El consejo que ofrece un veterano dirigente del PSOE es que no se haga demasiado caso estos días de las actitudes que apuntan a un rechazo claro por parte de su partido a la investidura de Mariano Rajoy. De hecho, es altamente probable que un asunto tan espinoso como abstenerse o no en la votación prevista para fin de mes en el Congreso quede en el aire en el comité federal convocado para este sábado, ya que hay muchas derivadas en juego. Una de ellas, no menor, es la proximidad de las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco. “Ir a ellas apareciendo como culpables del bloqueo político en España sería un grave error”, aseguran fuentes socialistas.
El PP acaba de pactar con el PSOE en la Diputación de Lugo y no se descarta que el PNV necesite su apoyo en octubre
El PSOE gobierna directamente desde las últimas elecciones autonómicas en seis comunidades, en la mayoría de ellas gracias al apoyo externo de Podemos. En Galicia, los comicios previstos para octubre no le pintan nada bien. Conducidos por una gestora desde la dimisión en marzo de Ramón Gómez Besteiro, los socialistas gallegos quedaron el pasado día 26 en segunda posición, casi empatados con Podemos en el 22% del voto: solo sacaron 1.110 papeletas a la formación morada. Si dentro de cuatro meses se repitieran estos resultados, Alberto Núñez Feijóo le daría al PP la tercera mayoría absoluta.
La crisis interna ha llevado al PSOE de esta comunidad a algunas paradojas, como la del pacto reciente con el PP en la Diputación de Lugo para sacar adelante sus presupuestos, operación que ha dejado fuera de juego al Bloque Nacionalista Gallego y ha hecho saltar por los aires la coalición de izquierdas.
Las vascas, otra papeleta difícil
El PSOE tampoco acude fuerte a las elecciones vascas previstas para el otoño. El 26J quedó en tercera posición en esta comunidad, casi empatado a la izquierda abertzale: solo le sacó a Bildu 10.846 votos. En el País Vasco no pudo frenar el sorpasso, pues Podemos aventajó a los socialistas en tres diputados después de colocarse como la fuerza más votada y dejar al PNV en segunda posición. En este último partido no se descarta ni mucho menos que el tablero político que se abra a partir de octubre fuerce en esta comunidad a un acuerdo entre el nacionalismo vasco y el PP que engarzaría a la perfección con la posible abstención final de la formación jeltzale en la investidura de Rajoy.
A las elecciones vascas y gallegas se suma en otoño la moción de confianza de Puigdemont en Cataluña
Este contexto político lleva a destacados barones socialistas a concluir que, al final, es posible que el PSOE acabe facilitando la continuidad de Rajoy en La Moncloa, pues aunque predomina de momento en apariencia una negativa clara a esta posibilidad, la proximidad de las gallegas y las vascas opera en sentido contrario. “Unas terceras elecciones en España complicarían a todos los partidos, hasta límites insospechados, un calendario que mezclaría las legislativas con las vascas, las gallegas y la moción de confianza a la que se someterá el presidente catalán, inestabilidad en vena que pondría muy nerviosa a la Unión Europea”, advierten fuentes socialistas, convencidas de que en su partido se sigue viviendo todavía la digestión inicial del fracaso cosechado el 26J.
