La Fiscalía cree que el expresidente del BBVA Francisco González tuvo una participación directa en la decisión de que el banco contratase al comisario José Manuel Villarejo cuando todavía estaba en activo. Se lo encargó a su jefe de seguridad, Julio Corrochano, excompañero del polémico mando en la Policía. Así lo sostiene el Ministerio Público en un escrito que obra en uno de los tomos de la investigación sobre la relación entre la entidad y Villarejo, en prisión desde hace más de dos años por sus actividades al margen de la Policía.
"La preponderante participación de Julio Corrochano (en las actividades investigadas) vendría determinada por haber recibido directamente del entonces presidente de BBVA Francisco González el encargo de gestionar las contrataciones con CENYT" (la empresa de Villarejo), dice la Fiscalía en este documento remitido al juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón.
A juicio de los investigadores, Francisco González lo hizo a sabiendas de sus "vínculos personales con José Manuel Villarejo tras años como compañeros en el Cuerpo Nacional de Policía, a sabiendas de su condición policial en activo y de que sus servicios incluían el acceso a información reservada que sólo podían obtener prevaliéndose de dicha condición".
A Villarejo se le acusa de hacer valer su influencia en la Policía para acceder a bases de datos confidenciales que luego vendía a sus clientes privados a precios elevados. Solo en su relación con el BBVA, recibió 10,2 millones de euros entre 2004 y 2018, según la cifra que maneja el juez.
Los fiscales destacan en su escrito "los estrechos contactos que tanto Corrochano como Villarejo tenían con otros miembros destacados del Cuerpo Nacional de Policía, especialmente, el Jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Comisaría General de Información Enrique García Castaño". Conocido como el Gordo, estaba al frente de una de las unidades más sensibles de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional.