Carlos Mazón ha sorprendido a propios y ajenos con el nombramiento de un general como nuevo vicepresidente del Gobierno valenciano para la Recuperación Económica y Social tras la tragedia de la DANA. Francisco José Gan Pampols liderará las labores de reconstrucción, una misión que, pese a su experiencia militar, raya lo inasequible, a tenor de los daños materiales sufridos en 87 municipios afectados. El general ya ha destacado en numerosas entrevistas que afrontará el desafío desde un punto de vista técnico y que se desvinculará, en la medida de lo posible, de los tejemanejes políticos que enturbian la operación, y que abandonará el cargo una vez haya completado la tarea.
Pero lo cierto es que el nombramiento del general Gan Pampols no resulta tan inédito si se tiene en cuenta el escenario internacional. Hay un antecedente que guarda firmes paralelismos con el del militar español. Para encontrarlo es necesario viajar hasta Estados Unidos y remontarse a agosto de 2005, cuando el huracán Katrina alcanzó el Golfo de México. Más de 1.800 personas perdieron la vida y varias regiones -especialmente Nueva Orleans- quedaron devastadas.
La magnitud de la tragedia excedía toda previsión, toda capacidad de recuperación. Es fácil encontrar el símil con lo sucedido en Valencia, donde, más allá del arma arrojadiza en que se ha convertido el sistema de alertas gestionado por los estamentos políticos, el escenario aún resulta desolador: las cifras de fallecidos no dejan de aumentar, las pérdidas económicas ascienden a varios miles de millones de euros y, en las calles, aún hay riesgo de enfermedades e infección, debido al colapso de los sistemas sanitarios.
¿A quién encomendar las labores de reconstrucción tras esta crisis? ¿Dónde encontrar un perfil lo suficientemente preparado para asumir una tarea de tal magnitud? La respuesta ha sido similar en Estados Unidos y en Valencia, mirando a sus Fuerzas Armadas en busca de un perfil capaz de asumir estas funciones. En el caso norteamericano le correspondió a Russel Luke Honoré; en el español, al general Gan Pampols. El primero seguía en activo y el segundo, en situación de retiro.
La gestión del general Honoré
Russel Luke Honoré tenía un amplio historial en gestión de crisis naturales, debido a su papel de comandante de la Segunda División de Infantería mientras estaba destinado en Corea del Sur. Allí se enfrentó a numerosas inundaciones en instalaciones militares debido a las inclemencias de los monzones que, con frecuencia, golpean la península asiática.
Así, el 31 de agosto de 2005, un día después de que el huracán Katrina extinguiera su letal actividad, Russel Luke Honoré fue designado comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Katrina para brindar socorro en las áreas más afectadas. Ocurrió en un contexto político convulso, con amplias críticas a los organismos estatales y locales que hasta entonces gestionaban la crisis, acusándolas de inacción o tardanza en sus desempeños. Algo similar a lo ocurrido en Valencia.
Pero con la llegada del general Honoré la situación cambió drásticamente en las zonas afectadas por Katrina, especialmente en Nueva Orleans. No tardaron en hacerse virales unas imágenes suyas en la zona cero de la tragedia, interpelando a los uniformados en las labores de recuperación. Incluso a algunos agentes de la policía local les reprendió que fuesen con sus armas de fuego: “¡Armas abajo, maldita sea!”, se le veía gritar en las grabaciones, al más puro estilo hollywoodiense.
Ese ímpetu y la notable mejoría de la situación en la vía pública -más destacada si cabe en comparación con la gestión previa de políticos y funcionarios- auparon a Russel Luke Honoré a la categoría de héroe nacional.
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, agradeció a George Bush que designase al general Honoré como máxima autoridad para la reconstrucción de la ciudad. Calificó al militar como un “John Wayne” que, descendiendo de su “maldito helicóptero”, comenzó a “maldecir y la gente comenzó a moverse”.
Milicia o política
Estados Unidos guarda en la memoria la actuación del general Honoré al frente de la crisis del Katrina. Por eso, cuando el huracán María devastó Puerto Rico en 2017, sus palabras tuvieron una repercusión mayúscula a lo largo y ancho de todo el país. El militar, ya retirado, criticó la respuesta de la administración Trump, alegando que se requería una respuesta mucho mayor y más rápida.
A este héroe militar estadounidense se le vinculó con la política, llegando a asegurar que se postularía como senador por el Partido Republicano. Pero él fue tajante ante este extremo y advirtió que su trayectoria como servidor público se ceñía exclusivamente al uniforme, y no desde el escenario de la política.
El teniente general retirado Francisco José Gan Pampols también se ha desvinculado de los azares políticos. Y pese a que su nombramiento corresponde al de una vicepresidencia en una comunidad autónoma, el militar asegura que su perfil será estrictamente técnico, alejándose así de los azares políticos.
Ahora le corresponde liderar las labores tras la DANA. Lo hará sin el uniforme, a diferencia del general Honoré, pero la actividad se basará igualmente en su trayectoria como militar. Dos generales, dos tragedias. El resultado en Estados Unidos es conocido. Aún queda mucha reconstrucción en Valencia.