La Audiencia de Barcelona ha condenado a un inspector de la Policía Nacional a 15 años por liderar una banda de narcos que introducía droga procedente de Sudamérica, y una multa de 795.000 euros, e impone a un subinspector jubilado 5 años y medio de cárcel y una sanción de 815.000 euros.
El pasado mes de noviembre arrancó en la sección sexta de la Audiencia de Barcelona el macrojuicio contra 32 procesados, entre ellos dos policías nacionales, acusados de liderar esta banda de narcos que introducía cocaína en el Puerto de Barcelona, y cuyas sesiones -un total de 35- finalizaron en junio de este año.
En concreto, el ministerio público pedía 20 y 14 años de cárcel respectivamente para estos dos policías, acusados de los delitos de tráfico de drogas, coacciones, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos por parte de un funcionario.
En su sentencia, la Audiencia de Barcelona ha condenado al principal imputado en este causa, un inspector de la Policía Nacional, a 13 años de prisión por el delito de tráfico de drogas con el agravante de liderar esta organización criminal y a otros dos años más por revelación de secretos por parte de un funcionario, así como a seis años de inhabilitación absoluta.
El tribunal lo absuelve, en cambio, de los otros dos delitos por los que se sentó en el banquillo, el de coacciones y el de omisión del deber de perseguir delitos.
Al otro de los policías, un subinspector jubilado, la sala le condena a cinco años y medio de cárcel por un delito de tráfico de drogas y por pertenencia a organización criminal, y le aplica el atenuante de drogadicción.
La sala, en su sentencia, ve probado que, al menos entre diciembre de 2014 y septiembre de 2017, estos dos policías acusados "conformaron un entramado" cuyo objetivo era la ilícita distribución de cocaína desde la provincia de Barcelona hacia otros puntos de territorio español y a otros países de Europa.
El principal procesado, sostiene el tribunal, se valió de su condición de policía adscrito a la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDyCO) para "instruir y aleccionar" al resto de los miembros de la banda sobre la forma de ocultar su actividad delictiva y desarrollarla sin riesgo de ser descubiertos, instrucciones que daba en colaboración con el subinspector jubilado.
Para ello, ambos policías impartían al resto de acusados pautas de actuación sobre el modo de comunicarse o de reunirse, consejos sobre como referirse a la droga utilizando "palabras clave" o, sobre todo, donde llevar a cabo sus encuentros.
También recaban información sobre los avances de la actividad delictiva en curso, sin que el inspector informara de estos encuentros a sus superiores dentro del cuerpo de la Policía Nacional.
La sentencia constata, además, que el inspector condenado usó sus claves de acceso a las bases de datos policiales para descubrir matrículas de coches patrulla secretas que les podían seguir en su actividad delictiva, para después pasar esta información a los narcotraficantes.
Entre algunas de las actividades ilícitas que recoge la sentencia, destaca la operación para descargar en el Puerto de Barcelona en 2015 de unos 200 kilos de cocaína ocultos en un contenedor procedente de Brasil, para lo cual tuvieron la "cobertura policial" de los dos mandos policiales condenados.
La Audiencia de Barcelona, en la sentencia, condena a 28 de los 32 procesados a penas que oscilan entre los 9 meses y los 15 años de prisión por diversos delitos como tráfico de drogas, coacciones, pertenencia a grupo criminal, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico y absuelve a otras cuatro personas de los delitos que se les imputaban