Se ha cumplido un año de la desaparición de Mónica de la Llana García en La Morera de Montsant, una pequeña localidad de Tarragona donde solo viven 160 personas. En este tiempo la agonía de la familia se ha ido incrementando, mientras que la investigación ha cambiado en varias ocasiones de equipo. Los Mossos d'Esquadra que se han hecho ahora cargo del caso han decidido comenzarlo de cero, citando de nuevo a todos los testigos y completando las diligencias para saber qué sucedió con Mónica, según fuentes de la investigación a Vozpópuli.
La última conexión de WhatsApp de Mónica data del 21 de julio. Había quedado a comer con una amiga, pero nunca llegó a esa cita. También concertó un encuentro con un amigo y tenía pendiente ir a trabajar. Llevaba siete meses con su pareja. Se había mudado con él desde Reus a La Morera de Montsant.
Su novio declaró a los Mossos que dejó a Mónica el medio día del 21 de julio en una parada del bus en Cornudella. Los investigadores se entrevistaron con el conductor de autobús, quien dijo que esa mujer no se había subido al vehículo. Una de las claves de este caso es el posicionamiento de los teléfonos móviles, aunque solo hay un repetidor en todo el pueblo. El dispositivo de Mónica no llegó a salir del término municipal, según las diligencias realizadas por los Mossos. Los agentes también han estado inspeccionando la vivienda donde residía con su pareja. No han encontrado nada.
Las diligencias del caso pasaron por varios grupos hasta que definitivamente se han quedado en manos de la Policía Judicial de Sabadell desde hace dos meses. Han vuelto a comenzar el caso de cero para llevarlo a su forma. Decidieron volver a tomar declaración al entorno de Mónica y a revisar el posicionamiento del dispositivo de la desaparecida.
Una discusión con testigos
María Jesús, su hermana, confiesa en una entrevista a Vozpópuli que siguen teniendo sospechas de que ha sido asesinada. "Esa misma noche mi hermana y su pareja tuvieron una bronca que vio todo el pueblo. Esa noche pasó algo. No sé si de forma fortuita o planeada", apunta.
"Es casi peor la incertidumbre de no tener noticias de ella. No saber la verdad es agobiante", lamenta María Jesús. Esta mujer está acudiendo al psicólogo porque se encuentra "muy nerviosa, a la defensiva y con mucha ansiedad" desde su desaparición.
Y es que la familia está viviendo algo "muy duro y muy difícil". "Cuando entierras a alguien te puedes despedir de él, pero esta situación es muy complicada". "No soy feliz siento que me falta una parte de mi vida... Pienso que la han hecho algo y se está pudriendo por ahí y yo haciendo mi vida", afirma.
Piden que la justicia sea más flexible
Una de las personas más afectadas por la ausencia de Mónica es su hijo de 22 años, que fue criado por sus abuelos. Un joven "muy reservado" que evita hablar del tema y no expresa sus sentimientos. "Él no sospecha de nadie", reconoce la hermana.
Con todo ello, María Jesús reconoce que es "muy difícil" la investigación de la desaparición de su hermana, pero pide a los Mossos que "sigan y que no dejen de realizar pesquisas". "Que pongan todos los esfuerzos y que la justicia nos ayude, tienen que ser más flexibles a la hora de autorizar las diligencias", añade.
La familia necesita saber qué sucedió con Mónica para descansar y tener un poco de tranquilidad. "No vamos a descansar hasta encontrar el cadáver. Voy a mover cielo y tierra para que pague el que ha estado implicado en su muerte", añade.
Mónica grabó un episodio de malos tratos
Tan solo un mes antes de su desaparición grabó con su teléfono móvil un episodio de malos tratos. Un audio de apenas un minuto. Mónica se estaba haciendo un Cola-Cao. Él comenzó a pegarla de forma agresiva mientras ella se intentaba defender. "Tú no eras así. Eras simpático, agradable... tienes una doble personalidad", llegó a decir en el mensaje. La grabación se realizó el 11 de junio. Después, Mónica se la pasó por correo electrónico a un amigo con un texto: "Ni una, nunca más. Si me pasa algo, este audio se lo mandas a la Policía".
El entorno de Mónica califica a su pareja como una persona agresiva: "subí a la montaña para estar relajada y me encontré con una persona que me anula la personalidad, no me deja ser yo", confesó la desaparecida a uno de sus allegados. "Alguno de sus amigos no le podían ni ver", dice su hermana.
La mujer desaparecida necesita medicación, ya que es asmática y también tiene problemas cardíacos. Nadie ha usado su tarjeta sanitaria para reclamar estas pastillas en hospitales o en farmacias. "Desde el principio sabíamos que no era una marcha voluntaria. Es imposible que no quisiera estar el 13 de septiembre, que es el cumpleaños de su hijo y el suyo", relata su hermana.
