La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años de cárcel y a su expulsión de España durante 10 años al colombiano que agredió a un enfermero en el Metro de Madrid que le instó en repetidas ocasiones a ponerse la mascarilla, cuando estaba en vigor la normativa de su uso obligatorio en el transporte público por la pandemia.
Así consta en una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que los magistrados condenan al acusado por un delito de lesiones dolosas en concurso ideal con un delito de lesiones de pérdida de miembro principal por imprudencia grave.
La Fiscalía solicitaba para Juan Camilo ocho años y medio de prisión por un delito de lesiones. Además de la pena de prisión, la Sala acuerda su expulsión de España, sin que pueda volver en 10 años, y que indemnice a la víctima con 72.000 euros.
El sanitario, entonces enfermero del Hospital 12 de Octubre, perdió la visión de un ojo por la gravedad de la lesión. Los hechos quedaron grabados por las cámaras del suburbano, que mostraban que el agresor era la única persona que no llevaba mascarilla.
En el juicio, el chico manifestó que le golpeó con el brazo sin intención de hacerle daño al sentir pánico al haberle pegado un puñetazo antes la víctima, negando haberle golpeado con un objeto contundente.
Los hechos ocurrieron sobre las 22.30 horas del 13 de julio de 2021 en el interior de un vagón de la Línea 1 de Metro, en el trayecto comprendido entre las estaciones Cuatro Caminos y Alto del Arenal.
Cuando el convoy se encontraba a la altura de esta última estación, en Puente de Vallecas, un febrero que viajaba en el mismo, identificado como G. M. C., requirió a un joven de nacionalidad colombiana de 20 años para que se pusiera la mascarilla.
Según el relato del Ministerio Fiscal, el enfermero reclamó en repetidas ocasiones al pasajero que se colocara "correctamente" la mascarilla, dado que la llevaba puesta a la altura de la barbilla sin cubrir nariz y boca. Aunque otros pasajeros del convoy se unieron a este llamamiento, el acusado se negó "reiteradamente" a ello.
En un momento dado, el propio enfermero fue quien colocó la mascarilla al hombre, por lo que comenzó entre ambos una discusión en la que se lanzaron mutuamente patadas y puñetazos hasta que fueron separados por otros usuarios, sin consecuencias lesivas para ninguno de ellos.
"Gilipollas, ojalá te mueras"
Cuando una vez que el vagón se detuvo en la parada de metro Alto del Arenal, y antes de salir de su interior, el acusado, "con ánimo de menoscabar la integridad física" del enfermero, le dio un puñetazo en el ojo con el borde del teléfono móvil que llevaba en la mano, al tiempo que le gritó "gilipollas, ojalá te mueras". A continuación, huyó del lugar.
Como consecuencia de este golpe, según la Fiscalía, el enfermero ha sufrido la "pérdida funcional, completa e irreversible" del ojo derecho, además de otras lesiones. "Las secuelas oculares que presenta "le suponen un perjuicio moral por pérdida de calidad de vida en grado ligero", señala.