El PP de Madrid ha pasado unas semanas derrotado. Tras la crisis del ébola, el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid y la burla del pequeño Nicolás, el desánimo había cundido en el partido. A todo esto hay que sumar el durísimo auto de la Audiencia Provincial de Madrid que devolvía a un juzgado la bronca de Esperanza Aguirre con los agentes de movilidad, lo que “supuso un palo tremendo”, según decía un distinguido militante, para el partido del Gobierno.
El pánico corrió hace semanas por la primera planta de Génova y muchos concejales y diputados comenzaron a pensar en buscar otro trabajo para los próximos cuatro años. “Sin Esperanza estamos perdidos”, afirmaban. Sin embargo, ahora las cosas parecen haber cambiado y ahora puede que Esperanza Aguirre sea la candidata a la alcaldía de Madrid, pero será Mariano Rajoy quien tenga la última palabra pero todavía va a tardar en pronunciarse.
El incidente con los agentes de movilidad
A pesar de la dureza del auto, en el que ponía "por los mismos hechos cualquier otro ciudadano normal hubiese acabado en el calabozo de una comisaría, con los grilletes en las muñecas, para ser inmediatamente citado de comparecencia para la celebración de juicio rápido", ahora parece que habrá sobreseimiento en el caso de Esperanza Aguirre. El incidente de Aguirre con los agentes de Movilidad iba para juicio de faltas y así lo decidió el juez, pero el recurso de una asociación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid lo mandó de vuelta a Plaza de Castilla, que ha recibido declaraciones en las últimas semanas.
Durante las últimas semanas han declarado en el juzgado todas las partes implicadas y los policías municipales desmontaron muchas de las afirmaciones de los funcionarios de Movilidad. Una de ellas fue la supuesta huida de la presidenta del PP. Los agentes de la Policía Municipal dijeron que no se vio "ninguna prohibición de sus compañeros hacia ella de iniciar la marcha".
El abogado de Aguirre ha solicitado al juez el sobreseimiento libre y archivo de todas las actuaciones judiciales. Parece que el magistrado se pronunciará en los próximos días y muchos creen que se archivará. El letrado dice que las acusaciones de la pareja de Movilidad no han quedado probadas, que son "falsas". “Ni en las diligencias de instrucción en sede judicial ni en las imágenes obrantes en autos puede probarse lo relatado en la denuncia", añade.
Esta situación ha hecho que los partidarios de Aguirre se hayan puesto las pilas. Creen que habrá sobreseimiento o juicio de faltas sin condena importante. En el mejor escenario Aguirre saldría libre y reforzada su versión de que hubo una “agresión” de los agentes de Movilidad que creían que habían cazado una buena “pieza”.
La cuestión política
Por otro lado está la cuestión política y en el PP creen que serán las encuestas las que decidan quién es el mejor candidato para la alcaldía de Madrid, aunque reconocen que ahora no pueden hacerlas debido a los últimos escándalos. Distinguidos militantes creen que cuando se calmen un poco las aguas (“si se calman”) la macroencuesta del partido sobre las preferencias de los madrileños será la que permita a Mariano Rajoy decidir sobre el futuro de la capital.
En el PP de Madrid temen que el presidente ponga pegas al ‘ticket’ electoral de Aguirre/González como candidatos al Ayuntamiento y Comunidad. Quizá vería mejor la presencia de Cristina Cifuentes como cabeza a alguna de las instituciones. El actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, se ha consolidado como cabeza de lista y nadie piensa en un paracaidista ajeno a Madrid con un partido todavía en las manos de Aguirre. “Madrid no es Andalucía”, afirman en la primera planta de la calle Génova. Aguirre sería la solución, dicen, para sacar de casa a la gente del PP enfadados con el partido y llevarla a votar en mayo. Mariano Rajoy dejaría este ‘ticket’ siempre que se produjera la siguiente situación: Un voto del 40% sin Aguirre y un voto del 48% (daría la mayoría absoluta) con Aguirre de cabeza de lista al Ayuntamiento.
Sin embargo, los populares madrileños creen que la decisión de Mariano Rajoy será, “como siempre en el último minuto”, hacia enero o febrero y hasta entonces mantendrá a todos en tensión.