Galicia

El informe sobre el Villa de Pitanxo responsabiliza del naufragio al patrón del pesquero por tomar decisiones erróneas y muy arriesgadas

En el siniestro de Terranova fallecieron 21 de los 24 tripulantes

  • Traslado de los cuerpos recuperados de algunos de los fallecidos en el naufragio

El informe encargado a varios peritos judiciales por parte de la Audiencia Nacional sobre el naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo en aguas de Terranova (Canadá), tragedia que el 15 de febrero de 2022 costó la vida a 21 de sus 24 tripulantes, es contundente a la hora de responsabilizar del siniestro al patrón de la embarcación, que logró sobrevivir, junto a su sobrino y un marinero de origen ghanés, en el interior de una lancha salvavidas hasta que fueron rescatados varias horas después.

El documento refuerza la versión ofrecida por el marinero Samuel Koufie, que tras el naufragio tuvo que soportar temperaturas gélidas sin ningún tipo de vestimenta especial contra la hipotermia, y señala que “de acuerdo con los datos objetivos y circunstancias que han sido analizados en el presente accidente, la causa más probable del hundimiento del buque de pesca Villa de Pitanxo fue un error humano del capitán por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del aparejo del fondo marino, con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta, poniendo en grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes”.

Koufie insistió siempre en que el patrón, que está imputado judicialmente por la comisión de 21 delitos de homicidio por imprudencia grave, uno por cada tripulante, se negó a cortar las redes con las que estaban faenando en ese momento y que esa decisión provocó que el pesquero fuese escorándose cada vez más, hasta que el agua entró a raudales en el interior del barco y resultó imposible evitar su hundimiento.

El informe elaborado por los peritos judiciales, que está basado en la información recogida por los robots submarinos que descendieron hasta la embarcación el pasado verano, señala también que otra de las causas del naufragio fue la demora con la que el capitán dio la orden de abandono de buque a la tripulación, lo que condicionó que pudieran realizar el abandono de forma ordenada y con alguna probabilidad de éxito”.

De igual forma, los expertos en catástrofes marítimas que se encargaron de realizar la investigación encomendada por la Audiencia Nacional, aluden igualmente a “la falta defamiliarización de los tripulantes con sus obligaciones y funciones atribuidas en el cuadro orgánico para situaciones de emergenciay con el uso de los dispositivos de salvamento (traje de inmersión, chaleco salvavidas, equipo de supervivencia de la balsa salvavidas y dispositivos radioeléctricos de salvamento), lo que pone de manifiesto la falta de formación a bordo y la falta de realización de ejercicios periódicos de abandono de buque”. Esta acusación afecta también de lleno a la armadora del barco siniestrado, Pesquerías Nores, por no haber velado supuestamente por la seguridad laboral de sus empleados.

En cuarto lugar, el documento destaca que “se considera factor contribuyente la falta de una escalera en estribor, desde la cubierta superior a la cubierta de oficiales, que constituyera un medio rápido de evacuación desde la cubierta expuesta a la intemperiey a la mar hacia las balsas salvavidas”. Por último, el estudio alude a las adversas condiciones marítimas y meteorológicas registradas cuando se produjo el siniestro, que si bien “no eran de una extrema dureza” sí aconsejaban haber esperado un tiempo hasta su mejoría.

Este informe será, sin lugar a dudas, muy importante a la hora de fijar las responsabilidades tanto del patrón como de la armadora en el juicio que se celebre en la Audiencia Nacional.  

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