Dentro de la estrategia del Partido Popular de contraprogramar al nacionalismo catalán en este inicio de 2014 -con una consulta soberanista pendiente para el 9 de noviembre que, recordemos, la Generalitat insiste en que se va a celebrar- se encuadra el documento hecho público este miércoles por FAES, el think tank popular presidido por José María Aznar, y que bajo el título '20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña' resume en 81 páginas los argumentos del Gobierno para enfrentar este problema, y que FAES ha dividido en cuatro tipos de motivos: históricos, jurídicos, económicos e internacionales.
A pesar del golpe a Mariano Rajoy que el expresidente Aznar -ideólogo de FAES- propinó este martes al rechazar acudir a la Convención Nacional del partido, la sintonía ideológica en casos como este entre la organización política y su fundación es total. De hecho, la vicepresidenta de FAES es María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, que ha asegurado en rueda de prensa este miércoles que "ha recibido el documento" el día anterior a su publicación pero que no le había dado tiempo a leerlo.
Donde CDC asegura que Cataluña seguiría en la UE, el euro y se enriquecería, FAES replica diciendo que quedaría fuera de la Unión y sólo podría usar el euro como Andorra, empobreciéndose
En el texto, se cita en varias ocasiones como falsa la iniciativa 'Qué gano yo con el Estado propio', lanzada por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) para convencer a los ciudadanos sobre las ventajas de una Cataluña con su propio Estado. Así, donde el nacionalismo catalán dice "no habrá fronteras físicas, habrá total libertad de circulación para las personas, los bienes y los capitales", el nacionalismo español de FAES responde diciendo que "todo indica que el resultado de ese proceso sería tan malo que probablemente conduciría a Cataluña a un estado de quiebra y que sus políticas de bienestar y sus servicios esenciales no podrían mantenerse" y a un aislamiento total del nuevo Estado.
Los impedimentos jurídicos
El principio del documento habla sobre los motivos históricos, dejando claro que, según su punto de vista, Cataluña nunca ha estado enfrentada con el resto de España. Argumenta que la Guerra de Sucesión fue entre distintas facciones de la propia España y en ningún caso entre España y Cataluña. También se recuerda que en la Transición los catalanes apoyaron mayoritariamente el nuevo modelo político mientras tenían claro que la Guerra Civil tampoco había sido un enfrentamiento entre Cataluña y España. Y para ello, cita los nombres de catalanes afectos al ines al franquismo, como "Estelrich, Cambó, D’Ors, Dalí, Pla…".
Sin embargo, al final de este apartado se asegura que "pese a que carece de razones, lo cierto es que el secesionismo existe". Se reconoce que el independentismo "tiene partidarios" y les acusa de actuar "contra la verdad conocida", de ser un proyecto "radical y populista". La respuesta a estas peticiones, motivadas principalmente por los sentimientos, es principalmente jurídica y, por tanto, fría para FAES y el PP. Se basa, ante todo, en el inmovilismo de una Constitución y un sistema jurídico que no permiten bajo ningún concepto una independencia, ni siquiera una consulta.
"¿Existe un derecho a decidir al margen de la Constitución y el derecho? No". "¿Es aplicable en Cataluña el llamado derecho de autodeterminación? No". "¿Es legal convocar una consulta con unas preguntas como las anunciadas? No". "¿Existe algún otro cauce legal para una consulta de secesión en Cataluña sin modificar la Constitución?". Según FAES, tampoco.
FAES reconoce que la consulta sería posible, pero "sólo con una reforma constitucional en la que intervinieran todos los españoles"
¿Podría, como piden algunos expertos en derecho constitucional y reconoce el texto, convocarse ese referéndum mediante la modificación de su correspondiente Ley Orgánica? En FAES piensan que tampoco: "Nunca podría tener un contenido como el que ha anunciado el Gobierno de Mas, ni cualquier otro que ponga en cuestión los artículos 1 y 2 de la Constitución y el sujeto de la soberanía, y que, además, debería obviar la mayoría, por no decir la totalidad, de los requisitos establecido por el artículo 92 de la CE, resultando por ello de una fragilidad constitucional extrema, prácticamente insalvable".
Al final, FAES reconoce que la consulta sería posible, pero "sólo con una reforma constitucional en la que intervinieran todos los españoles (...) Siempre se puede adaptar, mejorar y reformar una Constitución, pero es tarea de todos, del poder más poderoso, que es el poder constituyente, o sea el pueblo español". En este punto, el think tank, considerado incluso más conservador que la actual dirección del PP, va sin embargo más allá que Rajoy en sus sucesivos pronunciamientos sobre el tema.
La economía como arma
Con respecto a los aspectos económicos, FAES rebate también las teorías del partido de Artur Mas, que aseguraba que si Catalunya es un estado, será el séptimo país más rico de la Unión Europea (UE), con una renta per cápita de 30.416 euros. Un punto radicalmente opuesto al de FAES, convencida de todo lo contrario: "El PIB de la Cataluña escindida caería entre el 19% y el 24% en los principales sectores. Y eso equivale a una caída superior en más de cuatro veces a la que se ha producido en el conjunto de España en la actual crisis económica, que ha sido una de las peores conocidas hasta ahora". Por supuesto, el impacto sobre el empleo sería dramático, más aún teniendo en cuenta que la posibilidad de buscar trabajo fuera de Cataluña estaría limitada, dado que la movilidad de trabajadores catalanes a la UE tendría que ser negociada".