Carpetazo judicial en apenas cuatro meses. La acusación penal lanzada por el Ministerio de Asuntos Exteriores contra un diplomático en ejercicio, el excónsul en Edimburgo Miguel Ángel Vecino, por descubrimiento de secretos acabó en un rápido archivo por parte del juez instructor número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, que no fue recurrido por el departamento de Arancha González Laya durante el estado de alarma.
La Fiscalía y la Abogacía del Estado acusaban a Vecino de violar la ley de secretos oficiales y, por tanto, de haber comprometido la seguridad del Estado por incluir una serie de documentos internos de Exteriores en su recurso que interpuso a mediados de noviembre ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) contra su cese ordenado por Josep Borrell a principios de junio. Unos días después, Vozpópuli tuvo acceso a la demanda de fuentes judiciales y publicó una serie de noticias bajo el epígrafe 'Los papeles de Escocia'.
La denuncia era relevante pues no había precedentes de una acción similar por parte de Exteriores contra un diplomático en activo y conllevaba una pena de hasta cuatro años de cárcel. Pero el magistrado tumbó rápidamente las acusaciones de la parte demandante.
"De lo actuado, tras el examen de los correos electrónicos obrantes en autos (...) no parece acreditado suficientemente que los citados correos, que obran en un recurso contencioso administrativo interpuesto por el Cónsul contra su cese (...) puedan ser considerados Asuntos de Estado e Información Reservada conforme a la Ley de Secretos de Estado de 1.968", se indica en el auto de sobreseimiento adelantado por Europa Press y al que tuvo acceso este periódico.
El propio magistrado ya había desestimado el 20 de enero la petición de la Abogacía del Estado para que se declarasen secretos en dicho procedimiento los citados correos. Lo más interesante de las diligencias previas fueron las declaraciones en calidad de testigos de la actual secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno, y del jefe de Gabinete de González Laya, Camilo Villarino.
"No tenía interés alguno en la causa"
La primera, que en el momento de la denuncia era la subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, subrayó en su comparecencia que "no tenía interés alguno en la causa" y que presentó la denuncia ante la Fiscalía por indicación de la Abogacía del Estado. Moreno admitió que ninguno de los correos incluidos por Vecino en su recurso estaba cifrado, si bien la información que se maneja en Exteriores mediante correos electrónicos "no debe salir de nuestro círculo".
"Estos correos afectaban a la política exterior. Potencialmente tenían peligro para nuestra política, tanto interior como exterior", advirtió la secretaria de Estado, quien explicó el cese de Vecino por pérdida de confianza debido a la "mala reputación" del diplomático por otras denuncias previas contra sus antecesores y a que se hubiera "extralimitado" en sus funciones como cónsul.
Moreno reconoció que Vecino es "posible que no haya sido el que ha filtrado la información" y que las noticias aparecidas en Vozpópuli habían sido posteriores a la presentación del recurso del excónsul en el TSJM. De modo que Exteriores no tenía pruebas concretas contra el diplomático.
Por su parte, Villarino, quien hace unos días fue acusado por UGT de colocar a su mujer en Exteriores sin ser funcionaria, señaló que Vecino tenía "fama de trato problemático" y que su cese se debió a dos razones: el "mal ambiente" en el Consulado de Edimburgo desde su llegada y la carta publicada en la prensa escocesa en la que el diplomático español "concluía que España reconocería a una Escocia independiente".
El jefe de Gabinete de la ministra tampoco aportó datos relevantes que apuntalasen la grave imputación contra Vecino. "No todos los telegramas o email tienen carácter de importantes, pero si se difunden correos en los que yo hago comentarios sobre política exterior, esto evidentemente es sensible y daña la política exterior de España", se limitó a decir.
En otro momento de la declaración, Villarino señaló que la información publicada en este medio "sin duda ha dificultado las relaciones con la región escocesa, al revés que en Londres" y que había "perjudicado" al Gobierno al ser utilizado por formaciones como el PNV, JxCat y la CUP en sede parlamentaria ya que se formularon preguntas al Ejecutivo.
El 'caso Vecino'
Exteriores alegó en su denuncia que el diplomático vulneró una decisión del Consejo de Ministros de 2010 que declaró con carácter secreto o reservado una lista de 17 asuntos que, en la práctica, supone proteger cualquier documento que se elabore en este Ministerio. De ahí que se acusase a Vecino de descubrimiento de secretos.
Aquella destitución fue a raíz de la polémica surgida por una carta que apareció en la prensa escocesa. Fue el 6 de junio. Aquel día, el diario The National publicó una misiva en la que el diplomático aseguraba que el Gobierno español no vetaría la entrada de Escocia como país independiente en la UE si dicha secesión se consumaba por vías legales. Curiosamente, la carta no había sido enviada a The National, sino a otro periódico -The Herald-, que a mediados de abril había decidido no publicarla al tratarse de una carta privada.
Su contenido, sin embargo, llegó a oídos del Gobierno escocés, que pidió al cónsul español una copia de la misma, ya que resumía la posición oficial del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El diplomático español accedió a ello a condición de que no se hiciera pública, pero la ley de Transparencia escocesa obligó al Ejecutivo de Nicola Sturgeon a informar de ella cuando The National se lo pidió por escrito. De ahí que, en último término, Vecino culpase al Gobierno escocés de haber actuado con mala fe en este asunto.
Desde Exteriores se hizo hincapié en aquel momento en que Vecino, en su calidad de cónsul general, no ejercía "funciones de representación política de España", por lo que con esa misiva publicada en The National se había "extralimitado claramente en sus funciones".
"No le corresponde a un cónsul general hacer este tipo de declaraciones de naturaleza política", aseguró un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID), "y menos sin acordarlo previamente con el embajador de España en Londres o con la Dirección General de Comunicación e Información Diplomática del Ministerio de Exteriores". Lo chocante es que casi toda la labor consular de Vecino fue, en realidad, de carácter político, tal y como admitió Exteriores con posterioridad en varias reuniones internas.
80 documentos anexos
La demanda de noviembre redactada por el bufete Cámara&Villalba incluyó 80 documentos anexos con los que el diplomático defendió el buen desempeño que, a su juicio, tuvo en la capital escocesa en los nueve meses que estuvo allí destinado.
La mitad de esos documentos tenían un gran valor informativo pues correspondían a telegramas diplomáticos y correos electrónicos que Vecino se intercambió con asesores del entonces ministro de Exteriores, Josep Borrell como el citado Villarino, así como con el embajador en Londres, Carlos Bastarreche; y otros diplomáticos en la capital británica. Pero ninguno era un secreto de Estado, a ojos del juez instructor.