La tensión, el pasado y la crítica han sido las protagonistas de un debate que ha sacado de sus casillas a los tres candidatos a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales del 20D. Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias han protagonizado este lunes un encuentro vibrante en el que los tres políticos han mostrado la tensión creciente por el devenir de las encuestas. Pese a que la campaña empieza el viernes, el tono de los dirigentes indica todo lo contrario.
Quizá unos minutos antes del inicio del debate electoral alguno de los candidatos pensaban que iban a salir triunfantes de la contienda frente a un Rajoy que decidió ausentarse. No ha sido el caso. Sobre sus cabezas ha volado todo cuchillo posible: la corrupción de los ERE, la alianza de Ciudadanos con Libertas, el ataque de Monedero a Rivera, la URSS, el concejal de Podemos condenado por agresión, Trinidad Jiménez, Luis Garicano... todo era un arma arrojadiza válida para los líderes de PSOE, Ciudadanos y Podemos.
Entre las múltiples críticas se ha podido ver la intención de los tres partidos de potenciar la lucha contra la corrupción, introducir un cambio en la Educación -Ciudadanos propone un pacto por la Educación, el PSOE derogar la LOMCE y Podemos incluir a profesorado en una nueva reforma (que también acabe con la LOMCE)-, abogan por poner fin a las puertas giratorias, una nueva ley electoral, cambiar la Justicia y reformar, cambiar o quitar el Senado. Éstas, entre muchas otras medidas, han ocupado un debate en el que las interrupciones y los ataques personales han inundado los minutos mientras los partidos incendiaban las redes sociales.
Así se lo hemos contado en Vozpópuli:
