Barcelona, Bilbao, Sevilla, Burgos... Los altercados se han sucedido en las últimas jornadas en varias localidades en protesta por la imposición de nuevas restricciones y el toque de queda; grupos antisistema de diversa índole que aprovechan las movilizaciones pacíficas para trasladar el caos a los espacios públicos. El Gobierno teme que los disturbios se extiendan a toda España, mientras que las fuerzas de seguridad claman por un plan "más estructurado" para desplegar sus operativos.
Por la envergadura de los disturbios, Barcelona se ha convertido en el epicentro de las protestas. Como contó este diario, una masa heterogénea de grupos radicales y antisistema están tras las escenas de violencia: desde individuos afines a la extrema derecha hasta negacionistas del coronavirus, pasando por jóvenes de origen latino, entre otros. Una veintena de personas resultaron heridas; la mayoría de ellas, miembros de los Mossos d’Esquadra. Estos colectivos aprovechan las protestas pacíficas para proyectar sus planes de caos en los espacios públicos.
Ya se han detectado llamamientos similares en las redes sociales para fechas próximas. Este puente de Todos los Santos está marcado en rojo: la concatenación de varios días festivos es un aliciente para las protestas.
Malestar policial
Las fuerzas de seguridad han manifestado su malestar y piden una mayor previsión para hacer cumplir las restricciones de movilidad y el toque de queda. Prueba de ello es el comunicado conjunto que han firmado desde Galicia el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policía (CEP), la Unión Federal de Policía (UFP) y el Sindicato Profesional de Policía (SPP): "La Policía no funciona a toque de corneta, estamos en el siglo XXI y se supone que estamos en un Estado organizado".
Y añaden: "Toda esta improvisación deriva en imágenes como las que hemos visto ayer en algunas ciudades de España, poniendo de manifiesto la falta de previsión de las autoridades y exponiendo a nuestros compañeros a riesgos totalmente evitables".
Reacciones políticas
Las algaradas han propiciado la reacción de diferentes líderes políticos. El diputado Ignacio Garriga, candidato a las elecciones de Cataluña por Vox, afirmó que en los disturbios de Barcelona había “españoles corrientes de Barcelona, hasta las narices de ser encarcelados y condenados a la miseria”.
Los llaman "negacionistas".
Son trabajadores en el paro, padres sin nómina para alimentar a sus hijos, autónomos que no tienen trabajo y que hoy han visto su cuota aumentada.
Españoles corrientes de Barcelona, hasta las narices de ser encarcelados y condenados a la miseria. pic.twitter.com/UnftZB99sW
— Ignacio Garriga (@Igarrigavaz) October 30, 2020
Asimismo, el presidente del País Vasco, Íñigo Urkullu, condenó los altercados de Bilbao de un grupo de negacionistas y aseveró que también era una forma de “terrorismo”, lo que propició una polvareda entre policías nacionales: “Es un despropósito y una ofensa para las víctimas”, afirmó un portavoz del Sindicato Unificado de Policía a este diario.