Hace justo ahora tres años, por estas mismas fechas, Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones, era trasladado desde la ciudad de Bayamo al complejo '100 y Aldabó', un centro del Ministerio de Interior cubano en La Habana. Faltaban pocas horas para que el régimen de los Castro difundiera al mundo su autoinculpación televisada por el episodio de la muerte del conocido disidente cubano Oswaldo Payá y el activista Harold Cepero. Cuando se acaba de cumplir el tercer aniversario de la desaparición de ambos, Vozpópuli se interesa por los orígenes de aquella aventura que terminó en tragedia. Las autoridades de la isla señalaron a la figura del diputado Pablo Casado y le acusaron estar detrás de la "incursión" de julio de 2012. Con la perspectiva que da el paso el tiempo, Vozpópuli habla al respecto con el hoy vicesecretario de Comunicación del PP, quien mantuvo estrecho contacto con Carromero durante su etapa al frente de NNGG de Madrid.
¿Hasta qué punto el PP y Moncloa estuvieron al tanto del tormentoso viaje de Carromero a Cuba?, es la primera pregunta lanzada al parlamentario popular. "Él sí me dijo que lo estaba preparando, como a más gente, pero a efectos de 'dónde fuisteis', 'cómo viajasteis', aunque yo por circunstancias personales no puede estar informado", contesta Casado. El portavoz del PP revela así que el dirigente de NNGG habló con él y otros compañeros (no lo hizo con Esperanza Aguirre, presidenta del PP Madrid) sobre sus planes de visitar Cuba para apoyar a la disidencia cubana.
No obstante, Casado recalca que Carromero sólo les pidió consejo y que no estuvieron al tanto del momento concreto en que partió hacia la isla, "ni siquiera si finalmente iría", apunta. Sólo así se explica que el vicesecretario de Comunicación afirmara en 2013 a las puertas de la cárcel de Segovia, en el regreso de su compañero a España, que aquel fatídico viaje "no era nada político, el partido no sabía absolutamente nada de este viaje, ni el Gobierno. Hay que verlo como una iniciativa personal", recogió Efe. Casado mantiene hoy que "no había interés en mandar a nadie y que Carromero, por la posición que tenía, podía haber dicho que mandaran a otro", agrega. "Ángel viajó porque le dio la gana, que dice mucho a su favor, porque dedicó a ello sus días de vacaciones y se lo pagó él. No hubo ninguna misión especial como intentó hacer ver la izquierda", enfatiza. Carromero era vicesecretario general de NNGG de Madrid.
El portavoz del PP dice que Carromero sólo le pidió consejo y que no estuvo al tanto del momento en que partió hacia la isla
Con esa intención de arrojar más luz sobre un suceso que generó ríos de tinta, este diario planteó a Casado el siguiente interrogante durante la entrevista del pasado sábado: "¿Usted estaba en NNGG cuando Carromero viaja a Cuba y ocurre todo lo de Payá. Usted "estaba al mando", ¿quién decide ese viaje? ¿Él le hace una llamada a usted por teléfono?", le lanzó Karina Sainz. Con gesto de no esperarse este remate a la entrevista, Casado contestó a partir de su propia experiencia: "Yo viajé a Cuba en el 2005, creo recordar, con una ONG que hacía que estudiantes que iban a La Habana, incluso en sus viajes de carrera, pudieran llevar libros, medicinas, a parroquias de las que colaboraban con los disidentes. Conocí a Oswaldo en el 2005. Yo viajé con un periodista en una ONG, y a partir de entonces más personas de otros partidos".
"De mi partido -prosiguió Casado- hicieron ese mismo viaje, por ejemplo, Pepe Margallo, Moragas y de otros partidos Rosa Díez e incluso algún socialista eurodiputado. Nos veíamos con Oswaldo Payá, con Vladimiro Roca, que es el presidente del Partido Socialista cubano, con Elizardo Sánchez, que es el presidente también socialdemócrata en la Comisión de Derechos Humanos, y ese es el viaje que hizo Ángel, ya como militante y en base a una ONG, creo que sueca y por decisión plenamente personal", remarca.
En el libro Muerte bajo sospecha (Obrerón), escrito por el propio Carromero y presentado en España en marzo de 2014, el actual secretario general de Nuevas Generaciones de Madrid no hace mención explícita a Pablo Casado sobre los preparativos del viaje, pero ofrece un relato que provoca que todas las miradas vayan hacia él. Carromero expone lo siguiente: "Mis días transcurrían 'conectado' las veinticuatro horas. Justo antes de cenar recibí un último email, de uno de los mejores amigos que he tenido en política. Siempre solían ser con alguna tarea nueva pero en esta ocasión, parecía algo de mayor envergadura. Me hablaba sobre la posibilidad de ir a Cuba, de apoyar a la disidencia. Él ya había realizado ese viaje y al regreso había contado los detalles".
Así, cuenta Carromero que esa persona le "había hablado de las persecuciones, de la represión a todo el que piensa diferente a la 'Revolución', del confinamiento en cárceles. En su viaje, mi compañero se había reunido con diferentes opositores, y entre ellos, destacaba la figura de Oswaldo Payá. Las reuniones ocurrían de manera casi clandestina, sin la libertad que habría en cualquier otro país para hablar con quien quisiera, sin ser vigilado", incide.
Según Casado, NNGG remitió el email de forma "indiscriminada" a una veintena de posibles voluntarios para ir a Cuba
La siguiente pregunta de este diario a Casado era inevitable: ¿Fue usted la persona que envió ese email a Carromero? El vicesecretario de Comunicación del PP dice no recordar si fue él o Germán (por Germán Alcayde, entonces secretario general de NNGG de Madrid) u otro compañero quien mandó ese correo electrónico. De lo que sí está seguro, continúa, es de que aquella cuestión se trató en una Junta Directiva Nacional de NNGG y que el email se remitió de manera "indiscriminada" a una veintena de colaboradores en busca de voluntarios para viajar a Cuba.
La ONG Centro Cristiano Democrático Internacional, muy cercana al partido de los Democristianos Suecos (KDU), necesitaba algún acompañante para el joven Jens Aron Modig -el otro integrante ileso del coche siniestrado- que hablara español y facilitara así la ayuda a la disidencia. Casado subraya que aquella visita a La Habana "no entrañaba riesgo" y que habría pasado inadvertida si no fuese por el trágico desenlace.
Tras despertar del funesto suceso, Carromero recuerda en su libro que, custodiado por tres militares cubanos, pudo ver al cónsul auxiliar de España en Cuba y que realizó la primera llamada de auxilio a los suyos. Pero tampoco especifica si al otro lado del teléfono estaba Pablo Casado o Jorge Moragas, actual jefe de campaña del PP y con amplios contactos en Cuba. Por su parte, Casado indica que "al tener conocidos comunes, cuando pasa lo de Ángel nosotros intentamos estar muy cerca de él, y también lo intentó el Gobierno a través del consulado y la embajada", añade.
En aquella conversación, el dirigente de NNGG insistió en que "no había sido un accidente", sino que "nos habían sacado de la carretera y nos habían embestido". Todo lo contrario de la autoinculpación televisada en que Carromero afirma que se trató de un accidente y que el automóvil que él conducía no fue embestido por otro vehículo, a 22 kilómetros de Bayamo.
"Responsabilidad directa" del Gobierno cubano
La organización Human Rights Foundation (HRF) presentó la pasada semana en la Universidad de Georgetown (Washington) un informe donde considera que el Gobierno cubano tiene "responsabilidad directa" en la muerte de los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero. El citado documento, con una extensión de 88 páginas, señala que "el accidente (...) es el resultado de un hecho automovilístico provocado deliberadamente por agentes del Estado".
Para esta fundación, o bien hubo "intención de asesinar a Oswaldo Payá y a los pasajeros que viajaban con él" o sólo caben otras dos posibilidades: la voluntad de "causarles graves lesiones corporales" o que el hecho "fue realizado con negligente y/o aviesa indiferencia -y un alto riesgo injustificado- por la vida del activista".