Una escopeta recortada escondida en una especie de caja de zapatos. De esta forma un hombre ha acabado con la vida de su expareja en Orio (Guipúzcoa). La relación había acabado hace poco tiempo y el presunto homicida ha tendido una trampa letal a esta mujer, ambos de 50 años, cerca de su domicilio donde habían quedado para hablar, según explican fuentes de la investigación a Vozpópuli.
El suceso ha ocurrido sobre las 17.20 horas en un banco situado en los aledaños de un parque infantil de la calle Arrantzale. Cerca de este punto, en la calle Estropalari, residía el hombre. Hace poco habían terminado su relación sentimental que había durado cerca de un año. Esta mujer tenía dos hijos de una pareja anterior. El presunto homicida buscó una excusa en forma de regalo para tender una emboscada mortal a la que fuera su novia.
La mató y se suicidó
Según los testigos, el presunto homicida se acercó al banco donde estaba sentada su expareja con una caja de zapatos. Ese fue el escondite donde tenía guardado una escopeta recortada. En un momento dado sacó el arma y disparó a la cabeza de la mujer. Después se suicidó del mismo modo.
Tras escuchar la explosión varios vecinos se acercaron al lugar de los hechos. En un primer momento se pensó que había sido un artefacto explosivo casero pero finalmente todo hace indicar que fueron dos disparos lo que se escuchó en la zona. Tenían ambos heridas en la cabeza y murieron en el acto sin que pudieran hacer nada los sanitarios por la gravedad de las lesiones.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Ertzainza que acordonaron la zona en busca de pruebas. También la Policía Científica se personó en el lugar para buscar pistas del artefacto que había creado este individuo con el objetivo de acabar con la vida de su expareja.
Registro en la casa del hombre de Orio
Gracias al testimonio de los vecinos, los agentes identificaron a ambas víctimas y se desplazaron con celeridad al domicilio del hombre para realizar una inspección de la vivienda. Varios de los testigos confirmaron a los investigadores que el hombre portaba el paquete que explotó. La tranquilidad de Orio, un municipio con poco más de 6.000 habitantes, se vio sobresaltada por este cruel suceso.
Una hora antes el fallecido había tomado café "como siempre" en un bar cercano al lugar en el que luego se produjeron los disparos. Así lo ha relatado a EFE, el dueño del bar Aurrera de Orio, donde el fallecido, de unos cincuenta años y natural de la localidad, solía alternar.
El propietario del establecimiento, que conocía desde hace más de veinte años al hombre, ha recordado que este martes éste estuvo dos veces en su local, una sobre las 14.30 o las 14.45 horas, y la otra sobre las 15.50 horas.
"Habrá salido de aquí sobre las 16.30 horas y esto -el suceso- habrá pasado como una hora después de salir del bar de tomar su cortado descafeinado como siempre", ha recordado el testigo.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha apuntado también a la hipótesis de que la violencia machista puede ser el motivo de lo ocurrido. El mandatario vasco ha comenzado su intervención en un mitin del PNV en Basauri (Bizkaia) con una alusión al suceso, que se ha producido, ha dicho, "supuestamente por causa de la violencia machista".
Tras expresar su dolor y su solidaridad con los allegados de los fallecidos ha pedido a los presentes que guarden un minuto de silencio. Según publica 'El Diario Vasco', el homicida se llama Alberto y es una persona muy conocida en la localidad. Fue durante años entrenador y jugador de un equipo de fútbol sala de Orio y según sus allegados era una "persona responsable y tranquila". El nombre de la mujer fallecida es Lourdes.