Entre los interrogantes que Hacienda considera que la juez debería investigar sobre el caso Negreira están sus vínculos con la Real Federación Española de Fútbol y, en especial, su salida del Comité Técnico Arbitral. Sobre todo, si la misma "estuvo motivada por alguna conducta punible", de la que se habrían podido beneficiar bien el Barça -con influencia o información particular-, o, a título particular -con dinero en efectivo-, exdirectivos del club u otros terceros, según se desprende de la documentación cotejada por Vozpópuli.
Las pesquisas de la Agencia Tributaria concluyeron que fue en 2018 cuando el Barcelona dejó de pagar al entonces vicepresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira. A mediados de ese año, Negreira dejó el cargo y perdió la "posición" que le habría granjeado el acuerdo con los culés, según las pesquisas de la Agencia Tributaria, ante la que el exárbitro prestó declaración en octubre de 2021.
"¿Por qué dejó de ser vicepresidente?", le preguntaron los inspectores. "Porque José Mº Villar -en verdad, Ángel María Villar- tuvo problemas con la Justicia y dejó de ser presidente de la Federación", respondió tajante Negreira. "El nuevo presidente (Rubiales) prescindió de toda la directiva anterior".
El vicepresidente de los árbitros entre 1994 y 2018 se reunía con el comité cada semana o quince días en Madrid. "Lo que hacíamos era revisar los informes que hacen los árbitros (el acta) después de cada partido y puntuarlos. En función de esa puntuación el árbitro podía ascender de categoría", reconoció Negreira, negando la mayor de haber pagado a árbitros con lo que cobraba del Barcelona.
Hacienda apunta al intento del Barça sobre la RFEF
Sobre las labores para el Barça, Negreira afirmó que iba a ver los partidos y se aseguraba de "estar informado del por qué se habían tomado decisiones". "Lo que el Barcelona quería era asegurarse que no se tomaban decisiones en contra, que todo fuera neutral", incidía.
En sus pesquisas, Hacienda detectó que Negreira compró tarjetas, monedas y jamones a distintos árbitros, pero no pudo constatar que los pagos acabaran influyendo en los resultados -la constatación más grave de beneficio irregular, aunque no necesaria para que exista delito-. Sí creen en la Agencia Tributaria que la relación del Barça con Negreira buscaba influir en la Real Federación Española de Fútbol, de la que pende el mismo sistema del arbitraje y buena parte de la organización de las competiciones del fútbol nacional.
En palabras de los investigadores, el "acuerdo verbal" entre los sucesivos presidentes del Barça y Negreira pudo redundar en que, previa "recomendación" entre las partes, "el Club dispusiera un interlocutor con la Federación que cuidara las relaciones institucionales", como así también en que el vicepresidente del CTA se cerciore de "informar o avisar de cualquier visita institucional de la RFEF o el CTA para que el Club (el Barça) mantuviera 'buenas relaciones institucionales'". Hacienda también sospecha que Negreira recomendaría "qué tarjetas amarillas o expulsiones podrían ser recurridas tras algún partido, porque la decisión arbitral pudiera ser discutible técnicamente", entre otras.
Según la misma Agencia Tributaria, "muchos de los gastos" de la sociedad Dasnil con la que Negreira cobró ingresos procedentes fundamentalmente del Barça "están asociados a viajes y gestiones en su relación con el Comité Técnico de Árbitros y la Real Federación Española de Fútbol en Madrid".
Y es que, según la misma Agencia Tributaria, "muchos de los gastos" de la sociedad Dasnil con la que Negreira cobró ingresos procedentes fundamentalmente del Barça "están asociados a viajes y gestiones en su relación con el Comité Técnico de Árbitros y la Real Federación Española de Fútbol en Madrid".
Paralelamente, los mismos inspectores dan cuenta de al menos 1,4 millones de euros en pagos del Barça a Dasnil de las que "no existe prueba documental alguna de la 'actividad económica' realizada" y que el Barça aceptó calificar, a ojos de la Agencia Tributaria, como "liberalidad", esto es, como pagos que hizo sin esperar nada a cambio.
Los nexos del Barça con la Federación
La Fiscalía ha contabilizado 7,3 millones en pagos del Barça a Negreira, que se iniciaron en 2001, según reconoce el mismo Barça, bajo la Junta Directiva de Joan Gaspart -antes vicepresidente de Núñez. En 2004, Gaspart fue clave para la relección como presidente de la RFEF de Villar, de quien sería desde entonces vicepresidente de relaciones institucionales hasta 2018.
Opositores a Villar han atribuido a Gaspart influencia sobre el colectivo arbitral para decantar aquella reñida relección del presidente de la RFEF en 2004. Dentro de LaLiga se sospecha ahora que la relación del Barça con Negreira podría obedecer a un "fondo de reptiles" acordado entre el club y la Federación.
"Creo que Laporta cultivó mucho, y muy a fondo, las buenas relaciones con estas instituciones (la RFEF) y eso nos ayudó. Tuvo una actuación decisiva en el mandato de Villar", llegó a afirmar uno de los exvicepresidentes de Laporta, Alfons Godall, en 2012, antes de que Hervé Falciani aflorara una cuenta en Suiza sin declarar del propio Godall mientras fue el número dos de Joan Laporta.
El intermediario con Negreira era el hombre de Villar en Cataluña
El otro elemento al que apuntan los inspectores como vía de investigación gira en torno a la figura de José María Contreras, el fallecido directivo blaugrana que estaba detrás de tres sociedades con las que el Barça pagó al exvicepresidente de los árbitros. Una de ellas, Radamanto, también fue utilizada en facturas a la misma Federación, según resaltan los investigadores de Hacienda.
"El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Ángel María Villar) tenía un hombre en cada comunidad, y en Cataluña lo era Contreras; era quien le iba a buscar al aeropuerto o a donde fuere cuando llegaba a Barcelona", se han limitado a apuntar sobre él a Vozpópuli fuentes implicadas en el proceso. Contreras estuvo ligado al Barça desde la gestión de Josep Lluis Núñez hasta la de Josep Maria Bartomeu.
En 2018, fue detenido tras beneficiarse de una presunta adjudicación irregular de obras por 7,5 millones de la Federación Catalana de Fútbol presidida por Andreu Subies, que acabó renunciando por el caso al cargo de vicepresidente económico en la RFEF de Luis Rubiales.
En esa misma 'Operación Soule' que ahora salpica al expresidente de los árbitros, Sánchez Arminio, también se ha visto involucrado Molinario Valls, el abogado que gestionaba sociedades de Contreras para los pagos a Negreira.