El afán del Partido Popular por colocar a Enrique López en el Tribunal Constitucional ha durado seis años y le ha convertido en el juez de las mil polémicas: su designación fue vetada por la oposición porque no cumplía los requisitos de antigüedad o experiencia, fue recusado por sus artículos de opinión y sus manifestaciones a favor del PP. Su plaza en el T.C. vuelve ahora a quedar en cuestión.