El duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil hace 174 años, hoy tendría que recortarse el bigote para ejercer en el Cuerpo. El clásico mostacho benemérito, frondoso, simétrico y que cubre el labio superior tiene las horas contadas en caso de que entren finalmente en vigor las nuevas normas de uniformidad de la Dirección General. Sólo el malestar mostrado por las asociaciones profesionales ha obligado al ministro Grande-Marlaska a suspender su aplicación de este borrador con 12 artículos a la espera de un mayor consenso.
“El bigote, que tendrá su color natural, no descenderá de las comisuras de los labios por sus bordes laterales sin sobrepasarlas y sus guías no alcanzarán un desarrollo mayor de un centímetro desde la comisura de los labios, no pudiendo unirse a las patillas. Su densidad y distribución será simétrica y continua en toda la zona. Se mostrará siempre aseado y recortado de forma que deje visible el labio superior”, dice el borrado de la Orden General al que ha tenido acceso Vozpópuli y que lleva la firma del director Félix Azón.
Se incluye además un anexo al que también ha tenido acceso este periódico con dibujos de guardias civiles como modelo para dejar claro cómo se debe llevar el bigote en la Guardia Civil, según el criterio de sus responsables. Lo mismo sucede con la barba: “será completa e incluirá el bigote. Se llevará recortada y arreglada de manera uniforme con una longitud máxima de tres centímetros de espesor y no descenderá del medio cuello (nuez)”.
Perilla y tintes de pelo
También se puede llevar perilla, pero debe ser “simétrica, con bigote cubriendo el mentón en su totalidad y en las mismas condiciones que la barba completa y su anchura no será mayor que la del bigote”. En cualquier caso, barbas y perillas deben ir perfectamente perfiladas y no están permitidos los tintes. Estas normas también le declaran la guerra a la pelusilla o a la barba de tres días. Todo aquel que quiera repentinamente dejarse barba o bigote deberá esperar a que crezca “durante los periodos en los que no se preste servicio”.
En cuanto al pelo, siempre limpio y sin tintes que no sean acordes con colores naturales. Lo mismo para pelucas y extensiones. Se prohíben “los cortes y peinados irregulares del cabello tales como, escalones, trasquilones o zonas de la cabeza completamente rasuradas y otras zonas con cabello largo. También rastas o trencitas. Ellos sólo podrán llevar el “corte clásico”, sin coletas y dejando visibles las orejas. Prohibidas las mechas.
Tampoco se pueden dejar patillas, pero tampoco suprimirlas del todo. Sí está, en cambio, autorizado el rasurado completo de la cabeza. Ellas sólo lo podrán llevar suelto el pelo siempre que no baje más allá del cuello. La longitud máxima permitida es la línea de los homóplatos. “Se autorizan las mechas o reflejos en tonos similares al color base”.
20 años sin actualizarse
“Desde su fundación, la Guardia Civil ha sido consciente de la importancia que tienen todos aquellos aspectos relacionados con la policía personal, los buenos modales, la observancia de la disciplina y la corrección en las formas, para labrarse el respeto y confianza de la población”. Así arranca este documento. Alega que la última actualización de estos preceptos data de “hace dos décadas” y que “conviene adaptar” estas normas a las “nuevas circunstancias”. No es la primera vez que esta iniciativa ha generado el malestar de las asociaciones que este martes volvieron a mostrar su rechazo, lo que ha provocado la decisión del ministro.
El documento es un borrador para una Orden General “sobre normas de policía personal, aspecto físico y trato con la ciudadanía”. En su mayor parte se centra en exclusiva en las cuestiones físicas, incluso las uñas: en los hombres no sobrepasarán el borde del dedo, no pueden ir pintadas y deben estar limpias mientras que a las mujeres se les prohíbe una longitud superior a los tres milímetros y sólo podrá llevar esmalte de color transparente o similar al color de los labios.
Aquellas que usen maquillaje, sólo podrán recurrir a “tonalidades suaves” y el lápiz de ojos se utilizará sólo “para perfilar el contorno del ojo”. Ellos únicamente podrán usar cosméticos “bajo prescripción médica”. “Se prohíben, collares, alfileres, prendedores, diademas, u otros elementos ajenos a los distintivos o condecoraciones”, excepto relojes (que no excedan el ancho de la muñeca), anillos (dos como máximo y siempre que no sean ostentosos), pendientes (sólo ellas y sin ocupar más allá del lóbulo de la oreja), mochilas oficiales, gafas (discretas) o pulseras que no cuelguen.
Vendas para los piercings
Uno de los puntos más polémicos son los que hacen referencia a los tatuajes -el propio ministro del Interior tiene uno en su muñeca-. “Quedan prohibidos los tatuajes que contengan figuras, expresiones o dibujos contrarios a los valores constitucionales y las virtudes militares, atenten contra la disciplina, la imagen de la Guardia Civil y las autoridades del Estado”, dice el borrador, ahora en suspenso.
Se busca evitar que estos tatuajes puedan comprometer “la neutralidad política o sindical, inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico, religioso y reflejen motivos obscenos o cualesquiera otros vedados por la ley”. Los tatuajes que no incumplan estos preceptos sí están permitidos, pero en lugares no visibles. También se prohíben los piercings en lugares visibles. Para aquellos que no cumplan con estos requisitos sobre tatuajes, el borrador plantea tres meses de plazo para hacerlos desaparecer. Para cubrir perforaciones plantea vendajes (del mismo color que la piel).
Sobre el trato
En cuanto al trato a la ciudadanía, dice que por defecto, ha de ser, siempre, de “usted”, salvo que expresamente le autoricen el tuteo, en cuyo caso será mutuo. Fumar sólo se podrá en las pausas y no está permitido mascar chicle durante el servicio, tampoco llevar las manos en los bolsillos.
Estos preceptos no afectan sólo a los agentes cuando estén de servicio, sino también “en aquellos supuestos en los que, aún no realizando actuación profesional alguna ni vistiendo uniforme, sea notoria y suficientemente conocida por la ciudadanía su condición profesional al formar parte de una Institución que debe ofrecer una cuidada imagen corporativa”.