O todos o ninguno. El autodenominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK, en sus siglas en euskera) ha concluido recientemente un largo debate interno entre cuyas conclusiones se encuentra su disposición a aceptar las condiciones del nuevo plan de reinserción que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de Mariano Rajoy, pero siempre y cuando se aplique a todo los reclusos etarras y no de modo individualizado, como plantea el Ejecutivo. Así lo han señalado a Vozpópuli fuentes de la lucha antiterrorista que han seguido en los últimos meses el desarrollo de un debate cuyas decisiones dará a conocer hoy la izquierda abertzale en un acto multitudinario que celebra en Gernika (Vizcaya).
Éste no será el primer pronunciamiento del EPPK desde que la banda declarase en octubre el cese de la violencia, pero sí el primero que hace tras finalizar este largo debate llevado a cabo desde el pasado otoño en todas las cárceles de España y Francia donde hay reclusos de ETA. El objetivo de esta consulta entre todos los presos que se mantienen fieles a la línea oficial marcada por la organización terrorista no era otro que definir lo que la propia izquierda abertzale ha denominado "readecuación estratégica" del colectivo tras la tregua de la banda. Hasta ahora sólo había trascendido de dicho debate la decisión del colectivo de presos de "dar nuevo pasos" en el proceso de paz siempre y cuando el Gobierno suspendiera la política penitenciaria de dispersión.
La izquierda abertzale ha anunciado que la declaración de hoy será "histórica". Los expertos antiterrorista dudan que contenga grandes novedades
Entre esos "nuevos pasos", que el pasado jueves el dirigente abertzale Joseba Permach llegaba a calificar de "históricos" aunque no detalló de qué se trataba, se encuentra el anuncio del EPPK de aceptar el nuevo plan de resinserción que en los próximos meses debe sustituir a la llamada Vía Nanclares, a la que se habían sumado sólo una veintena de presos díscolos a la organización. Eso sí, esa aceptación tiene una condición: que no se aplique de modo individualizado, sino a todos aquellos reclusos de la banda que cumplan una serie de condiciones, en referencia a los enfermos, los que tienen delitos menos graves como actos de kale borroka, y los que hayan cumplido ya tres cuartas parte de la condena.
Sólo en ese caso, el EPPK permitirá a los reclusos etarras acogerse a un plan que Interior pondrá en marcha en breve y que contempla, en una primera fase, el acercamiento a prisiones del País Vasco y Navarra a aquellos reclusos que demuestren su rechazo al terrorismo. En una segunda plase, los reos podrían obtener beneficios penitenciarios como permisos, terceros grados y libertades condicionales si piden perdón a las víctimas directas de los hechos que motivaron su condena o a los familiares de éstas. El Ejecutivo dejó claro desde el principio que sólo se aplicaría de manera individualizada.
"Sin amnistía, no hay paz"
Ya en su anterior declaración pública, dada a conocer el pasado mes de diciembre en el frontón de la localidad guipuzcoana de Azpeitia, los presos de la banda apuntaron hacia una salida colectiva al exigir "la vuelta a casa de todos". Entonces, en un acto en el participaron más de tres centenares de ex reclusos de la banda --entre los que estaba el histórico exdirigente Eugenio Etxebeste, Antxon, y el etarra que más tiempo ha pasado encarcelado, José María Sagarduy, Gatza--, los presentes corearon en pie el lema "bakerik ez amnistiarik gabe" (sin amnistía no hay paz).
Meses después, en abril, el EPPK anunció quiénes eran sus seis nuevos portavoces surgidos, precisamente, del debate entonces aún en marcha: Anabel Egues, Xabier Alegria, Jon Olarra, Lorentxa Guimon, Mikel Albisu y Marisol Iparragirre. Éstos concedieron una amplia entrevista a los diarios Gara y Berria en el que reclamaban a los gobiernos de Madrid y París que se sentaran a hablar con ellos y en el que anunciaron que "la solución será colectiva o no será”. Hoy insistirán en esa idea.