Jesús P.H., la pareja Juana Canal, marcó este jueves los puntos donde supuestamente enterró los restos de Juana Canal en un camino rural, cerca de su finca familiar en Navaluenga (Ávila). En ese lugar señalado, donde un senderista halló en 2019 el cráneo de la mujer, los investigadores han encontrando más restos óseos que ahora serán analizados para conocer si pertenecen a más partes del cuerpo de la desaparecida, según informan fuentes del caso a Vozpópuli.
Jesús fue arrestado el pasado miércoles por la Policía Nacional en su casa en Fuente el Saz y los agentes agotarán las 72 horas que marcan la ley para que pase a disposición judicial. La detención de este hombre se precipitó gracias a las escuchas telefónicas que autorizó el juzgado el pasado mes de septiembre.
En un primer momento se mostró como un padre y un marido ejemplar lejos de los focos de la investigación. "No soltaba prenda", confiesan estas fuentes policiales. El registro en el domicilio donde vivía con Juana Canal en la calle Boldano de Madrid y la recuperación de más restos óseos y tejidos en Ávila en las últimas semanas fueron un punto de inflexión. Se había puesto nervioso y dio más indicios a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.
En una primera confesión dijo a los agentes que la había matado a golpes. Después, cuando llegó su abogado, aseguró que se la encontró muerta la noche del 22 de febrero de 2003 en el número 2 de la Calle Boldano. Sus dos versiones coinciden en el punto de que trasladó su cadáver en coche hasta la finca familiar donde la descuartizó y la enterró en dos maletas, en el punto en el que fueron hallados sus primeros restos en 2019. Un camino rural frondoso lejos del núcleo urbano pero cerca de la parcela que es de su propiedad.
Buscan en la finca las herramientas que usó
En la casa familiar, los agentes del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil han estado buscando las herramientas con las que presuntamente descuartizó el cadáver de Juana. Jesús señaló en un mapa los puntos donde enterró los restos en dos hoyos que cavó. Es la zona donde un senderista halló el cráneo de la fallecida en 2019.
Los agentes han delimitado la zona en cuadrículas y continuarán su búsqueda de 10 en 10 centímetros. Delimitaron la fosa donde supuestamente enterró el cuerpo de la desaparecida. "Hay que ir con cuidado por el estado en el que pueden estar los restos", señalan estas fuentes del caso. Este jueves se encontraron más huesos que han sido recogidos por los agentes, que ahora tratarán de identificar si pertenecen a la fallecida. Este viernes proseguirán estos trabajos de recuperación.
Investigan si tuvo ayuda para trasladar el cuerpo
Los investigadores barajan que Jesús contó con la ayuda de otra persona para desplazar el cuerpo. Por eso investigan su círculo más próximos ya que se podría detener a otro implicado por el delito de encubrimiento.
El abogado de SOS Desparecidos y letrado de la familia, Juan Manuel Medina, explicó a Vozpópuli que los allegados de Juana Canal tienen la "total y absoluta" confianza en que los investigadores van a esclarecer el crimen y detener a las personas implicadas en él. "Van a pagar sus actos", ha afirmado.
Jesús P.H. recorrió durante los últimos años las fiestas de los pueblos de la Comunidad de Madrid. Después de trabajar como camarero decidió adquirir un camión de perritos calientes con el que se desplazaba a los festejos patronales como feriante. En sus redes sociales no ha recordado la desaparición de Juana Canal ni los avances en la investigación. Es más, contrajo matrimonio seis meses después de su ausencia.
La desaparición de Juana Canal estuvo aletargada hasta que a finales del 2019 un senderista localizó en Ávila unos restos óseos en una zona rural. En concreto era un fémur y un cráneo que fueron analizados por el Servicio de Criminalista de la Guardia Civil.
Estuvo ausente dos días desde que desapareció Juana
Uno de los puntos más complicados del caso es que su novio denunció a Juana Canal dos días de su desaparición por un delito de malos tratos. Ese periodo de tiempo estuvo totalmente ausente y sin participar en la búsqueda de su pareja. Los agentes que revisaron el caso constataron que tenía una herida sangrante en uno de sus brazos por lo que pasó a ser el principal sospechoso, según informan fuentes policiales.
A pesar de esta circunstancia, los años pasaron y el caso no tuvo avances lo que ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los agentes de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional. Los agentes tenían hasta el mes de febrero para practicar las diligencias ya que la desaparición iba a prescribir.