"Núcleo esencial". Esa es la expresión que ha utilizado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para referirse a los seis miembros de ETA detenidos la madrugada de este martes en Francia en una operación conjunta de la Guardia Civil y la policía gala desarrollada de modo coordinado en tres localidades del país vecino distantes entre sí cientos de kilómetros. Entre los arrestados se encuentran Raúl Aduna Vallinas, considerado uno de los máximos responsables del aparato logístico, y Andoni Goikoetxea, experto en explosivos de la banda. Ambos fueron detenidos en una vivienda de Brive la Gaillarde, una localidad cercana a Limoges, en el centro de Francia, como máximos responsables de custodiar los zulos donde la banda almacena aún miles de kilos de explosivos y decenas de armas. La operación sigue abierta en busca, precisamente, del lugar donde la organización aún guarda su arsenal.
Los otros cuatro detenidos son Ekhine Eizaguirre, Kepa Arkauz, Julen Mendizabal e Igor Uriarte. Los dos primeros, pareja sentimental y exmiembros de un comando legal de la banda, residían en Blois, una localidad cercana a París, desde donde surtían de documentación falsa a los miembros de la banda en la clandestinidad. Los dos últimos, capturados en la ciudad de Montpellier, en el sudeste francés, eran los responsables del grupo encargado de robar coches, y a quienes la Guardia Civil considera responsables de una treintena de sustracciones de vehículos realizadas en el país vecino en el último año. Con la caída de los seis, Interior da por prácticamente desmantelado el aparato logístico de la banda, el más activo de la organización terrorista tras el anuncio del fin de la violencia de octubre de 2011. No obstante, responsables de la Guardia Civil reconocieron ayer que aún permanecen en libertad otros cuatro miembros de ETA supuestamente integrados en esta misma estructura de la banda y, más concretamente, en la custodia de los zulos con el armamento. Dos de ellos serían, de hecho, los jefes de los ahora detenidos.
El rastro que ha permitido llegar a los ahora detenidos se obtuvo el pasado mes de octubre, después de que la Guardia Civil detuviera también en Francia a una de las máximas dirigentes de la banda armada, Izaskun Lesaka, considerada máxima responsable del parato militar y logístico de la banda. Aquel arresto fue la antelasa del golpe de hoy, calificado por los expertos antiterroristas como el más importante de los propinados a ETA desde 2004 tanto por el número de arrestos como por el puesto que ocupaban los arrestados en la organización. Tres de los seis detenidos, destacaron mandos del Instituto Armado, tienen en su historial su participación en comandos en España. Y dos de ellos, Aduna y Goikoetxea, "mucha experiencia". El primero, de hecho, es considerado el responsable de los otros cinco detenidos este martes, cuyos taldes, aunque independientes, estaban fuertemente "interrelacionados".
El ministro del Interior aseguró en rueda de prensa que tras "el golpe de gran calido" recibido este martes por ETA, la organización terrorista se encuentra en una situación de "extrema debilidad operativa", y aunque fue prudente y no quiso descartar la posibilidad de que la banda pudiese volver a los atentados, como apuntan parte de los expertos policiales de la lucha antiterrorista, dio por "formalmente" inexistente el aparato militar de la banda. "Una, dos o tres personas, si quieren hacer daño y tienen medios, pueden hacerlo. Somos prudentes", quiso curarse en salud antes de recalcar el mensaje que repite una y otra vez de que el Gobierno sólo espera el anuncio de la banda de su propio fin. "O ETA se disuelve o la reducimos a una siglas, como el GRAPO", vaticinó triunfal Fernández Díaz.
