El último detenido, hasta el momento, por el triple crimen de Chiloeches fue Cristian Borja, el novio de Laura. El arresto se produjo gracias a un correo electrónico que recibió la Guardia Civil con información del caso. Este joven ingresó en prisión por ser el supuesto inductor del plan del robo en la casa de la familia de su pareja en la urbanización Medina Azahara. Vozpópuli ha accedido a su declaración en sede judicial donde negó todos los hechos y afirmó que de haber sabido las intenciones de su amigo Fernando le "hubiera arrancado la cabeza".
Uno de los amigos de los detenidos cuando se enteró por la televisión el sábado 13 de abril de lo que había pasado en Chiloeches decidió tres días después "escribir un correo electrónico a colabora@guardiacivil.org pidiendo una reunión". Este chico prestó declaración el 18 de abril ante los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Guadalajara para desvelar muchas incógnitas del caso.
El testigo conocía a Cristian, Fernando y David desde que iban al colegio. Tres meses antes del suceso quedó con ellos a petición del novio de Laura en un bar de la localidad de Pioz. Después de comer y beber, según su declaración, Cristian Borja le propuso conducir un coche para cometer un robo en casa de su novia. Esta declaración fue clave para detener dos semanas después a la pareja de la joven asesinada.
Cristian Borja fue detenido por los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Guadalajara el 28 de abril y un día después tuvo que prestar declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Guadalajara, que lleva las diligencias del caso. El joven, que tiene una discapacidad mental de más del 50%, ofreció su testimonio con abundante barba y vestido totalmente de negro.
Ya en sus primeras palabras rechazó de forma radical haber participado en el triple asesinato de Chiloeches aunque no pudo rebatir las pruebas que tenían contra él: el teléfono móvil que utilizaba, que era propiedad de su madre, fue posicionado esa madrugada en las inmediaciones de la casa donde ocurrieron los hechos.
El posicionamiento del teléfono móvil
Cristian Borja afirmó que seguía manteniendo una relación sentimental con Laura, a pesar de la orden de alejamiento por un episodio de malos tratos que tenía en vigor. Reconoció que su novia había desvelado a sus amigos, Fernando y David, que su padre tenía una colección de relojes en su casa y había recibido 30.000 euros por la venta de una casa en su pueblo. Este comentario generó una discusión entre ambos pues desconfiaba de estas personas.
El investigado, al que los padres de Laura regalaron un reloj por su cumpleaños, negó de forma categórica haber propuesto a terceras personas el robo en la casa de Chiloeches. En esta línea, señaló que el día del crimen no salió de casa y estuvo durante toda la jornada hablando con su novia por videollamada, "ilusionado" porque habían quedado el sábado. "Desde las ocho hasta las dos de la mañana", aseguró.
Eso sí, no supo responder porqué el posicionamiento del teléfono móvil de su madre le situaba durante los hechos en las cercanía de la casa de su novia. "Es imposible", advirtió ante las preguntas de la juez de Guadalajara.
Cristian Borja afirmó que dejó de tener relación con Fernando, el presunto asesino, cuando notó "cosas raras" como la venta de sustancias estupefacientes. "Me empecé a apartar de él y estuve alejado. Ya ni me avisaba", añadió. A pesar de ello, la madrugada del crimen recibió dos llamadas de este joven.
"Hubiera arrancado la cabeza" al asesino de Chiloeches
"Si hubiera sabido lo que iba a hacer le hubiera arrancado la cabeza", señaló. Con el otro detenido, David, que es su primo, sí que tenía más relación. La Guardia Civil incautó para analizar el teléfono de Cristian Borja y su ordenador portátil. El novio de Laura admitió que no tenía "buena relación" con el padre de ella porque "le cortaba en muchísimas cosas", aunque se lo estaba "ganando poco a poco".
"Como voy a entrar en la casa de mi pareja a hacer tanto daño", profirió visiblemente molesto. Asimismo, reiteró que Fernando y David no le avisaban y le "dejaban apartado" a la hora de hacer planes. Unas actividad que sí hacía con Yerai, el único superviviente de Chiloeches, con quien quedaba de forma habitual.
En su testimonio, Cristian Borja afirmó que Fernando se "dedicaba a robar, a vender droga... hacía un poquito de todo". "Tu le ves y no es capaz de hacer eso. Es una persona con la que tenías confianza y te hablaba con educación, tenía estudios", aseguró.
"Si yo lo hubiese sabido antes no hubiera pasada nada pero conmigo no contaban para nada", lamentó. David "nunca me propuso lo del robo", "no quedaban conmigo, los dos estaban liados con la droga".
Cristian Borja fue trasladado a la casa después del crimen
Horas después del asesinato, a las ocho de la mañana, según el relato del novio de Laura, la Guardia Civil apareció en el domicilio donde residía con su madre. Los agentes le dijeron que "iba a ver a su novia", "me engañaron", aseguró, y fue conducido en un coche hasta Chiloeches. "Cuando vi las cámaras de televisión y la ambulancia pensé que algo había pasado", testificó.
"Directamente me derrumbé me caí al suelo cuando me enteré del asesinato", añadió. El joven reconoció que no había superado la muerte de su novia y desde ese momento toma medicamentos.
Después de prestar declaración, la Fiscalía solicitó para Cristian Borja la prisión provisional. La letrada de su defensa advirtió que había medidas menos gravosas, como la retirada del pasaporte, y que tenía arraigo en nuestro país lo que dificultaba su fuga. A pesar de ello, la magistrada decretó su ingreso en prisión. Este es el testimonio del último de los detenidos por el triple crimen de Chiloeches.