La irrupción del coronavirus ha tenido consecuencias a nivel mundial, incluso en la Antártida. Los militares españoles desplegados en el extremo meridional del globo se han visto obligados a cerrar su misión antes de lo previsto por las consecuencias de la pandemia. Ahora navegan a bordo del buque Hespérides de la Armada Española sin tener clara la ruta que seguirán para volver hasta nuestro país.
Según detallan fuentes militares a Vozpópuli, el cierre de la misión militar en la Antártida estaba previsto para este viernes, 20 de marzo. Los efectivos, no obstante, tuvieron que clausurar las bases Gabriel de Castilla y Juan Carlos I el 15 de marzo, cinco días antes de los planes iniciales, con la intención de encontrar un aeropuerto próximo que todavía mantenga sus conexiones abiertas con España.
El despliegue en la Antártida reúne a 13 militares del Ejército de Tierra y a la tripulación de la Armada a bordo del Hespérides. Además de labores de mantenimiento de las bases y de diversos proyectos relacionados con la naturaleza, dan apoyo logístico a un equipo de científicos que desarrollan sus investigaciones en la región.
La primera base en echar el cierre fue la Juan Carlos I, en Isla Livingston, donde se encontraba el grueso del personal civil. Después el buque recogió a los efectivos de la base Gabriel de Castilla, en Isla Decepción, y a cuatro sismólogos en este mismo punto.
En busca de un puerto para regresar
El plan inicial pasaba por navegar rumbo a Argentina o Chile para que desembarque todo el personal salvo la tripulación del Hespérides, que proseguiría su ruta marítima hasta España. Y que todos el equipo que quedase en tierra volase en avión comercial rumbo a España. Pero las consecuencias del coronavirus han frustrado ese plan.
Argentina y Chile han cerrado los vuelos comerciales con España. La dotación del Hespérides viaja rumbo a un puerto de Sao Paulo (Brasil) con la esperanza de que sigan abiertas las conexiones aéreas con nuestro país. Si no hay ningún cambio por parte de las autoridades brasileñas, volarán en las próximas fechas para poner punto y final a tres meses de misión en la Antártida.
Este no es el único contratiempo que el Ministerio de Defensa ha tenido que gestionar tras declararse el estado de alarma por el coronavirus. Esta misma semana, el Ejército del Aire ha repatriado a 22 efectivos de la Armada Española que estaban en Yibuti, a punto de desplegarse en la Operación Atalanta en la lucha contra la piratería en aguas del Índico.
Fuentes militares consultadas este diario admiten los serios contratiempos que está desencadenando el coronavirus para el Ministerio de Defensa; no sólo por el despliegue de recursos en España, también por los problemas que se están encontrando en algunos despliegues en el exterior.