El nombre del almirante Francisco Javier González-Huix está intrínsecamente ligado a la historia reciente de la Armada. Su trayectoria personal salta entre destino y destino en el cuerpo militar; de la flotilla de submarinos a las fragatas; de los puestos de responsabilidad en territorio nacional a los que desempeñó en la estructura de la OTAN. Llegó a ser Jefe del Estado Mayor Conjunto del Estado Mayor de la Defensa, uno de los puestos de máxima responsabilidad en el planeamiento y ejecución de las misiones militares. A finales de 2020 murió por un cáncer, y ahora el Ministerio de Defensa le reconoce su fallecimiento "en acto de servicio".
Así consta en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa publicado el pasado martes, 2 de agosto, firmado por la Subdirección de Gestión de Personal del departamento que dirige Margarita Robles. La resolución destaca que, "en cumplimiento de lo acordado por la Subsecretaría de Defensa", el fallecimiento del almirante Francisco Javier González-Huix Fernández "sea declarado como acaecido en acto de servicio".
Fuentes militares consultadas por Vozpópuli afirman lo poco frecuente que es el reconocimiento de un fallecimiento en acto de servicio a personal que haya perdido la vida por cuestiones derivadas de una enfermedad. En el entorno del almirante, no obstante, se sostiene que el desarrollo del cáncer se debió a un destino próximo a residuos catalogados como tóxicos.
Tras una publicación de El Confidencial Digital, la asociación militar Tercios Viejos Españoles ha remitido una consulta al Ministerio de Defensa, en la que solicita información sobre el criterio que se ha seguido con el almirante González-Huix: "Es cierto que el Ministerio de Defensa se ha visto obligado a indemnizar a personal de la Armada que, tras una larga batalla judicial, consiguió que fuera reconocida la relación causa efecto entre su servicio en buques con amianto y el desarrollo de su enfermedad. En consecuencia, entra dentro de lo posible que el caso del almirante González-Huix se encuentre en este supuesto", discurre el documento.
Desde la asociación consideran que, al basarse la decisión en una resolución de la Subsecretaría de Estado de Defensa y no en una sentencia judicial, "puede hacer pensar que ciertos empleos militares están obteniendo un trato acelerado y preferente a la hora de reconocer el Ministerio de Defensa esta relación causa efecto".
"Este asunto requiere la máxima trasparencia y una adecuada difusión pública que permita conocer cuáles son los
criterios para que una persona pueda considerarse afectada por determinados supuestos y reclamar, por vía administrativa y no judicial, el reconocimiento de la indemnización correspondiente o de un fallecimiento en acto de servicio", argumenta la asociación en su escrito.
El currículum del almirante
El caso del almirante Francisco Javier González-Huix ha causado un gran revuelo en su entorno, debido a la ascendencia personal y profesional que adquirió durante su dilatada trayectoria sobre sus compañeros y subordinados. Nacido en Barcelona el 2 de enero de 1957. Ingresó en la Escuela Naval Militar en agosto de 1975 y obtuvo el empleo de Alférez de Navío en julio de 1980. Ascendió a Teniente de Navío en julio de 1983, a Capitán de Corbeta en mayo de 1992, a Capitán de Fragata en diciembre de 1999, a Capitán de Navío en julio de 2006, a Contraalmirante en agosto de 2010, a Vicealmirante en junio de 2014 y a Almirante el 23 de Junio de 2017.
De acuerdo a la información que en su día publicó el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) sobre su historial, González-Huix se graduó en la Escuela de Guerra Naval en julio de 1995 y en el 97º Senior Course de NATO Defence College en febrero de 2001. En 2012 completó el curso NATO Senior Officers Policy, en la Escuela OTAN de Oberammergau y se graduó en el curso General Flag Officers and Ambassadors de NATO Defence College.Submarinista y Especialista en Comunicaciones, ha realizado muchos otros cursos relacionados con su carrera.
Entre otros destinos, estuvo embarcado en la fragata Extremadura y en la corbeta Diana. También fue jefe de operaciones de los submarinos Delfín y Mistral, además de segundo comandante del patrullero Recalde y del submarino Tramontana. Mandó el dragaminas Odiel, el propio submarino Tramontana y la fragata Santa María. Participó en numerosas misiones internacionales y ocupó puestos de responsabilidad en la OTAN.
El 23 de Junio de 2017 se le nombró el Jefe del Estado Mayor Conjunto del Estado Mayor de la Defensa (EMACON), órgano auxiliar de mando del JEMAD, con la misión de apoyarle en su asesoramiento político-militar al ministro de Defensa así como en el planeamiento militar y conducción en el nivel estratégico en sus funciones como mando operativo de las Fuerzas Armadas.
El almirante fue condecorado durante su trayectoria con la Gran Cruz al Mérito Naval, la Gran Cruz de San Hermenegildo, cinco cruces al Mérito Naval, la medalla de Uruguay, una cruz al Mérito Militar, dos medallas OTAN y la Medalla de Plata de Defensa de la República Francesa.
Milana bonita
Esperemos que morir por un cáncer se considere acto de servicio para el resto del escalafón... Pero lo dudo mucho...
vallecas
Oye que yo he hecho la "mili". Lo mas cercano que un Almirante está de una intoxicación es al comerse un cóctel de gambas.
Sin_Perdon
El favoritismo del Ministerio en este caso es palpable y notorio. Y no parece que las unidades en las que estuvo embarcado tuvieran ese "amianto" que podría haberle producido la enfermedad. Por no hablar de que su último mando embarcado fue casi 20 años antes de su muerte. No parece que fuera la causa, pero el Ministerio tiene una doble vara de medir para los mandos y para la tropa. Viva el socialismo.