En esta ocasión y tras la experiencia vivida después de las elecciones de diciembre, Mariano Rajoy está dispuesto a someterse a la sesión de investidura siempre que se cumplan el próximo domingo sus previsiones y el PP mejore de forma notoria sus resultados. “Esta vez no le quedará más remedio que someterse a la investidura, pero irá con una negociación previa que se iniciará el mismo lunes 27 y que abarcará no solo la obtención de los votos necesarios para que prospere el examen parlamentario, sino también la formación de los órganos de gobierno del Congreso de los Diputados y la aprobación en el otoño de los Presupuestos estatales para 2017”, aseguran fuentes gubernamentales.
El PP cree que con 130 escaños se reduciría el margen para un Gobierno alternativo al de Rajoy
El PP ha puesto el objetivo en los 130 escaños, siete más que el 20D, listón que en opinión de sus dirigentes daría a Rajoy un margen de maniobra del que careció en los últimos meses para poder formar Gobierno. Si se quedara cerca de esta frontera, la misma noche electoral ofrecería un acuerdo al PSOE y a Ciudadanos para superar cuanto antes el bloqueo político y despejar también la incertidumbre que pesa sobre la aprobación de las cuentas del año que viene, aspecto al que se concede una gran importancia en La Moncloa. En el equipo económico se maneja, incluso, la posibilidad de comprometer a las fuerzas políticas que participen en estas conversaciones con la negociación de dos Presupuestos, el de 2017 y 2018, lo que daría sosiego a los mercados y reflejaría también una estabilidad política más o menos garantizada para un periodo de tres años, tiempo suficiente para abordar una legislatura en la que el PP se propone también pactar otras reformas pendientes, entre ellas la del futuro del sistema de las pensiones.
Acuerdo sobre quien pilota el Congreso
El acuerdo para decidir la presidencia del Congreso y la composición de su Mesa será otra de las prioridades, como también ocurrió después del 20D cuando los principales partidos fueron conscientes de las dificultades que iba a entrañar la formación de Gobierno y, por tanto, separaron una negociación de la otra. En este caso, la alianza entre el PSOE y Ciudadanos aupó a Patxi López a la presidencia de la Cámara Baja, aunque el PP se garantizó luego la mayoría en la Mesa con el partido de Albert Rivera. Podemos se quedó fuera del acuerdo al ver que no le dejaba espacio para que las confluencias que concurrieron con Pablo Iglesias en Cataluña, Galicia y Valencia pudieran quedarse con grupo propio.
La gestión de López no ha dejado buen sabor de boca en el PP y ahora ni siquiera tiene garantizado el escaño, pese a ser cabeza de lista del PSE por Vizcaya, donde el empuje de Podemos va en aumento. En principio, para la presidencia del Congreso se prefiere en el PP a alguien de un perfil “más institucional”, pues se considera que la corta andadura de López en la Carrera de San Jerónimo fue “muy sectaria”.
La sesión constitutiva del Congreso y el Senado está prevista para el 19 de julio y en la intención de Rajoy está poder formar Gobierno a finales de ese mismo mes o principios de agosto. Los Presupuestos tendrían que entrar en el Congreso en septiembre para encarar el debate de totalidad en octubre y poder ser aprobados de manera definitiva en diciembre.
El próximo presidente del Congreso debe tener un perfil más institucional que el de Patxi López, se opina en el Gobierno
Esta última no será una negociación nada sencilla, se admite en el PP, con independencia de si en ella participa solo Ciudadanos y algún grupo minoritario o debe contarse con el respaldo del PSOE. Todos los programas económicos elaborados para estas elecciones, salvo el del PP y, en menor medida, el de Ciudadanos, incluyen un considerable aumento del gasto público que en el Gobierno se considera incompatible con los objetivos de déficit y las nuevas exigencias de Bruselas.