Joaquín José Martínez pasó tres años en el corredor de la muerte de Estados Unidos acusado de un doble asesinato del que fue finalmente absuelto tras una intensa campaña en su defensa en España, algo que le permitió sobrevivir y poder "hablar por los que ya no pueden" porque no tuvieron la misma suerte.
En 1997, el español Martínez fue condenado a la pena capital por un jurado de Tampa (Florida) por el asesinato de Sherry McCoy y Douglas Lawson. Tres años después el Tribunal Supremo de ese estado anuló la sentencia por "irregularidades judiciales" y fallos en la defensa y ordenó un nuevo juicio, que concluyó con su absolución. "Lo peor no es la condena sino pasar los años viendo cómo llega el momento de la ejecución", ha explicado el expresidiario este lunes en un acto celebrado en la Casa de América de Madrid con motivo del Día Mundial contra la Pena de Muerte.
De los trece compañeros de celda con los que convivió en prisión, solo él sobrevivió: "Para mí es una cruz poder estar aquí y hablar, hablo en nombre de ellos", dijo el español, que estuvo acompañado por el exgobernador de Maryland Martin O’Malley, el director de Amnistía Internacional (AI) España, Esteban Beltrán, y la encargada de negocios de la Embajada de Costa Rica en España, Carolina Fernández.
También participó en el acto el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, quien pidió a los países abolicionistas mantener este asunto "en la agenda internacional" para caminar hacia su fin en todo el mundo.
Según datos de Amnistía Internacional, existen aún 18 países en los que la pena de muerte sigue vigente aunque, a final de 2021, 108 Estados la habían eliminado de su legislación. Aún así, el pasado año la organización registró 579 ejecuciones en todo el mundo, un incremento del 20% con respecto a 2020, a las que habría que sumar las "miles" de personas "posiblemente ejecutadas en China".