El Gobierno español se ha convertido en ese paciente indómito que hace caso omiso de las prescripciones del médico. Ese que tras aguantar estoico las esforzadas explicaciones del profesional, se levanta afirmando y sale del centro de Salud negando. Ese paciente tiene derecho a hacerlo, a no cuidarse, pero, ¿puede hacer lo mismo un Gobierno del que dependen la salud de sus ciudadanos? Pedro Sánchez se ha vuelto a encontrar de frente con unos expertos que piden tiempo para aplicar una de las nuevas ambiciones presidenciales: "Gripalizar la covid".
Fuentes de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta han confirmado a Vozpópuli que las primeras conversaciones para dar pasos hacia la creación de un sistema de vigilancia centinela para la covid similar al de la gripe han resultado infructuosas. "La cosa va para largo", es la expresión más utilizada.
Estrategia de Transición
La semana pasada, este grupo de expertos, junto al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes) de Fernando Simón, mantuvieron una reunión para abordar el proyecto. En el encuentro se puso de manifiesto que una estrategia centinela para la covid llegará, pero "en un futuro muy, muy lejano", y que antes es necesaria una estrategia de transición.
Sin embargo, esta estrategia de transición tampoco va a ser inmediata, sino que será una realidad dentro de "algunos meses". Entre las ideas que se barajó está la de implementarla con el nivel de alerta 1, una situación que se antoja todavía muy lejana. En estos momentos, según el último informe de indicadores del Ministerio de Sanidad, el nivel de alerta 4 es el predominante con las excepciones de Galicia y Extremadura, que aguantan en nivel de alerta 2.
En cualquier caso, hay muchos acuerdos a los que llegar de cara a formular dicha estrategia de transición. Por ejemplo, un horizonte temporal, unos objetivos claros y la misma definición de caso. ¿Deben considerar válido los centinelas un atutotest covid o no? Son algunas incógnitas que deben discutirse.
Por tanto, lo de "gripalizar" la gripe, "va para largo", aunque los datos preliminares de la vigilancia centinela para infecciones respiratorias graves (hospitalizadas) que se lleva ya a cabo en 9 CCAA son paralelos a la curva de incidencia nacional. Esto es una buena señal, pues demuestra que el sistema centinela funciona también para rastrear la covid.
Las prisas de Sánchez por sumarse al 'ayusismo sanitario', no obstante, se han visto ralentizadas tras los acontecimientos internacionales de esta semana. El conflicto de Rusia y Ucrania ha imantado la plena atención mediática, trasladando el foco desde el ministro de Consumo, confinado por covid, al despacho de Sánchez en Moncloa, donde sigue "de cerca" y por vía telefónica los movimientos de tropas en Kiev, Minsk y Moscú, dejando poco espacio para una sexta ola que va perdiendo fuerza poco a poco.
La dosis de refuerzo
Entre los especialistas menos escuchados estos últimos días se encuentran los inmunólogos, que una y otra vez han declarado en contra de la tercera dosis en menores de 40 años. Otra de las guerras que mantienen con las autoridades gubernamentales viene a cuento de la terquedad de poner una dosis de refuerzo incluso en aquellos que han pasado ómicron.
Los inmunólogos creen que la suma 'dos dosis + inmunidad natural + dosis de refuerzo' carece de evidencia científica, y que tanta dosis puede someter al sistema inmunitario a un estrés muy negativo. Además, insisten en la falta de sentido de poner una dosis de refuerzo para la variante de Wuhan, cuando la variante actual dista en buena medida de aquella.
Esta semana, la Comisión de Salud Pública ha decidido que la dosis de refuerzo se administre a los cinco meses tras la infección por ómicron. Esta decisión se produce después de que el Ministerio de Sanidad haya justificado ante la Audiencia Nacional su estrategia de vacunar cuatro semanas después del contagio por coronavirus sin aportar ningún informe científico que lo avale, como adelantó este diario.