España

Bolaños y García Egea abren otra negociación por la que el Gobierno "no da un duro"

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario General del PP, Teodoro García Egea, han abierto una nueva negociación para renovar los órganos constitucionales que siguen bloqueados por

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, durante la sesión de control en el Congreso. -

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario General del PP, Teodoro García Egea, han abierto una nueva negociación para renovar los órganos constitucionales que siguen bloqueados por la incapacidad de PP y PSOE por alcanzar un acuerdo. Bolaños y García Egea se han reunido el mismo miércoles por la tarde. A primera hora, Pablo Casado ha ofrecido al presidente Pedro Sánchez pactar los relevos en el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas y el Tribunal Constitucional y dejar fuera el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El PSOE aspira a la renovación total.

Bolaños ha recogido el guante de Casado con celeridad al constatar, en sus propias palabras, "un cambio de actitud" en el PP. El titular de Presidencia y el número dos del PP han mantenido un primer contacto organizado en apenas unas horas. Las dos partes han guardado silencio sobre esta reunión. Desde el PP, aseguran a Vozpópuli que la "interlocución es fluida". Y ambas partes se han emplazado a futuras reuniones para seguir dialogando.

Pero fuentes dentro del Gobierno consultadas por este diario reconocen que "no damos un duro por el acuerdo". Y consideran que este nuevo intento de PSOE y PP volverá a naufragar. "Es importante recordar que Sánchez lidera un Gobierno de coalición. Y Podemos también tiene cosas que decir", dicen.

El CGPJ, imposible

García Egea y Bolaños ya lideraron la anterior negociación fallida. Bolaños era entonces el secretario General de la Presidencia. Y no ministro, como actualmente. Estas fuentes sostienen que PP y PSOE solo mantienen un pulso de "cara a la galería" por "quitarse las culpas" sobre este bloqueo. Sánchez ha calificado a Casado de "insumiso constitucional". El PP, con este paso, quiere demostrar que ellos no son el obstáculo.

El nudo gordiano del diálogo está en el CGPJ, que el PP quiere dejar fuera de esta intentona de buenas a primeras. Casado exige un cambio en la ley del Poder Judicial para que los jueces elijan a la mayoría de los jueces. Sánchez no está dispuesto a aceptarlo. El Gobierno, por su parte, dice que los cambios en el CGPJ también deben abordarse en el marco legislativo actual. Así lo ha manifestado la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. "Hablaremos de la renovación de todos los órganos constitucionales, pero a no a la carta como quiere Casado", ha dicho. "La Constitución no se acepta en aquello que nos gusta y se rechaza en lo que no nos convence. Hay que cumplirla".

El PP entiende que el pacto es más sencillo si se excluye el CGPJ. Pero tampoco está claro los nombres que está dispuesto a aceptar en casos como el del Tribunal Constitucional (TC). A diferencia del Consejo General, el TC cambiaría a cuatro magistrados. El reparto, teóricamente de dos a dos, permitiría mantener la mayoría conservadora en el seno del Alto Tribunal.

Gabilondo y el Defensor del Pueblo

Otra de las instituciones que sigue paralizada es el Defensor del Pueblo. El candidato que el PSOE tuvo siempre encima de la mesa fue el de Ángel Gabilondo, que dejó abruptamente la política tras el fiasco socialista en las elecciones adelantadas del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. El PP nunca ha mostrado un rechazo frontal a Gabilondo. La duda ahora es si el excandidato del PSOE en Madrid aceptaría el encargo.

Fuentes del PSOE-M reconocen a este diario que Gabilondo salió muy tocado de la cita electoral de mayo, en la que el PSOE fue vapuleado por Isabel Díaz Ayuso y pasó de primera a tercera fuerza política en la región. De hecho, fue hospitalizado a los pocos días de las elecciones por una arritmia. Gabilondo, de 72 años, renunció a su acta de diputado.

Estas fuentes sugieren que su familia le presiona para que "no vuelva a meterse en más líos políticos". "Nunca se sabe qué puede pasar, porque la política da muchas vueltas. Pero si tuviera que apostar diría que en este momento no aceptaría ni el Defensor del Pueblo, ni ningún otro cargo".

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