722 muertos y más de 34.546 contagiados solo en China. Son las cifras que arroja el último balance del coronavirus de Wuhan.
A miles de kilómetros de la ciudad en la que surgió el virus 2019-nCoV, en Cobo Calleja (Madrid), los ciudadanos chinos mantienen la calma. Se trata del polígono industrial asiático más importante de Europa, y en apariencia, todo transcurre con normalidad.
En una tienda de maletas, uno de los trabajadores cree que la población está "bastante alarmada" y asegura que "hay menos gente" en las tiendas del polígono. "Como lleva pocos días no lo notamos tan fuerte, pero sí que ha habido un pequeño bajón", añade. Él es el único de los consultados en Cobo Calleja que asegura que el coronavirus les ha afectado.
A escasos metros de este negocio, en una tienda de ropa, los tres empleados niegan con la cabeza al ser preguntados sobre si el coronavirus está mermando sus ventas o si altera su día a día. "Mi hija no me ha dicho nada", añade una de ellas en referencia al comportamiento de los compañeros de la niña en el colegio.
Misma respuesta en otro de los locales, en el que una trabajadora responde con más rotundidad: "No, nada", antes de seguir sacando mercancía de las cajas.
Cuarentena voluntaria
En Usera, el distrito conocido como el 'Chinatown' de Madrid, no se aprecia la misma calma que en el polígono industrial. En pleno horario comercial de este pasado jueves varios locales tenían las persianas bajadas, desde restaurantes a peluquerías.
"Como ahora vuelve mucha gente de vacaciones de China tienen que estar 14 días en casa, no pueden estar con nadie. La gente tiene miedo de que a lo mejor lo tenga pero no lo sepa", asegura una joven china. "Hay restaurantes cerrados porque tienen miedo", añade.
Como explica, hay muchos ciudadanos chinos que han optado por realizar una cuarentena voluntaria de dos semanas para contener los posibles casos de coronavirus.
#nosoyunvirus
En una rueda de prensa el pasado martes, el encargado de Negocios de la Embajada de China en España, Yao Fei, pidió que no se discriminase a la sociedad china por el virus de Wuhan y advirtió que el enemigo es el propio virus, "no los ciudadanos".
Con el objetivo de prevenir los posibles casos de xenofobia hacia la población china y de combatir la desinformación nació la campaña 'No soy un virus'. El abogado Antonio Liu Yang, uno de los impulsores, explica a Vozpópuli que decidieron "replicar lo que ya se estaba haciendo en otros países como Francia e Italia". "Es un trabajo necesario", argumenta.
Liu Yang pone como ejemplo el caso de la madre de una amiga suya, valenciana, a la que despidieron esta misma semana por tener un yerno chino y destaca la importancia de diferenciar entre prevención y discriminación: "El virus no entiende ni de nacionalidades ni de razas. "Los chinos son los primeros interesados en no contagiarlo", añade en declaraciones a este diario.
La campaña, bajo la etiqueta #nosoyunvirus ha tenido una gran acogida en redes sociales e incluso se han hecho eco desde la cuenta oficial de Twitter de La Moncloa.