Marta Lois ha sido la elegida por Yolanda Díaz para inmolarse como candidata de Sumar a la presidencia de la Xunta de Galicia en las elecciones previstas el próximo 18 de febrero. Es una conclusión válida si se atiende a los últimos sondeos publicados, muy poco halagüeños para las aspiraciones electorales de la formación que lidera Díaz. Incapaz de fraguar una alianza con Podemos, para la candidata elegida a dedo por la vicepresidenta del Gobierno pintan bastos en una convocatoria adelantada por el presidente autonómico, Alfonso Rueda, que ha cogido con el pie cambiado a todo el arco de la izquierda gallega.

Ahora, Díaz abunda en lo obvio respecto a su pupila: Lois renunciará al acta de diputada en el Congreso y, por tanto, también a la portavocía parlamentaria de la formación, rol cuyo desempeño le ha supuesto las críticas inmisericordes de los diputados de Podemos que acabaron dando la espantada para pasarse al grupo mixto.

Marta Lois ha sido un bluf para la política nacional y en ningún caso ha respondido a las esperanzas que Yolanda Díaz, acostumbrada a las apuestas unipersonales, había depositado en esta docente de la Universidad de Santiago de Compostela, conceptuada este mismo miércoles por la también titular de Trabajo como "una gran investigadora en ciencia política y en género, y una feminista muy reputada en el conjunto del país".

Sin embargo, estas credenciales atribuidas a Lois por su mentora no son aval suficiente como para garantizar una gestión política brillante desde un escaño de la Cámara Baja. Sobre todo, cuando Podemos, con Ione Belarra a la cabeza, le puso la proa desde el minuto uno de su etapa como portavoz en el Hemiciclo.

De hecho, la exclusión del partido morado de las tres portavocías adjuntas de la ensalada de siglas que conforman el grupo parlamentario de Sumar fue el principal desencadenante de las hostilidades entre los cinco diputados tutelados en la distancia por Pablo Iglesias y Lois, a quien endosaron la decisión de haberlos arrumbado.

Una "recién llegada"

Con ocasión de este episodio, la secretaria general de Podemos dejó los disimulos a un lado para centrar sus invectivas en la figura de la portavoz, a la que calificó de "recién llegada" a quien le “falta de conocimiento de cómo funciona el sistema parlamentario”. A partir de ahí, los parlamentarios de Podemos enfiilaron de forma progresivamente descarada su salida del grupo en el que resultó más que evidente que se sentían como un pulpo en un garaje. 

Tampoco es que, al margen de la inquina podemita hacia su labor, haya obtenido un gran respaldo en otras formaciones integradas en el grupo. No hay más que aludir en este sentido a las intrigas aireadas por el representante de Más País, Íñigo Errejón, quien atribuyó a Lois la responsabilidad exclusiva de que el grupo en el Congreso hubiera devenido directamente "en polvorín".

Hoy, en una entrevista en RNE, Yolanda Díaz ha tratado de salvar la cara de su patrocinada enfatizando su papel en la Universidad compostelana. Y ha confirmado lo preceptivo: Lois hará mutis por el foro matritense, donde no será precisamente recordada por sus dotes oratorias, para centrarse en la campaña gallega.

Sobre la incapacidad de Lois de conjurar la división de la izquierda en Galicia, una circunstancia que se configura letal para los intereses electorales de Díaz en su propia comunidad autónoma, ni una sola valoración que no se corresponda con las inconcreciones propias de las declaraciones vacías: Sumar y Podemos tienen proyectos diferentes y el que ella lidera es el "de las mayorías sociales y de la gente trabajadora". Faltaría más.

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