La vía de Ciudadanos para que el Gobierno saque adelante la reforma laboral está casi hecha. Cuando faltan 48 horas para que el Congreso someta a convalidación el proyecto estrella de Yolanda Díaz, la coalición ha sumado este martes el apoyo de Compromís y de Más País y ha servido para que el lado socialista de Moncloa dé por convalidado el real decreto con el nuevo andamiaje laboral en España, según admiten fuentes socialistas del alto nivel. Eso sí, el Ejecutivo espera que se sumen más grupos.
Así, PSOE y Podemos cuentan en estos momentos con 161 síes: PSOE (120); Podemos (34); Más País (2); Compromís (1); PRC (1); Nueva Canarias (1); Teruel Existe (1) y el único de Coalición Canaria. Dado que la reforma laboral pactada entre Gobierno y agentes sociales no se va a someter a cambio alguno, los apoyos del Gobierno crecerán. De manera que el Ejecutivo sumará previsiblemente los 9+1 de Ciudadanos (el de su exdiputado Pablo Cambronero adscrito al Grupo Mixto), uno de los partidos que advirtieron de que darían su 'sí' en caso de que no se tocara una coma. En total, 171 votos.
El problema está en otros dos partidos pequeños clave: UPN, que tiene dos diputados, y el PDeCAT, que tiene cuatro. Los navarros, por el momento, siguen negociando. Aunque siempre han trasladado que la prioridad es sacar la ley tal y como está para evitar que se descuelgue la patronal. Mientras que los catalanes aseguran a este diario que se encuentran entre el 'sí' y la abstención. Y que su dirección ejecutiva decidirá este miércoles.
No creo que ERC vaya a dejar pasar estar oportunidadAina Vidal, portavoz de En Comú Podem en el Congreso
Si esos últimos partidos se decantan finalmente por apoyar el proyecto de Díaz, el Ejecutivo convalidará la reforma laboral tal y como salió del pacto con patronal y sindicatos gracias al respaldo de 177 diputados —dos por encima de la mayoría absoluta—. Mientras, Podemos, el socio pequeño de la coalición, sigue presionando para que ERC se sume. Altos dirigentes morados no evitan mostrar su tremendo cabreo con los republicanos en privado.
"Nadie entendería que partidos que se dicen de izquierdas voten 'no'. No creo que ERC vaya a dejar pasar estar oportunidad", ha zanjado la portavoz de En Comú Podem (Unidas Podemos), Aina Vidal. Enfrente de la "histórica reforma" se sitúan, de momento, 172 diputados. Aunque no todos esos rechazos son inamovibles. Los 13 de ERC, los 5 de EH Bildu, el del BNG y los seis del PNV aún pueden decantarse a favor de la reforma labora. Son los que Moncloa espera. También Podemos.
"Tenemos el apoyo de Más País y Compromís y ahora hay que hacer llamado a seguir dialogando con discreción. Estoy convencido de que va a haber reflexión y de que el PNV y ERC van a estar a la altura", ha remachado el portavoz de Galicia En Común (Unidas Podemos), Antón Gómez-Reino. Entre los 'noes' absolutos están los cuatro diputados de Junts, los dos de la CUP, los 88 del PP, el de Foro Asturias y los 52 de Vox.
Díaz, contra las cuerdas por la reforma laboral
La opción de que sea Ciudadanos quien salve el pacto con la patronal y los sindicatos inquieta mucho a los morados. La vicepresidenta segunda se juega la base de sus apoyos políticos antes de levantar sobre ella la plataforma "transversal" con la que pretende concurrir en las próximas elecciones generales. En plata: la reforma laboral está a punto de reventar el bloque de investidura. +
El dilema de Díaz, cuyo equipo reitera que sigue negociando con la mayoría de la investidura, es doble. Por un lado, la entrada de los de Inés Arrimadas conduce a Unidas Podemos al "escenario menos propicio", según reconocen fuentes de la formación a este periódico. Y todo porque además de dar al traste con la alianza que Pablo Iglesias tejió con los independentistas, supondría servir en bandeja a la oposición el relato de que la reforma laboral no es de verdad de izquierdas.
En Unidas Podemos saben que Díaz está haciendo todo lo que puede y que la reforma laboral que ha pactado ha ido todo lo lejos que permitía una entente con la patronal. "Ella lo ha intentado. A ver si lo consigue [pactarla con los socios de la investidura]", explica una fuente morada de peso. Ese es, en parte, el sentir de las bases del partido y de algunos altos dirigentes en privado: Díaz necesitaba llegar a un acuerdo con los empresarios para construir su imagen presidenciable. Y ese es el peaje que la izquierda más purista debe pagar si quiere soñar con una militante comunista a los mandos del Gobierno de España.