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Desafío covid: las 48 horas en que se articuló el mayor despliegue militar en España

Reuniones en las que se acortaron los plazos. Planeamientos que requerían la mayor urgencia. Una crisis que amenazaba con desbordar todas las capacidades. Una cúpula militar que se movía a

  • Un miembro de la UME desplegado en la Operación Balmis contra el coronavirus -

Reuniones en las que se acortaron los plazos. Planeamientos que requerían la mayor urgencia. Una crisis que amenazaba con desbordar todas las capacidades. Una cúpula militar que se movía a un ritmo frenético tratando de dar una respuesta adecuada a la emergencia. Trasiego en los despachos. Investigación de los archivos. 48 horas en las que se analizaron los recursos y se esbozó el mayor despliegue que hayan afrontado las Fuerzas Armadas en su historia reciente. Todo ello, en una lucha contra un enemigo invisible y omnipresente: el coronavirus.

Muchos aficionados al cine recordarán las escenas de Armageddon en las que la NASA trabajaba contrarreloj para encontrar un plan de choque adecuado y evitar el impacto del meteorito. Cada segundo que pasa acerca más al abismo; un tropiezo puede suponer la diferencia entre el éxito o la derrota total. Imágenes que no distan en exceso a las que se pudo vivir hace prácticamente un año en la cúpula del mando militar.

Un informe redactado por el Mando de Operaciones, órgano encargado del planeamiento y seguimiento de todas las misiones militares, detalla cómo fueron aquellas frenéticas 48 horas en las que se diseñó la Operación Balmis, la misión militar contra la pandemia; las dificultades operativas y logísticas que se encontró la cúpula de las Fuerzas Armadas en las reuniones que comenzaron el sábado, 14 de marzo de 2020, a las 11 de la mañana. Vozpópuli reconstruye esas jornadas a partir de los datos disponibles en el documento.

Nos ubicamos en los prolegómenos. Es viernes, 13 de marzo. La cúpula militar decide activar el proceso de planeamiento de una misión militar contra la pandemia una vez tiene conocimiento de la decisión del Gobierno de decretar el estado de alarma. El objetivo, disponer “a la mayor brevedad posible” de un plan que permita dar respuesta a la crisis sanitaria. Por eso se convoca a los mandos a una reunión que se celebrará en la mañana del día siguiente.

Sábado, 14 de marzo

El pistoletazo de salida tiene lugar a las 11 horas del sábado 14 de marzo. El general de brigada José Manuel Vivas Urieta preside una reunión a la que asiste “el núcleo del grupo de planeamiento” del Mando de Operaciones -del que él mismo forma parte- y de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Esta última tiene por objeto aportar su experiencia en la participación en situaciones de crisis dentro del propio territorio español.

El Mando de Operaciones dispone de un documento redactado por el Gabinete Técnico de la ministra de Defensa, Margarita Robles, donde se detallan todos los recursos del Ejército de Tierra, Ejército del Aire y Armada; “una relación pura de medios, personal y capacidades procedentes de diferentes Ejércitos y que no contaba con una profunda labor de análisis”, dada la premura con la que se ha redactado.

“Los ejércitos pusieron a disposición sus ROLE-2 [instalaciones sanitarias] desplegables, los cuales no se componen de equipos, sino que requieren del personal facultativo. Sin embargo, dicho personal es un bien muy escaso, el cual no podía sustraerse del Hospital Gómez Ulla por razones evidentes”. Esta valoración del informe refleja la necesidad de conjugar todas las capacidades militares para no encontrar duplicidades o falta de recursos para ponerlos en marcha.

Los presentes en la reunión analizan los cimientos sobre los que se va a desarrollar la operación, a la espera de que el Gobierno declare el estado de alarma. Desde un punto de vista jurídico se establece que el artículo 15.3 de la Ley Orgánica 5/2005 de apoyo a las instituciones del Estado en los supuestos de grave riesgo o catástrofe es el mejor paraguas bajo el que articular la misión. Y desde el ámbito geográfico se decide que el despliegue tendrá lugar en todo el territorio nacional, habida cuenta de la gran propagación del virus.

Así llegamos a una segunda reunión, que tiene lugar ese mismo sábado en torno a las 13 horas, en el Joint Intelligence Cell. Asisten los analistas del Estado Mayor del Mando de Operaciones, encargados de establecer los planes concretos para luchar contra el coronavirus. “Los hitos temporales clásicos en este tipo de actividades colaborativas no iban a poder cumplirse debido a la entidad de la crisis y a la inmediatez de la declaración del estado de alarma, por lo que se tomó la decisión de reducir el planeamiento al mínimo imprescindible en aras de una mayor rapidez en la respuesta”.

Como contó Vozpópuli, la cúpula militar se encuentra con la falta de un plan ya testado que sirva para hacer frente a la pandemia, pero sí hay una batería de operaciones que desempolvan de su archivo para encajarlos entre sí. Sus nombres: COP Ébola, COP Cota de Malla, COP Respuesta Solidaria, COP Emergencias.

La suma de estos cuatro planes da pie al OPLAN 00103, germen de la ya conocida Operación Balmis: “Junto con las lecciones identificadas durante la operación, servirán para la elaboración de un plan de contingencia frente a pandemias y epidemias”. El Mando de Operaciones destaca el valor de herramientas como SharePoint, que permite editar un documento de texto por varias personas de forma simultánea.

La reunión se prolonga durante la tarde del sábado y la mañana del domingo.

Domingo, 15 de marzo

Es domingo, 15 de marzo. 17 horas. El grupo de planeamiento operativo suma nuevos miembros, entre los que se incluyen oficiales de enlace de los diferentes cuerpos militares, de la Inspección General de Sanidad de la Defensa (IGESANDEF) y de la Jefatura de Sanidad Operativa, integrada en el Estado Mayor de la Defensa (EMAD). La sala en la que se había trabajado hasta ahora es demasiado pequeña para cumplir con los requisitos sanitarios, por lo que se habilitan otras estancias. Esta circunstancia “dificultó la gestión del grupo”, detalla el informe.

El objetivo de este encuentro es revisar todas las capacidades que incluía el dossier facilitado por el Gabinete Técnico de la ministra de Defensa y “comprobar que lo contemplado en el anexo” se ajusta “a las posibles necesidades que se pudieran requerir de las Fuerzas Armadas”.

Una vez redactado el borrador de la futura operación, se le incluye una directiva elaborada por el equipo del Jemad; la armadura que necesita toda misión antes de activarse. Y a las 20 horas se presenta el dossier en un briefing ad hoc ante los máximos representantes del Mando de Operaciones.

Lunes, 16 de marzo

Es lunes, 16 de marzo, por la mañana. Fruto de la última reunión se modifican algunos detalles de la misión, que finalmente se firma a las 12 horas. A las 17.59 se remite a todos los cuerpos militares, con las instrucciones precisas que deben seguir para enfrentarse a la pandemia.

Es difícil de imaginar, pero este plan se mantendrá activo durante 98 días. Un periodo de tiempo en el que las Fuerzas Armadas, con un acumulado de casi 190.000 militares desplegados, llevarán a cabo más de 20.000 intervenciones; más de la mitad, desinfecciones, especialmente en residencias de ancianos. Blindarán infraestructuras, transportarán cadáveres, traerán material sanitario desde países remotos y darán apoyo a centros sanitarios saturados. 48 horas que darán paso a la Operación Balmis, el mayor despliegue militar en la historia reciente de España.

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