César Bonilla (Ferrol, 1932), propietario de Bonilla a la Vista e hijo de los fundadores de la empresa de patatas fritas y churros, ha fallecido este viernes en A Coruña a los 91 años.
Fuentes cercanas a su entorno han confirmado a EFE el fallecimiento del dueño de la empresa, de la que fue su padre, Salvador Bonilla, el que junto a su esposa se instaló en Ferrol en la década de 1930 para abrir la primera churrería Bonilla a la Vista e incluso ampliaron su negocio con el Hotel Bonilla en el Muelle de Ferrol.
Cuando César era solo un niño, montaron una churrería en la calle Orzán de A Coruña y actualmente cuentan con seis negocios en la ciudad.
Entonces, Bonilla repartía sus patatas, envasadas en latas de un kilo retornables, primero en bici y después en la moto Guzzi por las cafeterías de la ciudad.
Patatas fritas Bonilla
Hasta hace poco, a sus 90 años, César Bonilla seguía acudiendo asiduamente a la fábrica situada en Sabón (Arteixo) y puesta en marcha en 1988, preocupándose por el buen funcionamiento, y participando en la toma de todas las decisiones trascendentales de la firma.
En la actualidad, las patatas fritas Bonilla a la Vista se venden en un total de 23 países (España, Alemania, Andorra, Australia, Bahamas, Bélgica, Canadá, Caribe (Saint Martin), Corea del Sur, Estonia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Países Bajos, Panamá, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Taiwán y Estados Unidos) y la empresa cuenta con más de 100 trabajadores.
Su fábrica produce en torno a las 400 toneladas de patatas fritas al año y el 15 % de la producción se exporta al extranjero.
De hecho, el mercado asiático es su principal zona de exportación y allí se viralizó el producto gallego en 2020 al aparecer una lata de Bonilla en la oscarizada ‘Parásitos’.
En un pequeño comunicado, la familia Bonilla a la Vista ha recordado el “incansable trabajo y dedicación” de César Bonilla “hicieron posible que el nombre de Bonilla a la Vista suene hoy a lo largo y ancho del mundo, sin perder jamás sus raíces gallegas”.
