“Asumo las consecuencias” es la frase genérica que el magistrado conservador del Tribunal Constitucional, Enrique López, ha pronunciado al ser cazado saltándose un semáforo y cuadruplicando la tasa de alcoholemia. Pero no ha habido movimientos más allá de la declaración de un juez al que, precisamente, sus palabras le han puesto ya en cuestión en el pasado.
"Llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo sería como llamar matrimonio a la unión entre un hombre y un animal", aseguró López
Sus manifestaciones sobre Cataluña, por ejemplo, había quedado clara en artículos en la prensa conservadora: “el que no entiende de toros no comprende España” había llegado a decir cuando la Generalitat decidió prohibir la fiesta. Igualmente contundente fue sobre la cuestión del uso del catalán: “Si la Constitución establece que el castellano es la lengua oficial de todo el Estado y que todos los españoles tienen el deber de conocerla (…) ¿cómo se puede justificar que determinadas autonomías intenten erradicar su enseñanza y su uso?”. Con palabras así, los nacionalistas adelantaban que presentarían su recusación cuando el TC debiera revisar las leyes autonómicas.
También se planteó su recusación por sus declaraciones sobre el matrimonio homosexual. En un informe del CGPJ López dijo en enero de 2005 que “llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo es un cambio radical, como lo sería llamar matrimonio a la unión de más de dos personas o a la unión entre un hombre y un animal”. El dictamen del organismo sobre el matrimonio gay está todavía pendiente de una deliberación de la que él deberá formar parte.
Su designación como miembro del TC fue la enésima polémica que le acompañó. El PP intentó durante seis años elevar a López al Tribunal Constitucional. En un primer asalto en 2010, su nombramiento fue rechazado porque no cumplía los requisitos de antigüedad en el cargo y experiencia suficiente. Finalmente, accedió al cargo en el mismo turno de designación del Consejo de Ministros que José Antonio Xiol y Santiago Martínez Vares a los que la oposición describió como "dos auténticos juristas de reconocido prestigio".
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, rechazó cuando fue nombrado la posible avalancha de recusaciones que se avecinaba, al asegurar que todos los jueces del TC y no sólo Enrique López "tienen una amplia trayectoria jurídica a sus espaldas algunos en informes y otros en sentencias". Pero la oposición negó la premisa: López no dispone de esa amplia trayectoria jurídica y fue descrito por el socialista Julio Villarrubia como "sectario y partidista".
Con ese currículum de declaraciones, el TC debe decidir sobre cuestiones como los recortes del PP, la ley del aborto u otras de las grandes leyes controvertidas que ha aprobado el Partido Popular.