España

El Gobierno destina 110 millones de euros a "resiliencia turística", el doble que hace un año

Baleares y Canarias recibirán 50 millones cada una, más del doble que en 2021, cuando el Gobierno dedicó a la resiliencia turística 46 millones en total

Resiliencia como forma de vida. El Gobierno de Pedro Sánchez ha exprimido el concepto psicológico de "resiliente" -palabra que en Microsoft Word todavía no existe- hasta extremos insospechados. Hoy, cualquier política es potencialmente resiliente, la seguridad nacional, las cadenas de suministro... y hasta hay un turismo resiliente. La resiliencia es el nuevo chico para todo del Ejecutivo, y a la menor oportunidad ahí que está plantado en un real decreto, una subvención o un nuevo plan estratégico. En esta ocasión, el concepto acompaña el último destino que el Gobierno de Sánchez ha encontrado para los fondos europeos: el turismo resiliente.

Y es que el Ministerio de Reyes Maroto va a destinar 110 millones de euros a financiar "las estrategias de resiliencia turística para territorios extrapeninsulares, en el marco del Plan de Recuperación". Este dinero tiene como fin reforzar las infraestructuras turísticas de Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. El sector turístico español se enfrenta, como consecuencia de la crisis desencadenada por la pandemia de covid-19, "a la situación más delicada de su historia, siendo necesarias actuaciones urgentes para su transformación", reconoce el Ministerio de Industria.

Ante dicho impacto, "es imprescindible implementar una estrategia de modernización y mejora de la competitividad, abordando los retos del turismo en España y preparando al sector para las grandes transformaciones pendientes, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad y la digitalización". Como es sabido, Maroto quiere aprovechar la crisis turística provocada por la pandemia para dar una vuelta a nuestro modelo de turismo, basado en el "sol y playa", para dirigirlo a uno "sostenible" y "cultural".

El pasado año, el Gobierno también ejecutó una inversión de 46 millones de euros para el mismo fin, por lo que ahora ha duplicado sus esfuerzos financieros en la misma partida. La distribución del dinero se ha establecido de la siguiente manera:

  • Baleares: 50.000.000 de euros.
  • Canarias: 50.000.000 de euros.
  • Ceuta: 5.000.000 de euros.
  • Melilla: 5.000.000 de euros.

En 2021, Baleares y Canarias recibieron 20 millones para resiliencia turística, menos de la mitad que este. Ceuta y Melilla recibieron 3 millones, también menos que en 2022.

Estas subvenciones beben directamente del componente 14 del Plan de Recuperación, denominado específicamente "Plan de modernización y competitividad del sector turístico". El Ministerio de Turismo prevé que en el segundo trimestre de 2025, al menos 400 beneficiarios de los territorios extrapeninsulares (Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla) hayan "completado sus proyectos para mejorar su competitividad y capacidad de adaptación a los cambios en los mercados internacionales".

Resiliencia en el turismo

En el Real Decreto en el que se regulan estas ayudas, el Gobierno se empeña en explicar el por qué ha acudido al concepto de resiliencia turística. "El concepto de resiliencia en el ámbito turístico bebe de las características esenciales de su definición en la literatura económica y permite reflejar el grado de vulnerabilidad de una región ante el impacto de una crisis, así como su capacidad de recuperación en un plazo relativamente breve", apunta.

¿En qué se traduce la resiliencia aplicada al turismo? Pues básicamente en medidas "para mejorar la competitividad y la capacidad de los territorios mencionados para adaptarse a la evolución de los mercados internacionales". Para lograrlo, el dinero del Gobierno se destinará a financiar "infraestructuras públicas, con especial atención a la mejora del atractivo de los espacios públicos para promover el turismo, y la gestión medioambiental, así como a la recualificación de infraestructura turística obsoleta".

Los 110 millones de euros también se gastarán en "formación, haciendo especial hincapié en la formación juvenil vinculada al sector turístico; el desarrollo de productos turísticos alternativos y la modernización de la oferta turística; la creación de incentivos para facilitar la conectividad con esos territorios y para que las empresas turísticas operen fuera de la temporada alta".

En definitiva, el Gobierno sigue dando pasos en su objetivo de cambiar el modelo turístico español, que ha situado a nuestro país entre los líderes mundiales del sector, indiscutiblemente. Hay quien se pregunta si tras el parón de la pandemia, conviene plantearse cambios tan radicales o si es preferente dejar que el turismo español vuelva a respirar antes de plantear nuevos horizontes. En cualquier caso, el proyecto tiene vistas de ir para largo.

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