En la madrugada del 23 al 24 de febrero de 2022, y apenas unas horas antes de que estallara el ataque ruso a Ucrania, Pablo Casado claudicó ante los barones del PP después de su guerra con Ayuso. El todavía presidente del partido aceptó la convocatoria de una junta directiva para poner fecha a un congreso extraordinario que pondría fin a su mandato. Antes, ya habían caído dos estrechos colaboradores: Teodoro García Egea y Ángel Carromero. Un año después, parte de los dirigentes que formaban la guardia pretoriana del exlíder se mantienen en puestos de relevancia, aunque otros han sido condenados al olvido e, incluso, han abandonado la política.
Ese "paso a un lado", tal y como definió el propio Pablo Casado su marcha de la política, también se lo aplicó el ya mencionado Carromero, que ahora trabaja en la Fundación Marqués de Oliva. Ambos, amigos de Nuevas Generaciones, se volvieron a reencontrar, hace apenas unas semanas, en la fiesta de cumpleaños de la que fuera jefa de prensa del expresidente del PP, María Pelayo.
A esa fiesta también acudió José Luis Martínez-Almeida. El alcalde de Madrid vivió, con el estallido de la guerra entre Casado y Ayuso, los días más delicados de su carrera política, teniendo que elegir entre el presidente de una ejecutiva a la que él pertenecía, y la dirigente autonómica. Su decisión no dejó lugar a dudas: dimitió de su cargo como portavoz del PP nacional después de no acudir a la reunión del último comité de dirección de Casado.
Un año después, y más allá de ese breve encuentro en el cumpleaños de María Pelayo, Almeida y el expresidente del PP no han mantenido contacto. Y, durante este tiempo, el alcalde se ha enfocado exclusivamente en el Ayuntamiento y ha visto incrementada su intención de voto. Hasta tal punto, de estar a un concejal de la mayoría absoluta, según la encuesta de GAD3 desvelada por Vozpópuli.
Gamarra y García Egea
Si Almeida ha visto mejorada su situación tras la caída de Casado, Cuca Gamarra ha protagonizado el principal ascenso en la transición del PP de Casado al PP de Feijóo. La hoy secretaria general del partido asumió el papel de coordinadora general en el mes largo que el partido estuvo en una situación de impasse y ahora es la dirigente que acumula más poder, siendo la mano derecha del presidente y la portavoz del Grupo Popular en el Congreso.
Su predecesor en el cargo, Teodoro García Egea, decidió conservar su escaño en la Cámara Baja y Feijóo, una vez asentado en Génova, decidió situarle en la presidencia de la Comisión de Seguridad Vial en el Congreso. Desde entonces, el número dos de Casado ha adoptado un perfil más bajo, aunque sin renunciar a dejarse ver... y a su nuevo rol como asesor en criptomonedas.
Otro que conserva su escaño en el Congreso, pese al ruido generado por su fallo en la votación de la reforma laboral, es Alberto Casero, también muy próximo a Casado. El que fuera secretario de Organización del PP, y mano derecha de García Egea, presionó a sus compañeros de bancada para que dieran apoyo al todavía presidente del partido en sus días más críticos. No obstante, y a pesar de esas tensiones, su relación actual con el resto de integrantes del Grupo Parlamentario es buena.
Los leales en comité de dirección y 'El Luarqués'
De los integrantes del comité de dirección de Casado solo han 'sobrevivido' en Génova con Feijóo los tres portavoces parlamentarios: la ya citada Cuca Gamarra, Javier Maroto y Dolors Montserrat. El resto, incluidos todos aquellos que pidieron a Casado dar un paso atrás, fueron relevados de sus cargos.
En esa última reunión de la cúpula del PP de Casado, solo García Egea, Ana Beltrán, Antonio González Terol y Pablo Montesinos mantuvieron su apoyo al líder del partido. La exvicesecretaria de Organización, pese a su vinculación con Casado, ha colaborado con la nueva dirección en el relevo producido en el PP de Navarra y también tendió puentes con Sayas y Adanero para su fichaje.
González Terol, por su parte, ha sido designado por Isabel Díaz Ayuso, candidato a la alcaldía de Alcorcón. Un "regalo envenenado" -así lo califican compañeros de partido- que el exvicesecretario de Política Territorial ha convertido en una oportunidad: las encuestas ya apuntan que gana el 28M, aunque la gobernabilidad dependerá de la suma del bloque de izquierdas.
De los leales a Casado en el comité de dirección, solo Pablo Montesinos ha seguido los pasos del expresidente nacional y ha abandonado la política. En la actualidad, ha vuelto a su trabajo de periodista.
El resto de integrantes de ese órgano directivo marcaron claras distancias con Casado, pidiéndole que diera un paso atrás, en la última reunión que mantuvieron el lunes 21 de febrero de 2022.
Ese mismo día, algunos de los diputados que formaban la llamada 'generación de El Luarqués' que aupó a Casado a la presidencia del partido, se reunieron en ese restaurante cerca del Congreso para preparar la carta exigiendo el cese de Teodoro García Egea que precipitó la caída del secretario general y, después, la del propio Casado.
Allí se reunieron, entre otros, Guillermo Mariscal, Pablo Hispán, Mario Garcés, Carlos Rojas y Sandra Moneo. Después se incorporaron Belén Hoyo y Jaime de Olano procedentes de Génova, una vez concluida la reunión del comité de dirección al que pertenecían.
De todos ellos, el que ha visto mejorada su situación con la llegada de Feijóo ha sido Carlos Rojas, nombrado por el gallego secretario general del Grupo Popular en el Congreso en sustitución de Guillermo Mariscal.
Otras integrantes de aquel comité de dirección, como Elvira Rodríguez y Andrea Levy, conservan sus asientos en el Congreso de los Diputados y en el Ayuntamiento de Madrid, aunque ya no tienen responsabilidades en Génova.
conakri21
Cuando se dice que, como P. Montesinos, Casado abandonó la política no se lo cree nadie. Cosa distinta es quedarse en stand by a la espera de que el mediocre A. Nuñez F. le nombre director General de Correos cuando ocurra la desgracia de ser nombrado presidente del Gobierno de España
Leonidas
Es lo que hay. Una casta de parásitos, como los sindicalistas, que se aferran al presupuesto que nos roban a los españoles con la ayuda de los sicarios de Hacienda
pancho
No se preocupen todos tienen para comer sin hacer gran cosa, a costas del contribuyente. Así es la política bipartidista desde hace 40 años en España. Sería urgente cambiar, pero todo quedará igual.
Mazarino
Niñatos jugando a ser mayores con las cosas de comer de 48 M de españoles. ¿Cómo es posible que el PP entregase a Casado su porvenir e incluso el de España?. Situación similar a la del chulo de la Moncloa,que la está destrozando