Hubo un tiempo en que la piel de toro que es España estaba tatuada por vías de tren que salían hasta de los lugares más recónditos. Las líneas de ferrocarril permitían viajar desde un pequeño pueblo cántabro como Cabezón de la Sal, hasta Soria, o hacer el trayecto entre Astorga, en León, y Salamanca, al son del traqueteo del tren.
Pero con las vías de tren pasó algo parecido a lo que pasa ahora con la Filosofía y las Humanidades: no eran útiles y debían desaparecer. El Gobierno de Felipe González eliminó decenas de recorridos ferroviarios por ser poco rentables, entre ellos el de la Ruta de la Plata, que ahondó en el aislamiento de Extremadura, en cuyo tren actual uno siempre sabe cuándo se monta, pero nunca cuándo llegará a su destino.
El desmantelamiento de estas vías aseveró, qué duda cabe, el fenómeno de la España Vaciada. Uno de esos trayectos que ha quedado en el olvido es la línea Soria-Castejón. Hasta el año 1996, los españoles podían viajar en tren desde Soria hasta Castejón de Ebro, un municipio de Navarra. Este recorrido permitía enlazar cuatro provincias: Soria, Zaragoza, Logroño y Navarra. Daba la oportunidad a los habitantes de Soria, además, de tener un acceso a la línea ferroviaria norte.
Según ha podido comprobar Vozpópuli, el Gobierno estudia reabrir esta línea de transporte ferroviario. Ya está en marcha la licitación de los 'Estudios de viabilidad del Corredor ferroviario Soria–Castejón', para los que el Ministerio de Transportes tiene previsto un presupuesto de más de 374.000 euros.
Entre las labores de la empresa adjudicataria se encuentra la de analizar el trazado ferroviario existente. Entre Soria y Castejón, "aún es visible, en muchas zonas, la plataforma y superestructura correspondientes al trazado desmantelado, con estructuras y túneles en estado de conservación variable y estaciones y apeaderos en estado de abandono o ruina". Apunta el Ministerio de Transportes en la memoria justificativa del proyecto, que ha sido consultada por este diario junto con los pliegos con las prescripciones técnicas. La línea cuenta con el ancho ibérico (1.445 milímetros) y posee una longitud de 104 kilómetros.
El Ministerio no descarta que sea necesario hacer modificaciones sobre el recorrido original: "Se deberán estudiar variantes respecto de la plataforma ferroviaria existente en tramos especialmente problemáticos desde el punto de vista del trazado o de afecciones medioambientales o al medio urbano, como son los tramos entre Aldealpozo y el Puerto del Madero y las posibles variantes de trazado de Ágreda y Cintruénigo".
¿Viabilidad económica?
El objetivo del Gobierno es que la línea sea compatible con el tráfico mixto de viajeros y mercancías. Hay aspectos aún por determinar, como la implantación de una vía única o de vía doble. Además, se analizará la idoneidad de la instalación de apeaderos intermedios o estaciones.
Pero más allá de los condicionamientos técnicos hay un ejercicio insoslayable, y es estudiar la viabilidad económica del proyecto. Precisamente, esta línea fue clausurada por su escasa actividad y baja rentabilidad. Transportes tiene previsto llevar a cabo un estudio de la demanda de transporte actual dentro del área de estudio, que comprenderá el ámbito geográfico entre Soria y las capitales de provincia próximas más importantes (Valladolid, Burgos, Logroño o Pamplona), así como las áreas metropolitanas que podrían generar o atraer viajes (Madrid o Zaragoza, principalmente). Este punto será clave a la hora de calcular la sostenibilidad económica del proyecto.
Una línea con mucha historia
La línea Soria-Castejón comenzó a fraguarse a comienzos del siglo XX, más concretamente, en el Plan de Ferrocarriles de Urgente Construcción aprobado en la dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1926. La vía comenzó a construirse un año después, pero la coyuntura política española -siempre inestable- fue un obstáculo constante para que el proyecto avanzara. En 1935, las obras estaban terminadas, y el Gobierno se dispuso a sacar a concurso público su explotación.
El estallido de la Guerra Civil en 1936 truncó el proceso y durante seis años, las vías de esta línea no fueron más que un esqueleto de metal en la tierra. En 1941 se inauguró la línea, que funcionó hasta el 1 de diciembre de 1996. Desde entonces, ningún tren ha circulado entre Soria y Navarra.
Fernandoo
Lo de Teruel Existe, Soria Ya y similares parece que empieza a escocerle al Gobierno.
Lenora
Mejor que se las cortaran él y la mayoría del gallináceo PP