El Ministerio de Defensa abre las puertas a mantener activas sus capacidades militares en la lucha contra el coronavirus más allá del estado de alarma, momento en que se pondrá punto y final a la operación Balmis. El nuevo escenario permitirá que las Fuerzas Armadas colaboren con las administraciones que se lo soliciten, aunque habrá que recurrir a mecanismos tradicionales de petición de ayuda toda vez que el mando único quedará disuelto.
Como contó Vozpópuli, Defensa sigue desarrollando sus planes de lucha contra el coronavirus a corto y medio plazo. La convocatoria de algunos reservistas sanitarios hasta el próximo otoño es prueba de ello. Sin embargo, el grueso del despliegue tenía una fecha de caducidad; y esa era el próximo 21 de junio, coincidiendo con el fin del estado de alarma.
Ahora, el departamento que dirige Margarita Robles abre las puertas a mantener activos algunos despliegues más allá de esa fecha. En concreto, las Fuerzas Armadas atenderán las peticiones que les planteen desde diferentes administraciones para mantener ciertas actividades de lucha contra el coronavirus. Así lo desvela el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire Miguel Ángel Villarroya, en una entrevista publicada en la Revista Española de Defensa, editada por el propio Ministerio.
"Balmis terminará cuando se decrete el fin del estado de alarma -asevera el JEMAD-. Es cierto que, a medida que se reducen las peticiones de apoyo nuestras aportaciones a la operación van disminuyendo. Esto no quiere decir que aquí acabe la participación de las Fuerzas Armadas frente a la pandemia".
"Se atenderán los apoyos solicitados"
El propio JEMAD afirma que cesarán los "mecanismos extraordinarios" que han permitido el despliegue rápido de las Fuerzas Armadas durante la crisis del coronavirus: "Pero los apoyos solicitados se atenderán adecuadamente a través de los mecanismos ordinarios de colaboración con el resto de la sociedad".
Según fuentes consultadas por este diario, se espera mantener actividades de desinfección -incluyendo la instrucción en esta materia a otros entes públicos- y de apoyo sanitario donde se requiera. Por lo tanto, no habrá despliegues en los espacios públicos tan significativos como los que se han visto hasta ahora. A ello habrá que sumar el previsto desempeño de los hospitales y centros dependientes de la Inspección General de Sanidad de la Defensa.
El JEMAD también afirma que las Fuerzas Armadas cuentan con un "plan de contingencia" para actuar ante posibles nuevos brotes del coronavirus. Vozpópuli adelantó que el Ejército de Tierra se ha hecho con respiradores por valor de 250.000 euros para hacer frente a futuras pandemias y evitar el colapso sanitario que se ha producido durante los últimos meses.
'Desescalada' militar
Las Fuerzas Armadas están en pleno proceso de desescalada. El 3 de abril fue el día en que se registró un mayor número de militares desplegados en la operación Balmis: desinfección, apoyo sanitario y vigilancia de infraestructuras críticas. La cifra ha ido progresivamente en las semanas consecutivas, en respuesta a una cifra decreciente de peticiones de ayuda por parte de las administraciones. Este domingo, el Ministerio de Defensa mantenía activos 700 efectivos en diferentes intervenciones relacionadas con la pandemia.
Asimismo, desde el departamento dirigido por Margarita Robles se ha puesto en marcha un plan para que los miembros de las Fuerzas Armadas regresen a sus actividades habituales de forma progresiva. En el plano exterior, la irrupción del coronavirus ha puesto en jaque los despliegues en escenarios como Irak, Afganistán o Mali, donde se ha replegado a parte de las tropas para evitar problemas sanitarios.