España

El PSOE estudia reforzar su equipo jurídico tras el aumento de casos judiciales

Los socialistas tienen sus recursos saturados; también los de los equipos de comunicación

  • Comité Federal del PSOE. -

Al Partido Socialista Obrero Español le crecen los enanos. En los últimos meses, el partido y, en concreto, el Gobierno de Pedro Sánchez se han visto envueltos en varios escándalos que dificultan la continuidad de su secretario general en Moncloa. Esto, unido al creciente número de causas judiciales en las que el PSOE ha decidido personarse, bien como acusación o como denunciado, ha provocado la saturación de varios de los recursos del partido, según admiten fuentes de la planta noble de Ferraz.

En concreto, el gabinete jurídico ha sido una de las áreas que más ha notado esta creciente carga de trabajo. En un momento en el que casos como el de la mujer, el hermano de Pedro Sánchez o la reciente imputación del exministro socialista José Luis Ábalos ocupan casi a diario las portadas de decenas de medios, el equipo de comunicación del PSOE necesita, más que nunca, un asesoramiento jurídico extra. Y es por ello por lo que los socialistas estudian ampliar su equipo jurídico, lo que les serviría no sólo para abordar aquellas tareas puramente judiciales, sino también como apoyo para estructurar discursos e intervenciones públicas de algunos de sus miembros.

Las fuentes consultadas reconocen que el partido cuenta con un servicio jurídico limitado. Estas fuentes reconocen que en los últimos meses han tenido dificultades para tramitar asuntos como el expediente de expulsión del expresidente socialista de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. "No tenemos un servicio jurídico demasiado amplio, vamos a tener que ampliarlo", sostiene una fuente conocedora como pocas del equipo de mando en la sede federal del PSOE.

En los últimos meses, el equipo jurídico del PSOE se ha convertido en una pieza fundamental en casos judiciales como la investigación contra del novio de Ayuso por fraude fiscal o las diligencias abiertas en el TSJM contra la número tres del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ana Millán, por presuntos delitos de corrupción. En ambos casos, la formación liderada por Pedro Sánchez actúa como acusación popular

Los socialistas tienen sus recursos saturados; también los de comunicación. Basta reseñar que Ferraz, como ya contó este diario, tiene ocupados a algunos de sus trabajadores en la recopilación de información sensible de jueces y periodistas para contratacar las informaciones sobre Begoña Gómez y el resto de casos que tienen noqueados a los socialistas, como la trama Koldo, que ha puesto al ex secretario de organización del PSOE José Luis Áablos contra las cuerdas.

Sánchez está decidido a ir hasta el final contra lo que considera "bulos" de "pseudomedios" utilizados por la derecha judicial y política. El líder socialista decidió entrometerse en el funcionamiento de los medios de comunicación -garantes de canalizar la libertad de expresión-, justo cuando trascendieron las informaciones sobre su mujer. Por eso, decidió culminar su plan de descrédito de buena parte de los medios que han abordado el asunto. También el que afecta a su hermano, David Sánchez.

El Gobierno avanzó a la vuelta del verano un plan con hasta 31 medidas bajo el eufemismo de "regeneración democrática" que, entre otros aspectos, impulsará la definición de qué es un medio, creará un registro con su financiación, controlado por la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia -un órgano que no está compuesto por profesionales de los medios- y que no tiene su independencia garantizada al ser elegida por los partidos en la Cámara Baja y controlará el reparto de publicidad institucional.

Además, el Gobierno decidirá por sí mismo "qué es un medio" y "quiénes son los verdaderos profesionales" en este sector, una vez esté ya vigente el plan de regeneración democrática. Y todo con el fin de evitar que lo que el Ejecutivo considera "bulos" menoscaben la calidad de la democracia. Pese a ello, lo cierto es que el líder socialista aún asiste cada mañana a un incensante goteo de informaciones sobre los dos supuestos casos de corrupción que tienen al PSOE noqueado y que llevan los nombres de dos personas claves en la vida política y personal del líder socialista: José Luis Ábalos y Begoña Gómez.

El primero, su extodopoderoso hombre fuerte en el partido, y la segunda, su mujer, están siendo investigados por la Justicia. Ábalos por su papel en la trama de enriquecimiento en su ministerio durante la pandemia y Gómez por si se valió de su influencia como mujer del presidente para sus negocios personales. El líder del PSOE está herido. Su prestigio dentro de su partido se desgasta cada dia más. Basta recordar que incluso quienes le han apoyado siempre no entendieron su jugada de amago dimisionario el pasado mes de abril tras la imputación de su mujer.

El caso que afecta a Begoña Gómez le ha afectado como pocas cosas desde que está en política. Entre sus acólitos también hay quienes no comparten algunos de sus últimos movimientos, como el pacto para una financiación singular de Cataluña. Algunos admiten que esta versión de Sánchez es diferente a todas las anteriores. Este presidente apenas comparte sus reflexiones. Se ha encerrado en una cápsula y solo responde ante sí mismo. 

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