En 2020 se completó el proceso de equiparación salarial de los policías nacionales y los guardias civiles. Esta victoria de los dos colectivos tuvo un sabor agridulce dentro de las asociaciones que representan al personal de las Fuerzas Armadas. Por un lado, se alegraron de la mejora de las nóminas de sus compañeros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Pero desde entonces, se sienten discriminados porque Moncloa no ha ejecutado un plan similar con los sueldos de los militares. La famosa equiparación salarial, además, ha tenido otro efecto colateral: cada vez más soldados buscan una salida laboral en la Guardia Civil o en la Policía Nacional.
El salto de las Fuerzas Armadas a la Policía Nacional o a la Guardia Civil no es un fenómeno nuevo. Está previsto en la Ley de Tropa y Marinería de 2006, que establece una reserva de plazas en los dos cuerpos para los efectivos que quieran limitar sus años de carrera militar. También existen convenios con ayuntamientos para facilitar que el ingreso de los militares a las policías municipales.
Las asociaciones militares llevan años reclamando que se ataje el problema histórico de las retribuciones en las Fuerzas Armadas. A lo largo de su carrera, un militar puede recibir un amplio abanico de salarios que depende de la unidad en la que trabaje, sus años de desempeño y otras variantes. Según la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), un soldado marinero gana 1.089 euros limpios tras la subida acometida el año pasado. Y el sueldo de un sargento primero oscila entre los 1.500 y 1.700 euros.
El Consejo de Ministros aprobó en marzo de 2021 la primera subida salarial desde el 2005, sin tener en cuenta las realizadas por el IPC. En la nómina, el aumento supuso el año pasado entre 40 y 113 euros más en función del empleo. En total, se destinaron 212 millones para mejorar los sueldos, lejos de los 2.000 millones que reclamaban los colectivos profesionales. Esta reivindicación histórica ha tensado en los últimos meses la relación de algunas asociaciones militares con la ministra de Defensa, Margarita Robles. El malestar de las agrupaciones ya ha llegado a las calles. Después de una manifestación celebrada en octubre, tres de estos colectivos -ATME, ASFASPRO y UMT- han convocado otra protesta en Madrid para el 25 de junio.
Las asociaciones reclaman un plan plurianual como el de la Policía Nacional y la Guardia Civil. La equiparación salarial de los dos cuerpos se llevó a cabo entre 2018 y 2020. Desde entonces, las asociaciones de las Fuerzas Armadas consultadas han detectado un mayor interés dentro de los diferentes escalafones militares en las plazas reservadas en el Instituto Armado y el cuerpo nacional. Y no sólo hay interés. La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) confirma a Vozpópuli varios casos de suboficiales que han abandonado sus carreras militares y ahora forman parte de otros cuerpos de las FSE.
"Las expectativas son un fracaso"
"Que el personal renuncie a los galones militares para ser guardia civil o policía raso, con una categoría laboral inferior en los grupos de la Administración, no pasa en ningún sitio. Es el exponente de que las expectativas de la carrera [militar] y laborales son un fracaso", sostiene Miquel Peñarroya, presidente de ASFASPRO.
El colectivo que representa a los suboficiales da fe de que desde la equiparación salarial se han "disparado" las consultas de sus asociados sobre cómo desvincularse de las Fuerzas Armadas para opositar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. "Hasta después de la equiparación no teníamos este tipo de consultas y ahora es un goteo que se ha intensificado en los últimos años", detalla. Pero en este tiempo también ha conocido varios casos de suboficiales, especialmente sargentos primeros o segundos, que han acabado en uno de los dos cuerpos e incluso en las plantillas de las policías municipales. También hay otros ejemplos, más anecdóticos, como el de un teniente que ahora es guardia civil "raso" o el de un oficial "que dejó sus dos estrellas" para ser policía local. Otros, añade, han fichado por Amazon.
Que el personal renuncie a los galones militares para ser guardia civil o policía raso, con una categoría laboral inferior en los grupos de la Administración, no pasa en ningún sitio. Es el exponente de que las expectativas de la carrera [militar] y laborales son un fracaso"Miquel Peñarroya, presidente de ASFASPRO
Peñarroya sostiene que estas salidas se deben a las condiciones salariales y al cambio de residencia que puede suponer un ascenso interno. El presidente de ASFASPRO asegura que apenas se producen promociones de suboficiales a oficiales porque "no se reconoce" lo suficiente la formación previa y el militar debe cursar 5 años de carrera para escalar a teniente.
Marco Antonio Gómez, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), explica a este diario que lo más habitual es que un soldado que quiera salir de las Fuerzas Armadas se decante por la Guardia Civil por la naturaleza militar del cuerpo, su "estabilidad" laboral y el "salario". La Benemérita es, además, el cuerpo que reserva más plazas para este personal. Gómez considera que la equiparación salarial ha provocado un "efecto llamada" entre los militares regulados por la Ley de Tropa y Marinería -los suboficiales se rigen por la Ley de la Carrera Militar de 2007-. En estos momentos, apunta el presidente de ATME, hay más candidatos que compiten por las plazas en la Guardia Civil, Policía Nacional o en los cuerpos locales.
A modo de ejemplo, Gómez detalla que los ayuntamientos pagan 1.600 euros a sus agentes municipales y, en algunas localidades, llegan a cobrar entre 2.000 y 2.500 euros, unos salarios que chocan con los "1.089 euros" limpios que recibe de base un militar. El representante de ATME también recuerda casos de sargentos que ahora forman parte de policías locales, de servicios de bomberos, de la Guardia Civil o de los Mossos.
Desde la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) también confirman que han detectado casos de suboficiales que han opositado a otros cuerpos policiales desde la equiparación salarial. Señalan, eso sí, que los saltos desde este escalafón militar a la policía local han sido "anecdóticos" y "contados con los dedos de la mano". El secretario general de esta agrupación, José Ignacio Unibaso, se queja, además, de que una "gran cantidad" de candidatos militares que opositan a la Policía Nacional no supera el filtro de la entrevista personal. "El Ministerio de Defensa dijo que iba a tomar cartas en el asunto porque no parece muy razonable", señala.
Jamuja
Así es este país. Que un policía local que, -al menos en La Coruña-, lo único que hace es poner multas por mal aparcamiento gane bastante más que un militar que en muchas ocasiones se juega la vida, lo dice todo. Cualquier funcionario administrativo de cualquier organismo del Estado, poco más que pegando pólizas, gana también bastante más. Y así todo. Todo el país es un muestrario de desorganización y falta de sentido.