Cada vez es más común ver desfilar a niños de temprana edad de la mano de sus padres en manifestaciones de diversa índole, además de sosteniendo pancartas con mensajes reivindicativos, una tendencia con la que no todos los agentes de la comunidad educativa están de acuerdo. En EEUU, la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales provocó la salida a la calle de miles de familias que querían mostrar su rechazo a algunas de las medidas propuestas por el mandatario y varios fueron los carteles aguantados por menores de edad que dieron la vuelta al mundo a través de las redes sociales.
Fue el caso del cartel sostenido por un niño latino en las calles de Los Ángeles, California, al que retrató la fotógrafa Abigail Claire Gorden, cuyo tamaño casi superaba la estatura del protagonista. "Si construye un muro, creceré y lo derribaré", rezaba. "Su expresión me atrapó y fue triste y emocionante ver a este niño caminando independientemente entre los adultos", escribió Gordon en su cuenta en Flickr.
En Charlotte, Carolina del Norte, un bebé se convertía en el foco de atención de las redes sociales meses más tarde cuando la usuaria Shawn Lent compartía la foto de la hija de su amiga Jenny Sowry agarrando un cartel plagado de garabatos de colores en una manifestación anti-Trump. Para Lent esos dibujos ejemplifican "el tipo de manifestación que necesitamos", según explicó a la edición estadounidense de BuzzFeed. Su amiga había preferido que la niña se manifestase a su modo en lugar de imponerle un lema fuera del alcance de su comprensión obteniendo un resultado, según la entrevistada, "fresco, original, artístico".
Casos en España
En España, miles de mujeres han marchado este 8 de marzo en defensa de la igualdad de género, una manifestación que cedió el 'testigo' de las calles a la huelga general educativa 24 horas más tarde. En ambas protestas han participado cientos de niños por decisión de sus padres, además de estudiantes menores de edad en busca, según los mismos, de mejorar las condiciones del sistema educativo. El Día de la Mujer, María de Dios, periodista, estaba en casa hablando con su marido sobre su intención de ir a la marcha en defensa de la igualdad de género de Guadalajara y su hija Nora, de siete años, le preguntó "de qué va eso".
"Le conté que en 1857 hubo una marcha convocada por el sindicato de costureras de una compañía textil en Nueva York, que reclamaban una jornada laboral de 10 horas y luchaban por sus derechos como trabajadoras", explica. "Luego le dije que en 1908 otras miles de costureras de grandes fábricas de Estados Unidos se declararon en huelga para reclamar igualdad de derechos y el cese de la explotación infantil y que los dueños de una de las fábricas donde se declaró la huelga, en la Cotton Textil Factory, en Washington Square, cerraron las puertas y ventanas con las mujeres en huelga dentro y se declaró un incendio en el edificio muriendo más de 120 mujeres", explica. "Mi hija estaba indignadísima y muy enfadada por lo que le conté y me pidió venir conmigo. Como no era una manifestación tan multitudinaria como la de Madrid, el entorno era pacífico y salió de ella acompañarme pensé, ¿por qué no?", dice. Madre e hija caminaron juntas durante 30 minutos y escucharon diversos discursos. "Está feliz de haber formado parte de esa marcha y yo siento que hice lo que yo quería, pero también lo que ella pidió", señala.
Para Susana, profesora de un colegio concertado, decidió llevar a su hija de cinco años a la huelga general educativa en contra de la Lomce al día siguiente. Estuvieron solo 15 minutos, pero los suficientes para que la menor conociese lo que era una manifestación en la calle. "Quiero que vaya aprendiendo. Ella tiene que saber lo que es luchar por los derechos y luego decidir por sí misma, llegará un momento en el que yo no pueda manipular. Entiendo que tiene que ver el mundo, igual que ve la tele y ve que matan a otras mujeres... Es una experiencia más", reflexiona entre los gritos de miles de estudiantes que rechazan la política educativa del PP.
A favor y en contra
José Luis Pazos, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), una de las asociaciones que integran la Plataforma Estatal para la Escuela Pública que convocó la huelga del 9M, considera que los menores de edad son sujetos de derecho desde el día en el que nacen. "¿Por qué no van a participar en la defensa de sus derechos?", pregunta. "No puede haber ninguna ley que prohíba la participación de los menores en una manifestación porque eso sería coartar los derechos fundamentales a la libertad de expresión de los menores, y la tienen, además está protegida", explica. "La opinión de sus padres es importante, pero no son los poseedores del derecho del menor, sino los garantes de ese derecho", considera. Cuando se trata de niños de temprana edad, continúa, hay que explicarles con su lenguaje por qué es importante estar allí. "No hay que explicarles las cosas como si fueran catedráticos, son niños y, por tanto, si les hacemos comprender las cosas al nivel que ellos dominan las van a entender, hay que ayudarles a que tomen decisiones y respetarlas", apunta.
El presidente de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (Concapa), Pedro José Caballero, no está de acuerdo con que los menores acudan a las huelgas. "Los niños deben estar en los centros educativos y más si son menores, no en la calle manifestándose. Para estar ahí deberían tener autorización de sus padres y dudo mucho que todos los que han acudido les hayan pedido permiso. No es constructivo ni educador mandarlos a berrear a la calle, creo que somos los adultos los que tenemos que estar en las mesas de diálogo trabajando y buscando consensos para que reciban la mejor calidad educativa", considera. Según Caballero, el reconocimiento a la huelga se reduce al ámbito laboral y como los niños no trabajan deben estar en los colegios. "Creo que más allá de las mejoras en el sistema educativo, esta huelga ha sido utilizada para hacer reivindicaciones políticas en un momento en el que se está trabajando por un pacto educativo estatal", opina.