El sumario del caso Nicolás es una mina para encontrar hechos que transitan entre lo cómico y lo delictivo. Uno de ellos tiene que ver con la forma en que Francisco Nicolás Gómez Iglesias intentó convencer al empresario Francisco Javier Martínez de Lahidalga sobre su presunta amistad con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Una treta telefónica que consistió en prometer al supuesto estafado que ambos iban a reunirse con la número dos del Ejecutivo. La cita, que por supuesto nunca se celebró, iba a tener lugar en el Paseo de la Habana.
Como ha contado al detalle Vozpópuli, el Grupo IX de Asuntos Internos de la Policía Nacional abortó una presunta estafa del ya célebre Nicolás justo antes de detenerle. Los agentes pasaron a la acción en la noche del 13 de octubre, cuando el joven dejó en su casa el empresario Martínez de Lahidalga. Éste prestó declaración ante los agentes aquella noche, en la víspera del arresto de Fran. Y en esa declaración, que lógicamente está en el sumario, queda clara la treta mencionada.
Otro relato surrealista
Durante un encuentro en el Villa Magna, el presunto estafador se ofreció a presentarles ese día a Soraya Sáenz de Santamaría “para convencerle de que el Gobierno efectivamente le podía ayudar”
Los hechos tuvieron lugar aquella misma tarde del 13 de octubre. Siempre según lo que Martínez de Lahidalga declaró ante la Policía, él mismo, su esposa y Francisco Nicolás se vieron en el restaurante chino del lujoso Hotel Villa Magna de Madrid. Durante aquel encuentro, el presunto estafador se ofreció a presentarles ese día a Soraya Sáenz de Santamaría “para convencerle de que el Gobierno efectivamente le podía ayudar” en la resolución de sus problemas. Impresionado, el matrimonio accede a tamaño honor.
Horas después, el Pequeño Nicolás llama al empresario por teléfono “para ir a ver a la vicepresidenta”. El joven pasa por casa de Martínez de Lahidalga alrededor de las 20.30 horas. Asegura que va en el coche oficial de la número dos del Gobierno. Y afirma que se dirigen a una cafetería sita en el Paseo de la Habana de Madrid, muy cerca de la entrada del complejo Azca, donde esperarán a ser citados por Soraya y, como plan B, si ella no puede acudir allí, ellos irán a su domicilio para verla. Justo en ese momento, el Pequeño Nicolás entrega a su presunta víctima el famoso informe falso de Presidencia del Gobierno.
"Nos vemos otro día"
Siempre según la versión que el empresario arguyó en su declaración ante la Policía, durante el trayecto Francisco Nicolás “mantiene conversaciones aparentemente oficiales”. Y, entre otros, dice hablar con la propia vicepresidenta. Es ella, según el presunto timador, quien “le dijo que al ser muy tarde les recibiría otro día”. El empresario cree a pies juntillas la versión que le cuenta el joven, aunque, como es sabido, no puede escuchar la voz de Soraya ni de las otras personalidades con las que el joven dice haber hablado.
La Policía concluye que la hipotética reunión que iba a producirse con Soraya era solo una ficción que empleaba Francisco Nicolás para engañar a Martínez de la Hidalga
Así las cosas, parece evidente que, como concluyen los agentes de Asuntos Internos, esta treta telefónica, incluida la hipotética reunión que iba a producirse con Soraya, era solo una ficción que supuestamente empleaba Francisco Nicolás para engañar a Martínez de la Hidalga. No puede olvidarse que este empresario es el presunto estafado por el joven. Como ha ido narrando este diario, junto a él acudió a un banco para sacar una importante cantidad de dinero y, además, el documento falso sobre “inmunidad diplomática” que tenía el joven era para él.