Desconcierto general en la diplomacia española. El giro inesperado del Gobierno a favor del reconocimiento del Sáhara como autonomía marroquí y las contradicciones sobre si se informó o no a Argelia han cogido por sorpresa a casi todo nuestro servicio exterior, que sigue a la espera de instrucciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, según ha podido saber Vozpópuli. El presidente Pedro Sánchez todavía no ha explicado los motivos de un cambio que rompe 45 años de política exterior. El titular de Exteriores, José Manuel Albares, ofrecerá más detalles en una comparecencia a petición propia en el Congreso de los Diputados.
"Nadie sabe a qué atenerse", admiten fuentes consultadas por este diario. Las embajadas y el personal diplomático reconocen su "extrañeza" por lo ocurrido el pasado viernes. Y aguardan instrucciones precisas sobre cuál es exactamente la nueva posición de España con respecto al Sáhara occidental. "No podemos responder a preguntas que nos llegan de algunas cancillerías", dicen. "Son 40 años defendiendo lo mismo y hay que afinar bien".
Lo único que se conoce hasta ahora es el contenido parcial de una carta enviada por Sánchez al rey Mohamed VI. Según ese documento, desvelado por Marruecos, el Gobierno se compromete con el plan de Marruecos para el Sáhara, que consiste en dar una autonomía limitada a la ex colonia. España había defendido hasta ahora el cumplimiento de las resoluciones de la ONU que demandan un referéndum de autodeterminación en el Sáhara.
Sánchez vuelve a Ceuta y Melilla
El Ejecutivo no ha dado más explicaciones. Y en el comunicado de La Moncloa, hecho público el mismo viernes, no se menciona al Sáhara. Y solo se hace hincapié en la nueva etapa que se abre en las relaciones con Rabat y en la defensa de la integridad territorial de Ceuta y Melilla. El presidente ha anunciado que visitará las ciudades autónomas el miércoles, en su segundo viaje a la zona en menos de un año. "No son solo las embajadas, también los organismos internacionales. Poco a poco tenemos que ir conociendo exactamente qué se plantea", explican estas fuentes.
La otra contradicción es con Argelia, que ha retirado a su embajador de Madrid. La Moncloa dijo el fin de semana que se había informado a Argel de este giro. Albares ha reconocido el lunes en Bruselas que no. "Las comunicaciones entre España y Marruecos son comunicaciones bilaterales entre España y Marruecos exclusivamente", ha dicho en respuesta a la pregunta acerca de si avisó a Argelia sobre el cambio de postura del Gobierno español en cuanto a la autonomía del Sáhara.
El documento interno que ha distribuido el PSOE entre sus cargos, por ejemplo, sostiene "que no ha habido cambio de posición en relación con el Sáhara". "La postura de España está en el marco de Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad, como la más reciente de ellas, la 2602, para encontrar una solución mutuamente aceptable al conflicto", señala el argumentario socialista.
Sin embargo, este documento interno poco o nada tiene que ver con la propuesta histórica del PSOE para el Sáhara. Y que aparecía, sin ir más lejos, en su último programa electoral. Es cierto que se defendía una "salida mutuamente aceptable", pero también "respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui", así como para fomentar "la supervisión" de los derechos humanos en la región. Ni el principio de autodeterminación, ni los derechos humanos aparecen mencionados por el Gobierno o el PSOE en esta nueva etapa.
Giro en el Sáhara
Albares será el encargado de acudir al Congreso a dar cuenta de este cambio. El titular de Asuntos Exteriores suele mantener un diálogo fluido con los portavoces de los grupos en la comisión parlamentaria de Exteriores. Y se espera que se ponga en contacto en con ellos en las próximas horas para ofrecer su versión de lo ocurrido antes del debate.
Sánchez se enfrenta a un cabreo de su socio de coalición Unidas Podemos y del resto de grupos parlamentarios por la falta de información. En ese sentido, Ferraz asegura que se ha trabajado durante meses en esta solución. Y que "la diplomacia requiere de tiempo y mucha discreción para alcanzar resultados satisfactorios".
Sostiene además que la defensa de la integridad territorial de Ceuta y Melilla o el refuerzo de la seguridad y el control migratorio en las aguas de Canarias, que Rabat no menciona en su comunicado del pasado viernes, deberían ser argumentos suficientes para que todos defiendan este pacto con Marruecos.