología valenciana" y entre ellas destaca que "devolveremos la oficialidad de los títulos de valenciano de Lo Rat Penat".
Lengua y política
La dinámica de bloques políticos va a seguir así alimentando el conflicto lingüístico. La Comunidad Valenciana vuelve a ser un campo experimental para una sociedad que muestra partidarios de la unidad de la lengua catalana, defensores de la singularidad de la lengua valenciana (por considerar que es, incluso, más antigua que aquella) y otro segmento de la población que vive alejada de lengua cooficial.
PP y Vox ya están claramente posicionados en defensa de la diferenciación del valenciano, mientras que PSPV y Compromís se sitúan al lado de la unidad de la lengua bajo el paraguas del catalán.
En esta segunda corriente se sitúa el Gobierno de Pedro Sánchez en su petición de uso de lenguas cooficiales españolas en el Parlamento europeo donde el valenciano quedaba fuera de ese requerimiento reservado para catalán, gallego y euskera.
Sin_Perdon
La lengua como herramienta de confrontamiento político. Que la izquierda asuma que el valenciano es un dialecto del catalán conlleva asumir que la Com.Valenciana realmente es parte de esos hipotéticos "Paisos Catalans" con los que sueñan los separatistas catalanes. Básicamente, asumir que tanto C.Valenciana como Baleares realmente deberían poder secesionarse para poder formar una confederación catalana con una Cataluña "lliure". Y para eso hay que fomentar que la lengua valenciana realmente es una derivación del catalán como la región valenciana parte del "Imperio" catalán. Eso es tan estúpido como afirmar que, puesto que portugués, español o francés son lenguas latinas realmente no deberíamos tener conciencia nacional, sino estar sometidos a un nuevo "Imperio Latino o Romano". Porque aquí somos muy modernos y multiculturales cuando nos da la gana, cuando no tiramos de Historia de hace cientos de años.