Erika Yunga Alvarado siempre acudía los domingos a la iglesia con sus padres. "Era muy buena chica. Siempre ayudaba a la gente. Todos eran una familia muy trabajadora", explica a Vozpópuli una monja de las Religiosas de María Inmaculada. Todo Oviedo aún sigue consternado por el asesinato este martes de esta joven de 14 años por un vecino de su edificio.
Los padres de Erika, René y Alba, llegaron a España hace más de dos décadas desde Ecuador. En un primer momento necesitaron ayuda para estabilizar su situación en nuestro país. Acudieron a las Religiosas de María Inmaculada, quienes les ayudaron con la búsqueda de trabajo y a regularizar su situación.
Su madre trabaja en una residencia de estudiantes
Años después intentaron devolver esa ayuda pero las monjas se negaron. A cambio siguieron fieles a esta iglesia y participaban activamente en la actividad religiosa. Es más, en la actualidad Alba aún sigue trabajando en la residencia de estudiantes femenina María Inmaculada.
El paso de los años hizo que toda la familia fuera conocida en el barrio de Vallobín. "Eran muy buena gente con todo el mundo. Educados y siempre apoyaban en todo", explican desde la congregación. Erika no era menos. Destacaba por ser una buena estudiante y además cantaba en el coro de la iglesia. "Era normal para la edad que tenía. Estamos consternados", apuntan.
"Era un ángel"
"Todo el mundo dice lo mismo pero es que es verdad: era un ángel", aseguran otras fuentes de su entorno. El ambiente en Vallobín este miércoles era de una tristeza total. Todo el mundo estaba digiriendo el brutal asesinato de esta joven de 14 años.
Erika estaba matriculada en el IES de La Ería. Allí le han organizado un emotivo homenaje con carteles y un globo marcado con su nombre. Sus compañeras y la directora aún estaban en "shock" y "conmocionados" por el terrible homicidio.
Este jueves será el día en el que se celebrará el funeral y el entierro de Erika. "Un ángel subió al cielo. La familia Yunga Alvarado hace partícipe con profundo dolor del fallecimiento de nuestra chiquitina", comienza la esquela. Sus padres, sus hermanos, Jhon y Randy, sus tíos, primos y la comunidad religiosa "ruegan una oración por su alma".
El funeral de la joven será a las cuatro de la tarde en la Capilla de las Religiosas de María Inmaculada y después su entierro en el cementerio de El Salvador, en Oviedo. Todos estos actos de recuerdo se realizan de forma paralela a las investigaciones del Grupo de Homicidios de la Comisaría de Oviedo.
Se intentó suicidar
Aún se desconoce cuando pasará a disposición judicial el detenido por este homicidio. El hombre, moldavo de 32 años, sigue ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias, donde tuvo que ser operado. No se teme por su vida. Según las pesquisas se habría intentado suicidar tras cometer el asesinato y se habría apuñalado en cuello, pecho y abdomen. Los agentes tampoco descartan la hipótesis de que la joven se intentara defender y le agrediera.
Este hombre contaba antecedentes por agresión sexual y también fue denunciado por abuso sexual. Ahora los agentes tratarán de concretar si este hombre sufre algún tipo de trastorno. Llevaba menos de un mes viviendo en el primer piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella. La familia de la víctima vivía en la cuarta planta.
Los agentes han tomado declaración a los vecinos del edificio para conocer qué puedo suceder y si había algún tipo de relación entre la familia y el agresor. Algunos de los residentes vieron actitudes extrañas en este hombre y dijeron que acosaba a la menor y, en ocasiones, la seguía. "Estaba obsesionado", añaden. Este extremo aún está siendo investigado por la Policía Nacional.
Un caso parecido al de Laia
La principal línea de investigación de los agentes es que el hombre quiso agredir a la joven y la hirió en el rellano de la escalera. Después la introdujo y se atrincheró en su domicilio. Dejó un reguero de sangre que fue visto por uno de sus hermanos que avisó al 091.
La juez ha decretado el secreto de las actuaciones en torno a este homicidio, según han asegurado fuentes policiales a Vozpópuli. Las fuentes consultadas por este medio comparan la muerte de Erika con la que sufrió la pequeña Laia en Barcelona en junio de 2018.
El año pasado un vecino de Laia, de 13 años, fue condenado a prisión permanente revisable por asesinar a la menor estrangulándola y acuchillándola tras agredirla sexualmente en su casa de Vilanova i la Geltrú. Una condena similar es la que reclamaban todos los vecinos de Oviedo por Erika. Aún queda tiempo para saber si sus deseos se convierten en realidad.